Causa narcopolicías: revocaron la absolución del comisario Núñez y ordenaron un nuevo juicio
Mario Núñez fue
absuelto el año pasado. Casación penal revocó esa absolución y ordenó un nuevo
juicio.
El 8 de junio del año
pasado, el Tribunal Oral Federal (TOF) de Paraná, condenó a diez personas por
conformar una banda de narcopolicías con despliegue en la costa del Uruguay.
A
juicio habían llegado 15 personas, pero el Ministerio Público Fiscal (MPF) a cargo
de Ignacio Candioti pidió pena para 14. Entre las personas que el fiscal acusó,
hay funcionarios de fuerzas de seguridad, incluso está el comisario de
Toxicología de la Policía provincial, Mario Alberto Núñez.
En la sentencia de
los jueces de Paraná, Núñez resultó absuelto. Ahora, hace pocos días, la Cámara
de Casación Penal revocó ese punto de la sentencia
El tribunal compuesto por Eduardo Rafael Riggi; Liliana E. Catucci y
Carlos Alberto Mahiques hizo lugar al recurso interpuesto por Candioti y anuló
la absolución. Además, ordenó devolver “las actuaciones a su origen, a fin de
que se realice un nuevo juicio”
Mario Roberto Gordo
González fue condenado por segunda vez el año pasado por narcotráfico. La
primera vez que lo castigaron los jueces federales de Paraná fue en 2016; y la
segunda vez fue en 2017. González estuvo prófugo de la Justicia durante muchos
años. Siempre lo buscaron por actividades de narcotráfico, pero no podían dar
con él. Sin embargo, los investigadores sabían que sus negocios continuaban
desplegándose en la costa del Uruguay.
El año pasado González
fue condenado junto a Javier Alejandro Caire por ser organizadores de una
asociación ilícita para comercializar droga. Ambos recibieron 5 años y 6 meses
de prisión.
Por otro lado, los
jueces Lilia Carnero, Noemí Berros y Roberto López Arango encontraron
responsables a Elsa Cristina Caram -pareja de González-, Rosana Isabel Tenis
-hermana de González-, María Isabel González -madre de Mario González- y
Nicolás Alberto Stur por ser miembros de la asociación, por lo cual se los
condenó a 3 años de prisión, de ejecución condicional.
En cuanto a los
funcionarios de las fuerzas de seguridad, el TOF castigó a los policías
federales José María Gómez y Sergio Andrés García, y al gendarme Carlos
Francisco Acosta como autores de encubrimiento agravado y los condenó a 3 años
de prisión de cumplimiento efectivo.
Asimismo, se penó a
Mirta Noemí Sayavedra por tenencia simple de estupefacientes, por lo que se la
condenó a 1 año de prisión, de ejecución condicional.
Por último, se
absolvió a Carlos Alberto Caito Segovia -yerno de Mario González-, Néstor
Javier Neurvit y Santiago Javier Acosta; y se exculpó al policía provincial de
Toxicología, Mario Núñez del encubrimiento e incumplimiento de los deberes de
funcionario público -por lo que fue acusado en debate-, en consecuencia se
dispuso su inmediata libertad.
La anulación de
Casación
Esa sentencia fue anulada
los últimos días de junio de este año por la Cámara de Casación Penal Federal.
Así lo definieron los tres jueces Mahiques, Riggi y Catucci. El primero voto
desarrollado fue el de Riggi, al cual adhirió Catucci. Mahiques, en tanto,
participó de las deliberaciones pero no votó por estar de licencia.
Los tres jueces
federales en el tribunal de alzada, hicieron lugar al recurso de Casación
interpuesto por el fiscal General de Paraná, José Ignacio Candioti. De ese modo
anularon “la absolución dispuesta a Mario Alberto Núñez, debiendo oportunamente
devolverse las actuaciones a su origen, a fin de que por quien corresponda se
realice un nuevo juicio”.
A diferencia de los
tres paranaenses, los jueces porteños entendieron que sí estuvo probado el
encubrimiento de parte del policía Núñez y para con el prófugo Gordo González.
Así lo señalaron en el fallo. Por eso destacaron una conversación telefónica
que mantuvo Núñez con González. Vale aclarar en este punto que, la defensa de
Núñez, explicó ese contacto telefónico asegurando que González haría las veces
de “informante” de Núñez y a su vez, el policía no habría sabido que su
informante era el prófugo González. La prueba para rebatir esa defensa de Núñez
fue una conversación telefónica que el TOF de Paraná no consideró suficiente. Y
en ese punto se diferenciaron los jueces de Casación.
“1) González hola 2)
Núñez, loco como te va 1) como andas pariente 1) vos 2) bien viejo, bien que te
paso 1) ayer recibiste ayer el mensaje que te mande o no 2) no 1) no recibiste
2) no ,no 1) te mande Por eso te llamo, porque me pareció raro 1) escucha ayer
te mande, que si te servía algo de la “Tica” 2) ah 1) porque viste que la tica
tenía un marido que es uruguayo viste 2) si 1) y bueno esta allá en el barrio
Salto Nuevo Oeste, en la calle guabiyú y treinta y tres, no sé bien la casa
porque no, no lo dejo que el remis llegue hasta pa puerta viste el gurí se bajó
a la vuelta y llevó ropa y eso viste, 2) ah, ah 1) y bueno, yo te tiro por las
dudas si te sirve, me tiraron esa viste 2) listo 1) y escucha 2) si yo tengo
gente allá 1) bueno escucha, bien enfrente del carrillo, por si te sirve, hay
una minita nuevavos te acordas, aquellos bolivianos que viven ahí en Martín
Fierro, 2) aha 1) bien en Esquina y Sargento Cabral, bien en la esquina 2) si
si si 1) si pasa por ah, y te vas a dar cuenta está lleno de albañiles
trabajando, están agrandando la casa haciendo muros toda la vuelta, 2) aha 1)
bueno ahí, pero posta de uno metido ahí adentro esta todo guardado de lo del
hombre de allá de la Madrid y Aspejo 2) a la mierda! 1) y escucha hay un poli
de la segunda, que tiene un gol gris, que esta, que va todos los días ahí a
buscar 2) bueno 1) está bien ahí, sabes quién es esta es la minita, no sé si
vos fuiste, he salto Uruguayo cuando pasa la vía, la vía allá abajo cerca del
polideportivo 2)ajá 1) yendo de acá par, yendo como que vos vas del club hípico
para allá para el lado del río, cuando llegás a la vía te metes así doblas que
esta el eucaliptal, te acordás que…. 2) si 1) que está la vieja Olase 2) si si,
tres cuarenta siete si 1) bueno esa, esa, se mudó acá , y sabés de quién es
todo de ese lobo feroz ya sabés 2) aha 1) pero te digo tengo uno que entra y
sale de ahí, y posta tiene ahí ahora en este momento tiene dos ladrillos, viste
por que el loco bajo a guardar ahí si te sirve bien cualquier cosa te tiro 2)
listo 1) si se algo más 2) listo gracias loco 1) bueno carnal 2) vos andas por
acá por la zona o qué? 1) Si, por tus pagos 2) a listo está 1) si me necesitas
para algo avísame 2) si, si, esta está al pelo 1) dale un abrazo 2) chau viejo
un abrazo, dale 1) tamo chau, chau”. Respecto a dicha conversación, el Tribunal
aseveró que no existía ningún elemento idóneo que permitiera desmentir la
versión del imputado, quien había aseverado no saber que hablaba con González,
y que la referencia ‘Sí, por tus pagos’ era un elementos indiciario que
calificó como ‘paupérrimo’”, reeditaron los vocales de Casación.
Luego agregaron: “No
coincidimos con la apreciación de los magistrados de instancia anterior. El
lenguaje coloquial de la conversación revela el nivel de conocimiento y
confianza que existía entre Núñez y González, que hace insostenible la versión
del imputado. Basta observar el inicio del diálogo “1) González hola 2) Núñez,
loco como te va 1) como andas pariente 1) vos 2) bien viejo, bien que te paso”,
para notar la familiaridad del trato entre los interlocutores. Por su parte, la
aseveración “sí, por tus pagos” lejos de ser un indicio “paupérrimo” como
afirma el a quo, revela no solo que González sabía de qué ciudad era oriundo
Núñez, sino que éste último sabía en qué ciudad se encontraba el prófugo y,
pese a ello, no dio aviso y cuando Garzón le preguntó si sabía dónde estaba
González le contestó que no sabía nada. Bajo este prisma, no sólo el tenor de
los mensajes sino la cantidad de comunicaciones entre Núñez y González ponen de
manifiesto el trato fluido que existía entre ellos. Así, el informe de la
empresa de telefonía celular Personal da cuenta de dos llamadas entrantes al
número de Núñez 343 4601933, provenientes de uno de los números utilizados por
González -3455293324- el día 30/04/2015 a las 19:36:52 y a las 19:36:54 horas
(cfr. fs. 3038). A fs. 3039, obra una llamada entrante del número de González
-3455293324- hacia el número de Núñez 3434601933, en fecha 01/05/2015 a las
16:20:00 horas. Conforme surge de fs. 3030, se registra una llamada saliente
desde el número 343 4601933 al número de González 3455293324, a las 16:20:58
horas. Por otra parte, es importante destacar la nota de Tóxico Jefatura
Departamental Uruguay en la que se menciona que, según el informe remitido por
la empresa Personal, la línea de Núñez se comunicó en cuatro oportunidades -en
fechas 9/2, 6/3, 20/3 y 15/3 del 2015- con el número de González 345 42831
(cfr. fs. 2833/2844); lo cual revela que Núñez se comunicaba telefónicamente
con el narcotraficante de manera reiterada. Por otra parte, surge de la pericia
Nº 4698 practicada sobre los teléfonos celulares secuestrados a González, que
éste tenía agendado el teléfono al que correspondía la línea 3455293324, el
número correspondiente a la línea 343-529324 utilizada por Núñez -según lo
informado por la Delegacía de Toxicología en la nota JC-DT Nº 30/2015 obrante a
fs. 572/vta.- como “Mn” (conf. fs. 1167/1204). De la misma manera se encontraba
registrado en la agenda del teléfono marca Huawei encontrado en el departamento
de González en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, todo lo cual nos permite
afirmar que González tenía agendado el número de Núñez con las iniciales de su
nombre y su apellido. En ese orden de ideas, podemos afirmar que el a quo no
analizó debidamente los mensajes que González le envió a Núñez obrantes a fs.
586 del LI: el 09/04/2015 a las 9:29 hs. mandó: “La Tica está en lo del marido
nuevo en Salto Uruguay, barrio salto nuevo este por calle Guaviyú y 33 más o
menos en nos días me pasa bien la casa y “si te sirve la data”. En fecha
10/04/2015 a las 11:06 hs. le envía “como estas loco recibiste mi msj?”; a las
11:13 hs. “Hantes que me olvide este dom. Le llega mer a mu mujer de Juanco la
de Bonasola y de ahí se la pasa a popotito el del bora bordo” y a las 11:15 hs
“te comento si los tenes vos porque los vered pidieron la judic del acto de
sospech y se la frenaron”. El a quo sostuvo que “no surge de la causa que hayan
sido contestadas por su receptor”, como si esa mera circunstancia borrara la
clara relación existente entre González y Núñez, probada a través de los
diálogos, de los llamados y de los mensajes mantenidos entre ambos. Por si todo
esto fuera poco, las conversaciones del Comisario Núñez eran ocultadas a sus
compañeros de policía, tal cual lo afirmó el Subcomisario Garzón.
Consecuentemente con todo lo que se ha descripto…”.
Quién es González y
cómo se movía con agentes públicos
Cuando recibió su
primera condena, en septiembre de 2016, GordoGonzález estaba preso hacía casi
dos años en el marco de la investigación por los narcopolicías que todavía no
llegaba a juicio oral.
Sucede que González
era, justamente, uno de esos peces resbaladizos que los agentes de las fuerzas
públicas nunca podían atrapar. Así estuvo más de ocho años prófugo,
supuestamente vendiendo frutas y verduras en el Mercado Central de Buenos
Aires. Cuando cayó la presunta organización de narcopolicías, en mayo de 2015,
Concordia fue un revuelo por los allanamientos simultáneos, y porque se
llevaron detenidos a agentes de las fuerzas de seguridad. Tiempo después,
desprotegido, González fue encontrado y también llevado a la cárcel.
González estuvo
prófugo desde que la Cámara Federal de Apelaciones revocó una anulación que se
había dictado en una causa -iniciada en 2006- y confirmó su procesamiento. Fue
atrapado más de ocho años después, cuando cayeron los mismos agentes que lo
protegían. Ese proceso por el que estuvo tantos años escondido de la Justicia,
fue el que encontró su veredicto en septiembre de 2016. De esa forma, el hombre
de 44 años recibió su primera condena a 4 años y medio de prisión más 5.000
pesos de multa.
Los jueces del TOF de
Paraná los consideraron autor penalmente responsable de delito de Tenencia de
estupefacientes con fines de comercialización.
Unos meses después de
esa primera condena, González retornó a juicio en el TOF de Paraná, en esa
segunda oportunidad junto a los policías y gendarmes que lo protegían mientras
estaba prófugo, y junto a integrantes de la banda que continuaba vendiendo
cocaína en la costa del Uruguay.
Análisis digital
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