El debate sobre el aborto en Argentina entra en la recta final
Los antiabortistas redoblan la presión para
impedir que el 8 de agosto el Senado convierta en ley el proyecto de
interrupción voluntaria del embarazo que aprobó la Cámara de Diputados
El debate sobre la legalización del aborto en
Argentina está en la recta final: el próximo 8 de agosto el Senado votará el
proyecto de interrupción voluntaria del embarazo aprobado por la Cámara de
Diputados el pasado junio. Una mayoría de votos positivos convertiría a
Argentina en el primero de los grandes países latinoamericanos con una ley de
aborto legal a plazos, similiar a la que ya tiene el vecino Uruguay. Pero los
sectores más conservadores de la sociedad, encabezados por la Iglesia católica,
han redoblado la presión en las últimas semanas para evitarlo.
Los números están muy igualados. Los votos de
los 72 senadores están divididos, con una ligera ventaja a favor del No, lo que
deja el resultado final en manos de los cinco parlamentarios indecisos. Para
que la balanza se incline a su favor, algunos partidarios del aborto legal
proponen introducir cambios -como incluir la objeción de conciencia
institucional y bajar de 14 a 12 semanas el plazo para el aborto libre- que
devolverían la iniciativa a Diputados para su aprobación definitiva. Otros, en
cambio, se resisten a cualquier modificación.
Mientras se tejen alianzas
intraparlamentarias, ambos bandos buscan conquistar la calle. Los detractores
del proyecto fueron muy inferiores en número a quienes lo defendían en las
cercanías del Congreso el día de la votación y han intensificado los llamados a
la movilización para evitar que esa imagen vuelva a repetirse. Unidad Provida,
una coalición de organizaciones contrarias al aborto, convocó para este lunes a
una manifestación frente a la residencia presidencial de Olivos, a las afueras
de Buenos Aires. "Organizaciones que defienden los derechos de las mujeres
y de los niños y niñas por nacer se concentrarán esta tarde, desde las 19,
frente a la residencia presidencial de Olivos, y pedirán al Presidente que se
abstenga de intervenir, por medio de sus ministros, en el debate abierto del
aborto", señala el texto de la convocatoria.
UNA SEMANA CLAVE
Mañana expondrán en el Senado los últimos
oradores a favor y en contra del aborto legal. Fuera, los partidarios del Sí
han convocado a un pañuelazo y a un "Martes verde", el color que los
identifica. El miércoles, las comisiones que debaten el texto deberán elaborar
los dictámenes que se votarán en el recinto el día 8. Si el dictamen de mayoría
incluye modificaciones a la iniciativa original, quedará casi cerrada su
aprobación definitiva y el nuevo proyecto de ley deberá volver a pasar por la
Cámara de Diputados.
El ministro de Salud argentino, Adolfo
Rubinstein, se ha convertido en uno de los grandes blancos de las críticas de
los grupos antiabortistas por su defensa del proyecto de ley que propone
legalizar la interrupción del embarazo hasta las 14 semanas. Intentaron, sin
éxito, impugnar su presentación en el Senado, donde mostró estadísticas que
daban cuenta de una reducción de la cifra de abortos en los países en los que
es legal. Rubinstein también subrayó que legalizar esta práctica supondría un
importante ahorro para las arcas estatales, que hoy hacen frente a cerca de
50.000 internaciones anuales por complicaciones derivadas de abortos inseguros.
Desde Unidad Provida critican las
intervenciones del ministro y rechazan que Mauricio Macri habilitase el debate
sin haberlo incluido de antemano en su programa electoral. Muchos de sus
votantes tampoco lo ven con buenos ojos, como quedó reflejado hoy con el
hashtag #MacriConAbortoNoTeVoto, que se convirtió en tendencia en Twitter. La
ley actual contempla penas de entre 1 y 4 años de cárcel para la mujer que
decide interrumpir su embarazo, excepto si es fruto de una violación o si pone
en riesgo su vida. Aún así, en Argentina se registran entre 350.000 y 450.000
abortos al año, según estimaciones extraoficiales avaladas por el Ministerio de
Salud, y cerca de medio centenar de gestantes mueren.
La Iglesia ha llamado a sus fieles a expresar
en las calles su rechazo al proyecto de ley. "Como lo hemos dicho en otras
oportunidades, apoyamos y animamos a participar a quienes deseen manifestarse
públicamente como ciudadanos responsables para testimoniar el respeto por la
vida", dijo la Conferencia Episcopal Argentina en un comunicado el pasado
día 25. Los obispos convocaron hoy a una "misa por la vida" en la
catedral, situada en la céntrica Plaza de Mayo, el mismo día de la votación,
mientras que los partidarios del aborto legal celebrarán ese día una vigilia
frente al Congreso.
Los curas villeros, con gran influencia en los
barrios más pobres del país, anunciaron la creación de centros de contención y
asistencia alimentaria, sanitaria y legal para mujeres sin recursos con
embarazos no planificados. "Elegimos hacernos cargo comunitariamente de
estas situaciones dramáticas y no esperamos acríticamente la instalación de una
verdadera cultura del descarte humano", escribieron los curas en una
declaración conjunta. Su propuesta se asemeja al polémico proyecto legislativo
presentado por el presidente provisional del Senado, el macrista Federico
Pinedo, en el que proponía la adopción como alternativa al aborto.
El diario La Nación, uno de los de mayor
tirada del país, se sumó este domingo a la ofensiva antiabortista con un
editorial en el que rechaza incluso la interrupción del embarazo en casos de
violación, un supuesto legal desde 1921 al que también se opone la
vicepresidenta, Gabriela Michetti. "No es un aborto lo que puede borrar
las tristes huellas de una violación; solo suprimirá al ser en gestación y
sumará el sufrimiento de haber abortado", señaló el periódico. María
Eugenia Vidal, gobernadora de la provincia de Buenos Aires, advirtió hoy que de
aprobarse la legalización del aborto "será difícil de aplicar". En
diez días se conocerá si la campaña conservadora se impone y Argentina mantiene
el aborto en la ilegalidad.
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