Frigerio, más lejos de la gobernación
La revalorización del
ala política del gobierno nacional, a raíz de la crisis de los últimos días,
subió la cotización de Frigerio en el gabinete nacional. Lo ha vuelto
imprescindible para Macri. La posibilidad de jugar en la provincia pasa más que
nunca a un segundo plano.
Desde que gobernar
Entre Ríos pasó a ser una posibilidad cierta para Cambiemos –en 2015 ganó
Mauricio Macri, pero Alfredo de Angeli perdió con Gustavo Bordet- el armado
electoral de la alianza entre macristas, radicales y algunos peronistas pasó a
ocupar el centro de la escena política entrerriana. Lo ocurrido en 2015 había
dejado como lección la necesidad de buscar un candidato a gobernador más
competitivo.
Por eso fue siempre
central la posibilidad de que el ministro del Interior, Rogelio Frigerio,
termine jugando como candidato a gobernador en 2019. Se trata del jefe
indiscutido del PRO entrerriano y el dirigente con más poder dentro de
Cambiemos. Fue quien definió la oferta electoral de 2015 (el que puso a De
Angeli) cuando no era más que el delegado del único candidato a presidente
competitivo de la coalición en formación. Y ese poder se multiplicó desde el
puesto clave que ocupa en el gobierno nacional.
Una candidatura a
gobernador es lo que más quisieran los frigeristas de Entre Ríos. Se trata de
un conjunto de dirigentes que dentro de Cambiemos excede al PRO y en el que
también hay varios radicales y peronistas. Dicen que sería lo mejor que le
podría pasar a la provincia, por lo que podría obtener de un eventual segundo
mandato de Macri; pero también por sus condiciones personales, que van desde su
conocimiento de la política, la economía y el manejo del estado, hasta su
costado carismático.
En esas especulaciones
sobre el futuro político en la provincia siempre se contó a Frigerio como la
carta más fuerte que tenía Cambiemos para jugar en 2019. Y la variante de una
elección provincial separada de la nacional que, en teoría, aumentara las chances
de reelección de Bordet, volvía a su postulación necesaria para cambiar la
historia de una provincia gobernada mayoritariamente por el peronismo desde
1983.
Pero los frigeristas
nunca supieron responder si jugará. “Llegado el momento, Macri se lo va a
pedir, porque Cambiemos necesita ganar provincias”, han repetido en el último
año. Frigerio nunca quiso hablar del tema y la impresión que siempre dio es que
ni él mismo tenía en claro cuál sería su futuro político. Siempre dijo –y
resultó creíble- que estaría donde el Presidente lo necesitara.
Pues bien, la crisis
de los últimos diez días hizo que lo necesitara más que nunca en su gobierno.
Macri evaluó que debía darle más aire al ala política de su gobierno y sumó a
Frigerio junto con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó a la
“mesa chica” de las decisiones.
Hay que recordar, por
caso, que una definición tan importante como la de volver al FMI no fue
comunicada ni al sector político del gobierno, ni a sus aliados, pese a que el
día que se tomó estaban en Casa Rosada para respaldar el rumbo económico. Las
crónicas periodísticas nacionales afirman que Frigerio se enteró recién en la
reunión de coordinación en la que definieron la forma de comunicación.
Por estas horas,
Frigerio es más importante que nunca para Macri. Esto, objetivamente, lo aleja
de la posibilidad de “bajar” a disputar la provincia de Entre Ríos. Si le sale
bien, pasará a ser un hombre aún más importante de lo que ya es en la
construcción política de Cambiemos; algunos imaginan que podría integrar una
fórmula nacional. Si le sale mal, le habrá salido mal a Cambiemos y
difícilmente tenga interés en “bajar” para exponerse a una derrota en Entre
Ríos.
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