Cuando la recesión puede ser una aliada: esperan que este mes la inflación sea del 2,8%
Las consultoras creen que, por la caída de las
ventas, será menor el traslado de la devaluación a los precios; alimentos,
combustibles y turismo, principales factores de alza
Después del 3,7% de junio informado por el
Indec hace 13 días, distintos economistas señalan que la inflación se
desaceleró este mes y terminará julio cerca del 2,8%, ya que hay un
relativamente bajo traslado a precios de la devaluación, porque las empresas
ven que se enfrió la demanda. Los rubros que más habrían incidido en el
promedio son alimentos, combustibles y el turismo, por las vacaciones de
invierno, aunque, como en cualquier otro julio, por una cuestión estacional.
"Todavía nos falta cerrar la última
semana, pero nuestra estimación preliminar es que va a haber una desaceleración
y la inflación general va a estar en torno al 2,8 o 2,9%, si bien la variación
en alimentos nos da más alta que la general, reflejando algo del traslado a
precios de la suba del dólar", explicó Federico Furiase, economista y
director del estudio EcoGo.
Según Furiase, si se tiene en cuenta el
movimiento del dólar, de más del 50% en el acumulado del año, el traslado a
precios "está bastante contenido, y eso tiene que ver con la recesión y el
impacto de las altas tasas de interés que, de alguna manera, acotan el margen
que tienen las empresas para trasladar a precios la presión de costos derivada
de la suba del dólar y de las tarifas". Y agregó: "En este contexto,
las empresas priorizan conservar su participación en el mercado y postergan la
recomposición de márgenes".
Por su parte, el economista jefe de Radar
Consultora, Martín Alfie, consideró que hay cierta expectativa de que el
traslado de esta devaluación sea menor que las anteriores, dado que las
paritarias cerraron en niveles más bajos que en otros episodios devaluatorios
(2014 y 2016), pero "esto no significa que el pass through sea más
bajo".
En sintonía con este razonamiento, para el
director asociado de Econviews, Miguel Zielonka -que también estima una
inflación en torno al 2,8% para este mes-, "si bien el traslado a precios
es relativamente bajo, va llegando". Y explicó: "La depreciación
fuerte fue en mayo y junio, y entonces, con cierto rezago, aunque bajo, va
empujando precios. En ese sentido, el índice mayorista se aceleró en junio y
eso te anticipa que lo que subieron los precios mayoristas en junio se va a ver
en el índice minorista en julio".
Consultado por los rubros que traccionaron la
suba, Zielonka puntualizó que "lo que se da es el traslado a precios de la
devaluación, sobre todo en bienes transables, como son los alimentos,
básicamente, y energía".
Factor vacaciones
En cuanto al factor turismo, por las
vacaciones, Zielonka dijo que el rubro sube, pero, como en cualquier otro
julio, por una cuestión estacional. En cambio, Camilo Tiscornia, director de
C&T Asesores Económicos, sí incluyó al esparcimiento entre lo que más
creció, junto a combustibles y alimentos. "Se ve un efecto del tipo de
cambio en todos, aunque perdiendo intensidad", apuntó, y sumó que, para su
consultora, la inflación de julio sería del 2,5%, la estimación más baja entre
las fuentes consultadas por la nacion.
Por último, el director del Centro de Estudios
Económicos de Orlando Ferreres & Asociados, Fausto Spotorno, vaticinó un
2,8% para este mes. Si bien Spotorno coincidió con el efecto de desaceleración,
dijo que la inflación se va aplacando desde el 3,7% de junio, lo que no quita
que se mantenga en el rango del 2% mensual para lo que resta del año.
"Me parece que con el aumento de tarifas
anunciado, de entre el 25% y el 30%, más el anuncio de subas en el transporte,
va a ser difícil bajar la inflación a menos del 2% mensual. Tal vez tenés algún
mes de 1,5%, pero difícilmente pase eso, porque cuando hubo aumentos de
transporte o tarifas nunca tuviste inflaciones de 1,5%", explicó.
¿Estos números incidirán en el cumplimiento de
la nueva meta anual de inflación, del 27% para este año?, se le preguntó.
"Mucho", respondió el director de OJF, y dijo que la consultora
espera casi un 32% de inflación anual. Es decir, el escenario en el que el
Banco Central tendría que dar explicaciones sobre la gestión de la política monetaria,
según el acuerdo con el FMI.
"Además, tenés el riesgo de que el BCRA
tenga que mantener más alto de lo deseado el crecimiento de la cantidad de
dinero por la reducción en el stock de Lebac. Esto puede avalar las presiones
inflacionarias de tarifas y costos. Porque hasta ahora la reducción se ha
venido neutralizando con una suba de encajes bancarios. Pero estos no se pueden
seguir subiendo por siempre, entonces ahí es donde está nuestro riesgo, del
lado de la política monetaria, que es el verdadero factor inflacionario",
concluyó.
Por último, Alfie dijo que para ver cuál es el
número final de inflación hay que ver cuánto aumento de tarifas provocado por
la devaluación convalida el Gobierno. "Dada la necesidad fiscal, nosotros
vemos una variación más cerca del 35% que del 30%", concluyó.
Por: María Julieta Rumi, La Nacion
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