El principal reservorio de killis del país está en Entre Ríos y buscan protegerlo
Se trata de un pez que vive en charcos y tiene la rareza de
conservar los huevos en ambientes secos. Los estudian adeptos de todo el mundo
Tal como se constituyeron en la provincia grupos de aficionados
que suelen hacer avistaje de aves o de otras especies animales para observar y
admirar su comportamiento, desde hace tiempo hay un conjunto de personas que
estudian y analizan el ciclo biológico del denominado killi anual, un pez de
agua dulce de ostensible belleza que vive en charcos temporales de no más de 60
centímetros de profundidad y que tienen la particularidad de que sus huevos se
conservan cuando su ambiente se seca por completo, para nacer al recuperarse
las condiciones de humedad.
Austrolebias es su nombre científico y su presencia se
advierte en diversas partes del mundo, y si bien habita en la Argentina en
diferentes provincias, en Entre Ríos se concentra el principal reservorio del
país, donde numerosos investigadores posan su mirada.
Lucas Artigas es propietario de un acuario de Paraná y es
uno de los integrantes del Club Argentino de Killifilia, que congrega a unos
957 adeptos provenientes de todo el territorio nacional de este pez tan curioso
que llega a medir unos cinco centímetros de longitud, quienes procuran
protegerlo de los daños ambientales que puede causar la agricultura y su
posible depredación.
Estudioso de sus particularidades, comentó a UNO: "No
es exclusivo de Entre Ríos, sino que hay en todo el mundo, lo que pasa es que
dentro de la Argentina donde se encuentra con más frecuencia es en nuestra
provincia". A su vez, señaló: "Es un pez que habita unos ambientes
acuáticos muy especiales, como son los charcos temporales. Viven
aproximadamente un año y ponen sus huevos enterrados en el barro o sustrato del
fondo, los cuales quedan latentes en estado de diapausa mientras el charco está
seco, hasta que vuelve a llover y se vuelve a llenar de agua".
En este marco, sostuvo que "se han registrado casos
donde los huevos siguen vivos y eclosionan después de varios años de estar
totalmente seco el charco" y para explicar este ciclo, Artigas compartió
un texto de Matías Pandolfi, investigador del Conicet, donde explica: "Se
puede observar que durante el desove, estos peces se introducen profundamente
en el barro del fondo del charco para enterrar los huevos a varios centímetros
de profundidad. Una particularidad es que sus huevos están recubiertos por una
cáscara que los hace resistentes a la sequía.
De esta manera, si el charco se
seca, los huevos pueden permanecer bajo tierra durante más de un año,
aguardando que las lluvias inunden nuevamente el charco y se den las
condiciones para poder madurar", Artigas aclaró que dentro de las especies que hay en los
distintos continentes, hay algunas que sí viven en los ríos y su ciclo es más
prolongado.
"La particularidad es que estos peces pasan gran parte de su
vida en forma de huevo, en estado larvario casi suspendido, y se pueden hacer
intercambios de peces de todo el mundo. O sea, se puede enviar en un sobre
común de correo huevos y un poquito de turba, que es como un sustrato, y eso
puede estar tres o cuatro meses sin agua, que van a sobrevivir. Cuando otra
persona lo recibe, lo moja y nacen. Eso es lo asombroso de estos peces",
sostuvo.
A diferencia de otros peces, el killi no es apto como
mascota, ya que no come el alimento balanceado que se comercializa sino
alimento vivo, como larvas de mosquitos u algún tipo de gusano. Quien los cría
en cautiverio como hobby debe conocer este aspecto, y Artigas explicó: "Es
muy diversa la variedad de colores del killi, es maravilloso. Tengo un acuario
y vendo killis no anuales africanos, pero los autóctonos no se venden ni tienen
un valor comercial. En mi caso me dedico a criarlos como hobby y hago intercambios
con otros hobbistas de distintos lugares".
En este sentido, indicó: "Quienes nos dedicamos a
estudiarlos y a hacer un seguimiento tratamos de hacer una difusión
concientizando sobre su conservación en su hábitat, porque son muy atractivos y
si la gente empieza a revolver los charcos para llevárselos a sus casas nos
quedaremos sin peces, y su conservación tiene gran valor biológico y
ecológico".
Por otra parte, mencionó: "Dentro de lo que son los
killis anuales y que habitan en charcos temporales, la austrolebias alexandri,
la austrolebias migripinnis y la austrolebias bellotti son las tres especies
más abundantes en Entre Ríos".
Al respecto, Oscar Ornetti, quien vive en Feliciano y es
otro de los integrantes del club, aclaró que las dos primeras llegan a medir
unos cinco centímetros, y la bellotti "es un poquito más grande".
"Son unos peces que habitan en los charcos, que son
preciosos y mucha gente no los conoce.
La última sequía que hubo favoreció que
se reproduzcan un montón. En Entre Ríos es donde más hay y predominan estas
tres especies", dijo, y comentó que dentro de 10 días viajarán a la zona
de Selvas de Río Oro, en Chaco, a 100 kilómetros de Resistencia y cerca del río
Bermejo: "Somos 16 integrantes del Club Argentino de Killifilia los que
vamos a buscar una especie que hace rato no se la encuentra. Se trata de la
austrolebia toba, que está perdida y es un misterio por qué nadie la puede
encontrar. Además, en Chaco estamos haciendo un relevamiento de especies de
fauna y flora ictícolas en todos los espejos de agua de una zona donde se
proyecta hacer una reserva privada".
En la región donde vive Ornetti el killi proliferó tanto que
se está proyectando desde el Club nombrar a Feliciano como la Capital Nacional
de la Austrolebias, y es en esa ciudad donde se llevará adelante la próxima
Convención Internacional del Killifilia. Será en setiembre de 2019 y asistirán
seguidores y estudiosos de este pez de distintas partes del mundo, como
Alemania, España, Francia y Brasil, entre otras que ya confirmaron su presencia.
"A la Convención llegarán los seguidores de este hobby, para exponer sus
peces y concursar a ver cuál es el pez más lindo. También habrá charlas,
exposiciones y debates sobre cómo hacer para salvaguardar la especie",
adelantó.
Preocupación
Oscar Ornetti comentó que junto a Lucas Artigas se reunieron
la semana pasada con Martín Barbieri, secretario de Ambiente de la Provincia,
quien se interiorizó sobre la fuerte presencia del killi en Entre Ríos y de su
valor biológico.
Además de comentarle al funcionario el proyecto de llevar
adelante en esa localidad la Convención Internacional el año que viene, los
integrantes del Club Argentino de Killifilia le manifestaron su preocupación
por la amenaza que supone el avance de la actividad agrícola para la subsistencia
de la especie: "Su hábitat natural son los charcos, que se secan en el
verano, desaparece el agua por completo, y en el barro que luego se hace tierra
dura tiene que quedar el huevo, el germen que madura, y cuando vienen las
lluvias en marzo y abril al hidratarse el huevo nace el pez. Las prácticas de
pulverización o siembra en la actividad agrícola afectan los huevos y pueden
detener la continuidad del ciclo de vida", explicó por último.
UNO
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