López admitió que era el recaudador de coimas de la obra pública para el gobierno K
En su declaración como arrepentido, el ex secretario de
Obras Públicas implicó a Cristina Kirchner en el esquema de corrupción.
El ex secretario de Obras Públicas de la era K, José López,
es el nuevo arrepentido en la causa de los cuadernos de las coimas. Habló el
viernes seis horas frente al fiscal Carlos Stornelli. Hasta ese momento, las
revelaciones más impactantes sobre un caso que está haciendo temblar al poder
político, el empresariado, a parte del Poder Judicial y al Senado de la Nación
las había pronunciado el ex titular del Órgano de Control de Concesiones Viales
(OCCOVI), Claudio Uberti, el primer “imputado colaborador” que fue funcionario
del gobierno de Cristina Kirchner.
A pesar de que los investigadores del expediente no revelan
detalles de lo relatado por López, Clarín pudo reconstruir que el ex secretario
de Obras Públicas realmente se convirtió en “arrepentido” porque habló, y
mucho, frente a Stornelli.
López había sido citado en calidad de imputado en esta causa
para que respondiera preguntas de las autoridades judiciales. Esa primera vez
se negó a hacerlo. Pero días después, frente al fiscal, y junto a su abogado,
el defensor oficial Gustavo Kollman, el segundo ex miembro del gobierno de los
Kirchner que revela secretos de esta historia sorprendió a quienes llevan
adelante esta pesquisa. Habló de Cristina Kirchner, su jefa, tal como consignó
Clarín en su edición de ayer. También dio su versión de qué fue lo que pasó en
aquella madrugada delirante en la que fue descubierto por la Policía Bonaerense
intentando esconder seis bolsos con alrededor de nueve millones de dólares en
un convento en General Rodríguez. Armado con un fusil. Y confesó que él mismo,
siendo funcionario nacional de importancia, fue al mismo tiempo recaudador para
el Gobierno K de millones en sobornos que le pagaban diversos empresarios de la
construcción. Los nombres que dio se desconocen.
Se trata de un nuevo golpe que podría complicar la situación
procesal de la principal imputada en el caso, la ex presidenta Cristina
Kirchner.
Ante Stornelli, una especie de orfebre judicial de la
palabra, López dijo que cumplió el rol de valijero, pero a una escala
desconocida hasta el momento.
Se quebró.
A pesar del hermetismo de los investigadores, era evidente
que la declaración de López había sido muy importante.
La profundidad y la gravedad de los hechos confesados por
López se transformaron en evidentes cuando se supo que Stornelli, junto al
presidente del tribunal oral número 1, José Michellini, quien juzga al ex
funcionario por enriquecimiento ilícito mientras él está preso con preventiva,
aceptaron que quien manejó el dinero monumental de la obra pública K pase a
formar parte del “Programa Nacional de Protección de Testigos”, liderado por
Juan José Benítez, secretario de política criminal del Ministerio de Justicia.
López dejó la cárcel de Ezeiza, lugar en el que pensó en
solitario qué hacer desde cayó preso con los bolsos con dólares y su metralleta
en General Rodríguez, hace ya más de dos años.
Cristina dijo que lo había “odiado” por ese hecho. Y hasta
le pidió públicamente que dijera qué “empresarios” le habían pagado sobornos.
En su primera exposición pública en el juicio oral por su
enriquecimiento ilícito, el ex secretario de Obras Públicas, tal vez dio la
primera señal de que “cantaría” en la causa de los “cuadernos K”. Dijo que el
dinero que quiso esconder en un convento “era de personas de la política·. Y
aseguró que temía por la seguridad de su familia y por la suya propia.
Ahora está detenido en un lugar desconocido, protegido por
el grupo del Servicio Penitenciario especializado en cuidar a testigos de
importancia como él, llamado “Los Lobos”.
Clarín pudo saber que López confesó que formó parte del
sistema de recaudación ilegal que se repartía “para arriba” en base a diversas
fuentes de ámbitos vinculados a esta causa. Las autoridades del caso se negaron
a revelar cualquier tipo de detalle.
“Hizo aportes sustanciales”, había contado con cuidado
Stornelli a TN el viernes, y agregó: “Fue una conversación sincera”.
Ahora, la confesión de López dichos deberá ser homologada
-aceptada, en la jerga callejera y no jurídica-, por el juez que instruye la
investigación, Claudio Bonadio, otro experimentado hombre de los tribunales que
aun tampoco perdió la capacidad de asombro al escuchar “arrepentimientos” y
detalles increíbles de una trama con final abierto y de consecuencias
imprevisibles.
López admitió que él recaudó dinero de modo ilegal,
entregado también de modo ilegal por directivos de empresas de primera línea.
Su testimonio podría ser el pilar de la causa de los
“cuadernos K”, que investiga si Cristina lideró una asociación ilícita dedicada
a enriquecerse desde el Estado cobrándole coimas a empresarios de diferentes
rubros.
Muchos de los empresarios ya se “arrepintieron” y admitieron
que pagaron plata en negro, con excusas distintas. Serán procesados, adelantó
Stornelli, pero podrían tener una condena reducida si se prueba que colaboraron
en serio con la Justicia.
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