Evalúan acciones para estabilizar las barrancas en Diamante ante el derrumbe “inminente”.
Ante el peligro de derrumbe que presentan los más de 130
metros de barranca en Diamante, el gobierno provincial, a través de equipos
técnicos de distintos organismos, analizó el estado actual de la zona afectada
a fin de proyectar soluciones que preserven la integridad física de los vecinos
perjudicados. En este marco, profesionales en la materia realizaron un
recorrido por el área de la ciudad conocida como Cristo Pescador, donde se
produce el inminente deslizamiento de la barranca, y analizaron el proyecto de
estabilización de las barrancas que viene elaborando el Ministerio de
Planeamiento por expreso pedido del gobernador Gustavo Bordet.
Las exploraciones de campo realizadas por el equipo indicaron
que la amenaza de desplome es inminente, viéndose favorecida por la acumulación
de agua que se infiltra a través de los espacios generados por la ruptura
principal y las fracturas secundarias asociadas. “En base a lo evaluado por los
especialistas que nos acompañaron en el recorrido, el proceso es irreversible,
el bloque que se desprendió de la barranca va a terminar cayendo en algún
momento que no es posible precisar”, explicó el director de Hidráulica,
Cristian Gietz.La barranca “descendió dos metros de ancho por unos 70 metros de
largo por 35 de profundidad y sigue descendiendo despacito. Este bloque tiene
más de 100 mil toneladas que es un peso tremendo”, graficó el director de Obras
Sanitarias, Daniel Stamponi, al brindar precisiones sobre la situación del
lugar.
Durante la visita, el director de Hidráulica, Cristian
Gietz, acompañado por el doctor en Geología perteneciente al Ente Regulador de
Recursos Termales de la provincia, Daniel Marcico, el geólogo del CONICET
Javier Soffiantini, el director de Defensa Civil de la provincia, Lautaro
López, y personal de seguridad del Comité de Crisis observaron los efectos
provocados por la grieta, y evaluando el proceso de deslizamiento del bloque
como irreversible por su avanzada evolución.
Las exploraciones de campo realizada por el equipo indicaron
que la amenaza de desplome es inminente, viéndose favorecida por la acumulación
de agua que se infiltra a través de los espacios generados por la ruptura
principal y las fracturas secundarias asociadas.
“En base a lo evaluado por los especialistas que nos
acompañaron en el recorrido, el proceso es irreversible, el bloque que se
desprendió de la barranca va a terminar cayendo en algún momento que no es
posible precisar", explicó Gietz, director de Hidráulica.
Respecto a las medidas a tomar a partir de lo observado, el
funcionario comentó que "a través de un informe de los geólogos del
CONICET sumado al aporte del equipo del Servicio Geológico Minero Argentino que
estuvieron realizando mediciones en el área, se definirá la zona de alto riesgo
para luego proceder a la evacuación de las familias que se verían afectadas,
que si bien ya ha habido algunas autoevacuadas, quedan vecinos que se resisten
a abandonar sus hogares".
En consecuencia, ante los diversos análisis técnicos del
CONICET y las recomendaciones brindadas por Defensa Civil, el municipio debió
clausurar el tránsito peatonal y de vehículos, y evacuar las familias
diamantinas que se ven afectadas por el crítico nivel de amenaza que representa
el desprendimiento del bloque.
Proyecto de estabilización de la barranca
Al recorrido le prosiguió un encuentro con personal de los
equipos técnicos del Servicio Geológico Minero Argentino de la Nación, de la
Municipalidad de Diamante y del Comité de Crisis, donde se intercambiaron
puntos de vista y se delinearon las estrategias inmediatas y a mediano plazo.
En este marco, sobre el proyecto de estabilización de
barrancas en Diamante que viene elaborando el Ministerio de Planeamiento por
expreso pedido del gobernador, Gietz detalló: “Estamos en la preparación de los
términos de referencia para proceder al llamado a concurso de consultores para
las tareas de estabilización tanto del bloque afectado, que ronda entre los 130
a 150 metros, así como también la barranca en la zona de Punta Gorda, que
presenta algunos inconvenientes”.
“Si bien aún no podemos precisar los alcances del proyecto,
tenemos definido el objetivo que consiste en minimizar o mitigar este tipo de
procesos naturales que suceden en esta región para evitar que ocurran
nuevamente. La realidad es que lo que ya se desprendió es irreversible, no hay
forma de apuntalar el bloque, por lo que este, si bien no va a caer, va a
continuar hundiéndose y va a terminar deslizándose, quedando como material
disturbado al pie de la barranca”, aclaró el funcionario.
"Por lo que la solución que resta es una obra para
preservar el sector al otro lado de la barranca que se encuentra cercano a la
ciudad", finalizó Gietz.
La situación actual y la evacuación
La barranca “descendió dos metros de ancho por unos 70
metros de largo por 35 de profundidad y sigue descendiendo despacito. Este
bloque tiene más de 100 mil toneladas que es un peso tremendo”, graficó el
director de Obras Sanitarias, Daniel Stamponi, al brindar precisiones sobre la
situación del lugar.
Otros “60 metros aproximadamente” en continuidad a la
barranca descendida están comprometidos también pero hasta el momento “no se
han movido”, acotó. “Esto empezó hace cuatro meses con unas fisuras que en los
últimos 20 días se fueron ampliando y el sábado pasado se produjo un descenso
de un metro a dos en la primera zona”, recordó el funcionario en declaraciones
a APF.
“Técnicamente éste un fenómeno que siempre ocurrió y siempre
va a ocurrir porque es la formación geológica de la barranca que a 35 metros de
profundidad tiene una arcilla que absorbe mucha agua y con eso patina.
Generalmente ocurre cuando el río baja mucho, también bajan las napas y llegan
a alimentar esa arcilla que es la que resbala”, graficó.
Recordó luego que “en el año 2002 o 2003 en Diamante se
hicieron 1.000 metros de tratamiento de barranca en el marco de un trabajo
pensado en sacar las aguas por arriba de esa arcilla azul al río, sin que
llegue a tocarla”.
“Es un trabajo de perforación con una cañería que fue
juntando el agua de esas vertientes y napas, que funcionó bien", apuntó
sobre esta tarea que se replicó también en Hernandarias con préstamos del Banco
Mundial y en aquel momento costó “cinco millones de dólares, algo que una
ciudad chica no podría afrontar sin la ayuda de la Provincia y la Nación”,
sentenció.
En ese contexto, advirtió que “ante un temblor grande, las
casas no resistirían por eso queremos que se evacue a la gente para que no se
produzca una desgracia”.
En esa tarea se encuentran otras áreas del Municipio de
Diamante que en la tarde de este viernes, con profesionales geólogos y de salud
mental, explicaron a los vecinos cuál es el riesgo y por qué es necesario que
se retiren de sus viviendas asentadas, cabe aclarar, sobre terrenos fiscales.
En efecto, de las 14 familias ubicadas en zona de alto
peligro, cuatro se evacuaron mientras se trabaja para que las demás sigan el
mismo camino.
“La parte que más se movió es donde está el Cristo Pescador
que llega hasta el Centro San Roque y la otra parte que no se movió es
justamente donde hay más viviendas”, puntualizó el funcionario.
Describió que “se están haciendo los trámites necesarios
porque la gente no se quiere ir; hay atención psicológica y social para que
entiendan que es problemático quedarse a vivir ahí” y por esto se pidió “orden
de desalojo a un juez” como parte de las diligencias de última hora.
"La mayoría quiere irse a casa de parientes o amigos, y
no a un lugar comunitario porque no se sabe cuánto tiempo tendrán que estar
ahí", comentó Stamponi.
Analisis
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