Paulo Kablan: “Si no podes dormir por una crónica que escribiste, es momento de dejar los policiales”


El periodista Paulo Kablan, que actualmente trabaja en C5N, Radio 10 y Telefe, pasó por Concepción del Uruguay para dictar una capacitación sobre investigación y narración de hechos policiales. El cronista, que se formó académicamente en la ciudad, compartió sus conocimientos y luego accedió a una entrevista personalizada.

¿Cómo construiste tu carrera?

Lo hice a través del oficio, primero en Gualeguay y luego en Concepción del Uruguay. Fui trabajando día a día y mejorando en el camino, hasta que se presentaron oportunidades en La Plata y luego Buenos Aires. Todavía estoy en ese camino de mejorar y construirme. Aún falta.

¿Cómo haces para que no te afecte de manera personal, las tragedias ajenas que muchas veces investigas?

En estos años compartí redacciones con periodistas fantásticos del policial, pero que no pudieron separar lo que es un expediente de la vida privada. Son los periodistas que después cambian de sección y no los ves nunca más en los policiales. El periodista de policial es como un médico, haciendo una mala comparación: tenés compromiso y cercanía con las víctimas, pero no es tu problema. Tu servicio es informar y escuchar a las víctimas, pero cuando termina tú trabajo no es más que eso. Si dos o tres noches no podés dormir por una crónica que escribiste, es momento de dejar de hacer policiales. Los que hacemos policiales, tenemos mucha distancia con la historia. Sí tenemos el compromiso de escuchar, acompañar y comprender a las víctimas; pero no debemos trasladar eso a casa. Es como el médico que te anuncia una terrible enfermedad, pero después se va cenar con la familia o a una fiesta de cumpleaños.

¿Alguna vez te acusaron para operar mediáticamente para la policía o para algún bandido? 

Siempre existen algunas personas con alguna intencionalidad. Vos desde el periodismo no convences a nadie. El que te mira te cree y el que no te mira no te cree. No tenes forma de cambiarlo. Lo que muchas veces pasa, es que te puede fallar la fuente. El tema es trabajar con honestidad intelectual: vos contás la información que recibiste, no siempre es certera. No siempre haces bien tu trabajo, tener errores forma parte de la profesión.

¿Cómo haces para desprenderte de la parte política cuando te toca hablar de casos muy mediáticos, como Nisman o Cuadernos?

Lo firmo, lo afirmo y lo aseguro: hoy, el periodismo policial es el menos amarillista de todos. Por lejos, es el más preciso de todos. Muchas veces escuchas hablar sobre algunos casos, como Nisman o Cuadernos, que están cargados de subjetividades. Ahí se mezclan las pasiones políticas, de un lado y de otro. El periodismo policial casi siempre está alejado de eso. Si te centras en el expediente, nunca vas a tener grandes problemas. Lo que no está en el expediente, es materia interpretativa.

¿Tratás de generar contenidos diferentes, para así no tener que hablar de casos policiales donde se mezcla la política?

No, para nada. El tema que te toca desarrollar, lo hablas al medio. Esa información afecta a quien tiene que afectar. Vos contás desde el expediente. El periodismo policial, muchas veces te lleva a decir que eso no se sabe. Cuando hay un componente político, lo que no se sabe se interpreta. Conviene arranca desde la expresión: para mí pasó tal cosa. Es para vos, muchas veces no es la realidad. Lo que no se sabe, es eso: no se sabe.

¿Cuáles te parecen que son los casos policiales más resonantes de este año?

El caso de Nahir Galarza en Gualeguaychú tuvo un enorme impacto, debido a que es la mujer más joven condenada a perpetua con 19 años. No es la más joven cometiendo un homicidio. Por ejemplo, Claudia Sobrero fue una de las primeras condenada a perpetua por el doble asesinato del dibujante Lino Palacios y su esposa. Al momento de la condena, Claudia tenía 24 o 25 años y los crímenes los cometió a los 18. La provincia de Entre Ríos cuenta con el nuevo Código Procesal Penal, que tiene el sistema de oralidad, debido a que no tiene tanto cúmulo de causas. En la provincia de Buenos Aires un detenido debe esperar cuatros años para el juicio. Acá tenes condena a los seis meses.

¿Conocés casos de presos que se estén comiendo el garrón?

Sí, claro. En provincia de Buenos Aires hay muchos casos de personas que luego son declaradas inocentes. Carlos Carrascosa es inocente para la justicia. Debemos entender, que después de tantos años si la justicia dice de manera contundente que la persona es inocente: es inocente. Debemos respetar eso. Carrascosa estuvo siete años y medio en la cárcel. Te menciono un caso conocido, pero así hay muchos.

¿Dónde ves la raíz del problema de la justicia?

La justicia de los hombres es administrada por hombres. Ahí aparecen los errores, no forzados o intencionales. Los responsables somos nosotros, las personas.

Matías Dalmazzo 03442

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