Sobre Sheila, y su femicidio, por Margarita Zerda
Cuando sale a la luz social el asesinato de un niño, el
secuestro de un niño y su muerte hubo una cadena de miradas que fueron de
evasión, conductas sin compromiso y una declamación de derechos del niño que
solo quedaron en eso…en meras palabras.
Un niño muerto es un grito de
impotencia que estuvo silenciado, una voz de un niño que no fue escuchado. Un adolescente muerto por sobredosis, un adolescente
adicto en el ámbito del delito, una adolescente explotada sexualmente,
“desaparecida” en las oscuras tramas de la trata , es responsabilidad de la
indiferencia social y del Estado que antes los abandono a su suerte .
Condenamos los horrendos hechos, pero mientras el miedo, la
indiferencia, no sean desterrados del actuar de todo operador social en su
actuación frente a un niño, un adolescente víctima de violencia, maltrato o
abuso sexual, mientras no haya conductas de búsqueda en el conocimiento
multidisciplinario de las problemáticas de la violencia de género, adicciones y
abuso sexual infantil e incesto seguiremos acumulando victimas…
No podremos evolucionar como sociedad humana si no miramos
en esa dirección y asumimos cada uno en su rol social su compromiso inalienable
para con niños, niñas y adolescentes, y lo hagamos con valor y con intención.
Y para concluir refiero las palabras de Eva Giberti “ Los adultos, pero esencialmente
quienes tienen capacidad de decisión no están exentos de responsabilidad en la
necesidad de dotar de esperanzas el futuro de los niños”
Margarita Zerda, responsable del CIAF municipal de la ciudad
de Federacion
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