Desde el próximo lunes suben las naftas y las tarifas de gas
Habrá una nueva ola de presión inflacionaria desde el
próximo mes. Petroleras, de mal humor, presionan por más aumentos
Las condiciones que el Gobierno fue fijando desde que asumió
para los precios de la economía, amenazan seriamente los intentos de contener
la inflación. Los precios regulados dentro del IPC del INDEC que conduce Jorge
Todesca, empezarán abril con nuevas alzas, y en el caso de los combustibles con
fuerte incidencia de la evolución del dólar en lo que resta de esta semana. El
lunes 1, las petroleras trasladarán al público el 50% del aumento en el
impuesto a los combustibles que el gobierno resolvió por decreto percibir en
dos etapas, una en marzo y otra en abril. La incidencia del 50% del impuesto
sobre el precio final será menor que en marzo, sobre todo en el caso del
gasoil. Esto porque en el mes actual ya se está pagando el 100% del impuesto a
la emisión de dióxido de carbono en todos los productos y del adicional sobre
el gasoil.
Así, por el factor impositivo las naftas subirán en abril
$0,4268 y el gasoil $0,2538 por litro, ya descontada la parte del
biocombustible porque no está gravada. Pero las petroleras están dispuestas a
aplicar desde ese mismo día un nuevo ajuste porque hay coincidencia en que
resulta contraproducente realizar dos aumentos en un mismo mes.
Y en ese sentido, en este caso la evolución del dólar es el
elemento más determinante. Desde el 28 de febrero, cuando se decidió el último
incremento al público, el dólar pasó de $40,14 a $43,01 al cierre de ayer, lo
que significa un alza del 7,1%. Si no hubiera presiones políticas y sin la
cautela que impone la caída del consumo, las petroleras trasladarían esa
devaluación al precio de salida de refinería sin impuestos, lo que en un litro
de nafta super de YPF significa un alza de más del 4% al público, que llegaría
al 5% sumando $0,4268 del impuesto. Falta saber todavía el nivel del dólar el
último día de esta semana y los aumentos en los biocombustibles que están a
cargo de la Secretaría de Energía. Por ahora del lado de la cotización
internacional del petróleo no surgen presiones, porque el crudo de referencia
en el mercado local se ubica entre u$s66 y u$s67, casi igual que a fines de
febrero.
El mismo 1 de abril empezarán a regir las nuevas tarifas de
gas, que va a reconocer a las petroleras que producen este hidrocarburo un tipo
de cambio de $41,97 por lo que vendan hasta el 30 de septiembre. Esa cotización
es un 11,3% más alta que la considerada en las tarifas vigentes ahora, pero
para las productoras significa un precio del dólar menor al de ayer y al que
puede esperarse a medida que se acerquen las elecciones, lo que puede acentuar
el mal humor de estas empresas con el Gobierno.
Se presume que para cubrirse de esa situación, las
petroleras ofrecieron gas a las distribuidoras a un precio superior a u$s7 por
el 30% del producto que faltaba contratar para el invierno, después de la
subasta que organizó el Gobierno en febrero.
Lo que todavía no se puede precisar es si el ENARGAS
convalidara ese precio para el gas contratado en el último mes. Porque en caso
de que lo haga el aumento en las tarifas del público será mayor al 30% con que
el gobierno viene insistiendo. Además, el ENARGAS y el Gobierno deben definir
si mantienen el índice de precios mayoristas (IPIM) para el ajuste de los
ingresos de transportistas y distribuidoras. El acumulado del semestre
septiembre-febrero fue del 38,5%.
En octubre pasado el Gobierno resolvió cambiar el método de
ajuste pero la medida fue cuestionada por las empresas que se reservaron el
derecho de iniciar acciones administrativas y judiciales. En audiencia pública,
pidieron que se les reconozca lo que se les restó en octubre. Si esto se
acepta, los márgenes de transporte y distribución deberían aumentar un 48%, y
la meta de contener el aumento final en 30% sería incumplible, publicó Ámbito.
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