El tarifazo es provincial, hay que hacerse cargo y decir la verdad (de cómo en Entre Ríos el delivery es más caro que la pizza)
El candidato a Gobernador de Cambiemos, Atilio Benedetti, se
ha comprometido a reducir un 10% el costo de la tarifa eléctrica en la
provincia de Entre Ríos ni bien asuma, una medida rápida, necesaria y razonable
en el corto plazo, que seguramente deberá complementarse con otras. Benedetti
responde de esta manera a una legítima demanda de la ciudadanía entrerriana,
agobiada por una de las tarifas eléctricas más caras del país, por lejos la más
cara de la Mesopotamia, dijo el diputado provincial, José Antonio Artusi, en una
nota de opinión, enviada a 7Paginas.
Como el oficialismo, ahora devenido en “Creer Entre Ríos”
ante la evidencia de la incapacidad de las siglas PJ o Frente para la Victoria
para presentarse ante la sociedad, carece absolutamente de ideas o propuestas
para enfrentar este grave problema, se recurre, de manera previsible, a las ya
clásicas descalificaciones y chicanas que todos conocemos.
Se impone por ello la necesidad de brindar información que
arroje un poco de luz sobre este tema. Y
para eso es imprescindible, aunque suene remanido, recordar brevemente de donde
venimos, para tratar de dimensionar y comprender la magnitud del descalabro
energético que nos dejó el gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner, o sea el
de Jorge Busti, Sergio Urribarri, y Gustavo Bordet, o sea el del PJ /Frente
para la Victoria / Creer Entre Ríos o como se llame.
De dónde venimos? De un escenario en el que el
irresponsable y demagógico atraso
tarifario generó un fenomenal déficit energético, caída de las reservas y
producción de hidrocaburos, deterioro de la infraestructura y la matriz
energética; y que demandó un verdadero festival de subsidios a la energía que
tuvieron dos sesgos particularmente negativos: fueron desparejos desde el punto
de vista territorial (concentrados en la región más rica del país) y regresivos
socialmente (osea “pro ricos”, beneficiando al quintil de mayor poder
adquisitivo de la sociedad en mayor medida que al resto) . Para decirlo
claramente, los subsidios del gobierno kirchnerista beneficiaron sobre todo a
los ricos del Area Metropolitana de Buenos Aires, lo que dió lugar a un
tremendo despilfarro y consumo irresponsable de energía por años. Pero esos
subsidios no fueron gratis, los pagaron sobre todo los pobres del interior del
país a los que nunca les llegó el gas natural o el agua potable y las cloacas -
obras que en muchos casos este gobierno de ricos insensibles está concretando-
a través del IVA y el impuesto inflacionario. Pero eso no fue todo, la pérdida
del autoabastecimiento energético obligó a recurrir a importaciones de combustibles
caros y contaminantes, eso más los subsidios aumentaron el gasto público de
manera significativa, ello levó a un enorme déficit fiscal, inflación, y una
enorme deuda social en infraestructura de servicios básicos, todos problemas
cuyas consecuencias todavía estamos sufriendo, y que no se revertirán por
completo en el corto plazo.
¿Comunicó correctamente el gobierno nacional este verdadero
desastre energético? Es probable que no. Parece útil en este sentido recordar
las reflexiones de dos periodistas al respecto:
“Debe haber pocos casos en la historia que registren una
situación como lo que sigue: los sectores más pobres de una sociedad se
movilizan, militan y ensalzan a organizaciones sociales, ONGS o líderes
políticos que pugnan por mantener decisiones de política de ingresos que
favorecen a los ricos y perjudican a los pobres…” Gustavo Bazzan, Clarín,
21/08/16
“El ruidazo", la Marcha de las Velas y demás protestas
de estos días en el distrito metropolitano son observadas con una mezcla de bronca
y sorna por nuestros compatriotas provincianos, que siempre pagaron tarifas
mucho más altas. El país unitario modelado por el kirchnerismo liberó de esa
carga a los habitantes de la gran ciudad y de sus alrededores (algunos de
ellos, con hábitats "africanizados" que ese mismo régimen empeoró con
su desidia y corrupción). Condonó gastos por igual al que lo necesitaba como
para el acomodado habitante de Barrio Norte o San Isidro. Y con el gas, peor
aún: los más pobres pagaron mucho más por su garrafa que los que estaban
conectados. Un disparate…”. Pablo Sirvén, La Nación, 22/04/18
Quizás faltó llamar a las cosas por su nombre. Los
disparates sólo pueden calificarse como disparates. Veamos algunos datos: Entre el año 2000 y
2015 los precios de la economía subieron un 1400%. La tarifa de electricidad en
el Area Metropolitana de Buenos Aires subió sólo un 30%. Alejandro Einstoss,
experto del Instituto Mosconi, señaló que
“… un usuario residencial del Gran Buenos Aires en 2015 pagó por el
servicio eléctrico la sexta parte que un usuario en Santa Fe y casi la tercera
parte que el promedio nacional…”. Actualmente esas asimetrías se han reducido
pero todavía persisten; podríamos decir que esa relación que llegó a ser de 1 a
6 puede haber llegado, grosso modo, a 1
a 2.
Aún así los usuarios de Edenor y Edesur siguen estando
notablemente beneficiados con respecto a los de la mayoría de las provincias
argentinas. Los subsidios económicos a la energía y a los combustibles llegaron
a representar en 2014 casi el 4,5% del PBI, un porcentaje exhorbitante
prácticamente imposible de encontrar en cualquier otro país. Y así llegamos al
2015 con un déficit fiscal consolidado que superó el 7% del PBI. Todas estas
cifras pueden ser difíciles de interpretar para no economistas. Pongámoslo en
unidades más concretas: diversos
economistas han estimado que entre 2003 y 2015 se gastaron 24 puntos del PBI en
subsidios a la energía y combustibles. A precios del año pasado serían U$S 150
mil millones, que equivalen a 3 millones de viviendas nuevas o 17 autopistas
entre Usuhaia y La Quiaca.
Frente a este panorama, el gobierno del Presidente Macri
tuvo que tomar la decisión de efectuar ajustes graduales en las tarifas de
generación de energía eléctrica, o sea el costo mayorista que deben afrontar
las empresas distribuidoras, en nuestro caso ENERSA y diversas cooperativas. En
esta decisión el gobierno nacional no estuvo solo, aunque ahora algunos
prefieran hacerse los desentendidos y apelar a la memoria selectiva. El propio
gobernador Bordet, junto a los demás gobernadores y el gobierno nacional,
suscribió el 20 de Abril de 2017 el Acuerdo Federal Energético, que - entre
otras cláusulas - dispone que “es necesario armonizar entre las distintas
jurisdicciones las políticas de precios y tarifas en el sector energético a fin
de evitar distorsiones”, y “asegurar que las tarifas y precios retribuyan los
costos económicos relacionados con su producción, importación, transporte y
distribución, permitiendo la inversión eficiente en esos segmentos”.
El gobierno nacional adoptó por lo tanto, de manera sensata
y responsable, un conjunto de medidas tendientes a una reducción gradual del
atraso tarifario en el sector mayorista,
la disminución del déficit energético, la mejora de la infraestructura y
de la matriz energética, la quita paulatina de subsidios indiscriminados, la
implementación de subsidios transparentes a la demanda (tarifa social y plan estímulo) dirigidos a proteger a los
sectores más vulnerables de la población y a fomentar e ahorro y el consumo
responsable; la disminución de importaciones, la consiguiente reducción del
gasto público, y con ello la reducción del déficit fiscal. Cabe recordar que
los subsidios a la demanda fueron transferidos a las provincias, con el
consentimiento de éstas, en el marco de los acuerdos fiscales que restituyeron
la transferencia automática de recursos coparticipables y que devolvieron la
vigencia del federalismo fiscal en nuestro país.
Ahora bien, ¿cómo es posible que habiéndose producido una serie
de aumentos impostergables, que nadie niega que sean significativos, en el
sector mayorista, y que éste afecta por igual a todas las provincias, tengamos
sin embargo una enorme dispersión en las tarifas que deben afrontar los
consumidores de las distintas provincias?
Aquí es dónde se hace necesario aclarar cómo está compuesta la factura
del servicio eléctrico, o sea por 3
ítems:
1) PRECIO MAYORISTA DE LA ELECTRICIDAD (Costo de generación
y transporte) Este se determina a nivel nacional.
2) COSTO DE DISTRIBUCIÓN O V.A.D., valor agregado de
distribución (Costos de operación y mantenimiento, costos comerciales, de
expansión, etc.) Este lo determina cada provincia, a través de sus entes
reguladores, de manera autónoma. Aquí radica fundamentalmente la explicación de
la enorme dispersión entre provincias.
3) CARGA TRIBUTARIA (Impuestos, tasas y
contribuciones).
Es por ello que pagando todas las empresas prácticamente el
mismo costo mayorista por la energía que adquieren a Cammesa, hay sin embargo
diferencias tan pronunciadas entre lo que paga un consumidor entrerriano con lo
que debe pagar un consumidor de otros distritos. Para decirlo en pocas palabras, el principal
problema en Entre Ríos es el desmesurado costo de distribución, que se
determina en la provincia, no el costo mayorista! O sea, el tarifazo es
provincial. Los números en este sentido son contundentes. El año pasado el
valor agregado de distribución en Entre Ríos, para un usuario residencial con
500 kwh/mes de consumo, era más de 3 veces el de Misiones y más del doble que
el de Mendoza.
En ese entonces la relación entre el valor agregado de
distribución y el costo mayorista era el 50% en Misiones, el 79% en Mendoza, y
el 162% en Entre Ríos! O sea, como dijera un amigo en una ilustrativa metáfora,
“en Entre Ríos, el delivery es más caro que la pizza”. Con respecto ala carga
tributaria, el gobierno provincial dispuso de mala gana el año pasado una leve
reducción en las alícuotas del impuesto destinado al Fondo de Desarrollo
Energético de Entre Ríos, que - para decirlo en términos energético - no
“movieron el amperímetro”, pasaron prácticamente desapercibidos para los
consumidores.
"Cada provincia decide sobre la tarifa que paga su
empresa y generalmente es en torno a un cálculo que tiene en cuenta cuestiones
como densidad de población o los kilómetros de líneas que necesita mantener una
compañía. Pero la diferencia es muy grande más allá de estas cuestiones",
destacó recientemente Cecilia Laclau, presidente de Fundación para el
Desarrollo Eléctrico (Fundelec). Mal puede llamarse federalismo a este
verdadero descontrol, en el que cada provincia hace lo que se le canta, con
recursos que en última instancia son de todos los argentinos.
Esas diferencias explican que en Febrero de 2019 un usuario
residencial misionero que consumiera 300 kwh/mes pagara sólo el 55% de lo que
debía pagar un consumidor entrerriano con idéntico consumo. Y un mendocino el
70%. Las diferencias son aún más marcadas en el sector industrial y comercial.
Recientemente el Consejo Empresario de Entre Ríos difundió un informe del que
se desprende que en Corrientes una industria que consume 2000 kwh paga el 42%
de lo que paga por igual consumo una industria entrerriana y un comercio que
consume 2000 kwh paga el 42% de lo que paga por idéntico consumo un comercio
entrerriano.
Ante este panorama no debería llamar la atención que
productores arroceros evalúen irse a Corrientes o que empresarios industriales
piensen seriamente en buscar otros destinos para sus inversiones. Con estas
tarifas castigando de esa manera al sector productivo será muy difícil sacar a
la provincia del estancamiento y la pérdida de oportunidades en que está sumida
desde hace demasiado.
Frente a esta situación, desde nuestra responsabilidad
legislativa no nos hemos cruzado de brazos; además de criticar la inacción y la
falta de ideas del gobierno provincial hemos propuesto una serie de iniciativas
concretas, que pueden consultarse en la página de la Cámara de Diputados de
Entre Ríos, y hemos procurado divulgar dichas iniciativas en toda la provincia.
Pretendíamos que tales propuestas constituyeran un aporte al debate
parlamentario y al intercambio serio y responsable de ideas, en pos de lograr
acuerdos que permitan sostener verdaderas políticas de Estado que trasciendan
una circunstancial administración. Lamentable ese debate ha sido imposible, y
no tenemos los votos suficientes para hacer prosperar nuestros proyectos. En síntesis, nuestros proyectos se centran
en:
1) Disminuir costos de distribución en Entre Ríos en el
corto plazo
- Logrando mayor eficiencia y austeridad en ENERSA
- Segmentando cada mayores consumos.
2) Reducir carga tributaria
- Reducir el % del recargo del FDEER
- Coparticipar 50% de recargo FDEER a municipios y revisar
topes a tasas municipales, en acuerdo con los municipios
3) Revisar de manera integral cuadros tarifarios en el
mediano plazo
- Auditorías de costos de ENERSA
- Audiencia pública
4) Normalizar el EPRE
5) Comisión bicameral de seguimiento de contratos de
concesión de distribución
5) Compensación a Entre Ríos x energía de Salto Grande.
Cobro de regalías en especie
6) Fomento del ahorro, la eficiencia y la autogeneración
eléctrica.
7) Diversificación de la matriz energética provincial
(biomasa, fotovoltaica, etc.)
A nivel nacional es mucho lo que se ha hecho pero es
muchísimo más lo que falta hacer, y como decimos la verdad y nos hacemos cargo,
también decimos que se han cometido errores, que algunos se han revisado y
otros todavía no, y que hace falta revisar algunas políticas específicas y
elaborar e implementar un plan estratégico de desarrollo energético de largo
plazo. Y es verdad que lo que se ha
hecho es apagar el incendio y sentar trabajosamente algunas bases, sabiendo que
no existen todavía condiciones objetivas para avanzar en reformas más
ambiciosas por las que algunos seguiremos luchando, tales como la
nacionalización de los hidrocarburos, la que quería Yrigoyen y no lo dejaron,
la que Frondizi logró, la que Onganía derogó, la que nunca más volvió.
Volviendo a la coyuntura, debe quedar claro que no es
volviendo al pasado del facilismo irresponsable y de políticas absurdas - que
bajo la máscara de una impostura populista nos llevaron a perjudicar a los que
menos tienen y dejaron un desastre energético que llevará años revertir - cómo
lograremos salir adelante. Lo haremos diciendo la verdad, haciéndonos cargo y
haciendo cada uno en su esfera lo que tiene que hacer, sin buscar culpas en los
demás como única excusa para intentar vanamente explicar los fracasos propios.
Cambiemos Entre Ríos.
Se puede, hace falta voluntad política por parte de un nuevo
gobierno que tome el tema con decisión y compromiso.
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