Chajarí elige al mejor amigo de la ciudad
Por cuarto año consecutivo el municipio abrió
una instancia de participación para que los vecinos postulen, en las redes
sociales de Gobierno de Chajarí, a quienes creen que son merecedores de este
reconocimiento social. Hay tiempo para participar hasta el viernes 14 de junio.
En primer lugar, cabe mencionar que, con quien
resulte elegido en este 2019, se hará un audiovisual que se proyectará en la
Fiesta de la Amistad que se realizará el domingo 21 de julio en las instalaciones
del Club Vélez Sarsfield. Del mismo modo, se le entregará un diploma en el acto
a realizarse el sábado 20 de julio, Día del Amigo, y, además, se identificará
con su nombre uno de los mosaicos existentes en el Jardín de la Amistad,
ubicado en el cantero central de Av. 9 de Julio entre Urquiza y Moreno.
Asimismo, hay que recordar que el año pasado
resultó electo como mejor amigo de la ciudad, el Médico Veterinario Alan
Aispuru quien, además, es responsable del Área de Zoonosis del Municipio local.
Del mismo modo, Alan es un joven profesional de la ciudad que demuestra
constantemente su amor y dedicación por los animales, a quienes cuida de
especial manera, aspectos que fueron destacados por los votantes.
En 2017, en cambio, este reconocimiento del
Gobierno de Chajarí recayó sobre la Doctora Graciela Zambón quien trabajó
durante toda su vida de una profesión que ama: la pediatría. En este sentido,
se desempeñó en hospitales, guarderías, centros de salud municipales y
consultorio, donde aún sigue trabajando a diario. Una mujer que siempre supo lo
que quiso, que luchó y trabajó para conseguirlo, fue reconocida por la ciudad
e, indudablemente, muchos de sus pacientes (aun sin saber hablar) estuvieron
más que orgullos de ella.
Por otra parte, en 2016 – primer año de
reconocimiento a los mejores amigos de la ciudad – el más votado fue Aníbal
“Manisero” Luna quien ya no está entre nosotros. Sin embargo, es recordado
desde entonces por todos los chajarienses, y en las plazas, las canchas de
futbol local, los eventos públicos y privados y muchas esquinas de la ciudad
aún parece escucharse su inolvidable “maní, maní”.
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