El aborto vuelve a dividir al Gobierno: evaluó armar una PASO entre "verdes" y "celestes"
Marcos Peña analizó la posibilidad de abrir unas primarias
para los dos sectores de Cambiemos que tienen perspectivas opuestas
En el laboratorio electoral del Gobierno suelen elucubrarse
hasta los planes más disparatados. Incluso a veces suelen ocupar un lugar
relevante en los medios, y los cerebros de la campaña macrista aprovechan la
filtración para medir el humor social.
Sin embargo, hubo una idea descabellada que sí se analizó
hasta bien cerca del cierre de listas, que había sido bien recibida por algunos
de los integrantes más selectos de la mesa chica del oficialismo y que no
terminó de prender entre el resto porque concluyeron que, al final, sería peor
el remedio que la enfermedad.
Según confirmaron a este medio altas fuentes oficiales, el
Gobierno estudió habilitar unas PASO entre "verdes" y
"celestes" para dirimir la grieta entre los candidatos que están a
favor y en contra de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que el año
pasado provocó profundas divisiones en el oficialismo -en especial en los
interbloques del Congreso- y que ahora volvieron a reavivarse tras el cierre de
listas del fin de semana.
Según aseguraron las fuentes, el jefe de ministros, Marcos
Peña, principal estratega de la campaña, había dado en principio el visto bueno
a la primaria, cuya implementación fue descartada primero en la ciudad de
Buenos de Buenos Aires. En territorio bonaerense, tardó más en desecharse.
La discusión interna en torno al aborto, además de la
paridad de género que empezó a implementarse este año tras su aprobación en el
Parlamento, llevó al máximo las tensiones propias dentro de la alianza ex
Cambiemos durante los cierres de listas.
Al momento en el que Mauricio Macri habilitó la discusión
parlamentaria del proyecto de IVE, a mediados del año pasado,
"verdes" y "celestes" se trenzaron en un debate interno que
escaló hasta niveles, en algunos casos, intolerables. De hecho, la exclusión de
Daniel Lipovetzky de la renovación de su banca fue razonada desde el vamos por
su activo rol a favor del proyecto de ley, más allá de que no haya sido la
principal razón por la que la Casa Rosada prescindió de su nombre en la lista
de diputados nacionales de la Provincia.
Sí hubo, de todos modos, constantes presiones por parte del
sector "celeste" por la conformación de las listas. El propio Macri
trató de aquietar los ánimos cuando recibió, horas antes del sábado, a Amalia
Granata, legisladora electa de Santa Fe y férrea opositora al proyecto del
aborto legal, seguro y obligatorio que naufragó en el 2018 en el Senado.
Fue un encuentro milimétricamente agendado. Horas después de
la cita, Granata confirmó: "Me dijo que era pañuelo celeste, como
yo". Ninguna voz habilitada del Gobierno salió a relativizar, aclarar o
compensar sus declaraciones. Es una verdadera incógnita qué piensa de verdad el
jefe de Estado sobre el tema.
En la ciudad de Buenos Aires, la militancia
"celeste", que había sido reunida por Peña unos meses antes para
explicar la situación interna -hubo diputados, senadores y funcionarios-, está
furiosa por la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de ceder ante el pedido de
Martín Lousteau de completar el binomio que competirá por el Senado con una
dirigente joven y afín a sus ideas, un requisito que incluía al aborto. La
elegida fue Guadalupe Tagliaferri. Marta Varela y Federico Pinedo, que en
diciembre les dejarán sus bancas al economista y a la ministra porteña, en caso
de que Juntos por el Cambio obtenga los dos lugares, votaron en contra de la
ley de IVE.
Es tal el sabor amargo en el bando contrario al proyecto que
por estas horas dejaron trascender que podría aparecer un corte de boleta en
contra de la lista de senadores del oficialismo. Al jefe de Gobierno porteño lo
tiene sin cuidado. Necesitaba sí o sí dejar conforme al ex ministro de Economía
K para avanzar en su objetivo central de esta campaña: convertirse en el primer
alcalde en ganar en primera vuelta.
En el caso de Diputados de la Ciudad, la lista es encabezada
por Maximiliano Ferraro, el presidente de la Coalición Cívica que apoya
públicamente el aborto legal, seguro y gratuito. Su segunda, Victoria Morales
Gorleri, ex legisladora y directora nacional del Ministerio de Salud y
Desarrollo Social, milita en el movimiento denominado "pro-vida". Es
muy cercana a la Iglesia y al Papa Francisco.
El año pasado, tras la media sanción de la ley, un buen número
de diputados "celestes" del oficialismo -y algunos pocos de la
oposición- se reunieron con Mario Poli, arzobispo porteño, en la sede del
Episcopado. Fue para agradecerles por el rechazo al proyecto. El Gobierno hizo
en el 2018 enormes esfuerzos para convencer a la Iglesia de que el impulso al
debate no había sido para "desviar la atención" de la crisis
económica.
Fue, de hecho, uno de los mensajes que, en medio de la
discusión parlamentaria, envió vía WhatsApp el jefe de Gabinete a los
principales diputados y senadores del interbloque oficialista. Para ese
momento, las heridas internas en la coalición de gobierno ya sangraban desde
hacía rato.
En la provincia de Buenos Aires, la interna por el aborto
también caló hondo. Se buscó el equilibrio, además del respeto por la paridad.
Los 10 primeros lugares de la lista de Diputados están
ocupados en su mayoría por "verdes": María Luján Rey, Miguel Bazze,
Silvia Lospennato, Waldo Wolff, Mercedes Joury -cercana al jefe de Gabinete
provincial, Federico Salvai-, Sebastián García de Luca y Karina Banfi.
Cristian Ritondo, que encabeza la nómina y que estudió en
una escuela católica, aún no tomó posición pública. De los 12 diputados que la
coalición de Gobierno renueva en diciembre, entre el PRO y la UCR, 8 votaron a
favor del proyecto a mediados del año pasado.
La división por el aborto volverá a presentarse cuando el
Congreso discuta de nuevo el tema. Y el oficialismo volverá a tensarse.
Infobae
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