Campaña de visibilizacion del abuso sexual en la infancia municipalidad de Federación, cartelería callejera
El abuso sexual en la infancia es una de las violencias más
aberrantes hacia la integridad y el desarrollo social e individual de niños,
niñas y adolescentes, expresa el informe enviado a 7Paginas. Es un delito que en muchos casos queda en la impunidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de cada 5 mujeres y uno de
cada 13 varones han declarado haber sufrido abusos sexuales durante su
infancia, lo que en Argentina representa alrededor de 2 millones de chicos.
Los medios masivos de comunicación reproducen noticias sobre
niños, niñas y adolescentes únicamente cuando se trata de abusos, violaciones o
muertes. Ante la conmoción por los casos que conocemos a diario y por los
cuales rasgamos nuestras vestiduras, es necesario plantearse: ¿Qué hacemos
cuando nos toca de cerca? En Argentina, el 75% de los abusos se dan en el
núcleo intrafamiliar. Naturalizado desde hace siglos e invisibilizado para
mantener la apariencia y las tradiciones de una "Familia Ideal".
En un clima de violencia generalizada, es para destacar la
reciente sanción de la ley que obliga al Estado a actuar de oficio ante los
delitos de abuso sexual en la infancia. Antes de la ley, la madre, el padre o
la persona a cargo tenían que ratificar los testimonios, y una muy baja
cantidad de casos llegaban a la justicia.
El abuso sexual en la infancia deja secuelas que son
comparables a las de haber sobrevivido a una guerra, estas son conocidas como
Trastorno Por Estrés Post Traumático, tales como terrores nocturnos, insomnio,
enuresis (falta de control para orinar), reaccionar exageradamente ante los
estímulos, hipervigilancia, ansiedad o depresión, etc.
El CIAF, viene desarrollando su trabajo de visibilizacion
del abuso sexual de niños, niñas y adolescentes
desde 2013, hablando de un tema
del cual nadie quiere hablar, y juntas ser respuesta ante una problemática que
no discrimina clases sociales.
El abuso en las infancias tiene que dejar de ser
invisibilizado y naturalizado por las familias, el sistema judicial y el
Estado, que ejercen la cultura del silenciamiento, el inexistente Síndrome de
Alienación Parental (SAP) y la revictimización del abusador, dejando en total
vulneración a niños y niñas, obligándolos a revincularse con sus agresores. Es
hora de empezar a romper el silencio, es hora de creer en la voz de victimas y
sobrevivientes, es hora de extender la mano para acompañar, ayudar, y
empatizarnos. Nosotras te escuchamos, nosotras te creemos.
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