Fernandez analiza qué hacer con la cuarentena obligatoria en las provincias y por qué puede prolongar su duración hasta mayo
El Presidente tiene información de los contagios del
coronavirus en tiempo real, lee artículos científicos que llegan sin descanso a
su celular y comparte sus opiniones con un puñado de ministros, secretarios,
intendentes, gobernadores y expertos en epidemiología que trabajan a deshoras y
sugieren extender el confinamiento hasta tener mayor certeza sobre la curva de
la pandemia
Alberto Fernández tiene una pantalla en la sala de reuniones
de la quinta de Olivos que siempre está encendida. Ese monitor titilante exhibe
los datos actualizados del impacto de la pandemia en la Argentina. Los números
crudos del monitor -contagiados, recuperados y muertos por provincia- son
explicados y decodificados por Ginés González García y el comité de expertos
que asesora al presidente.
Con esa explicación, el jefe de Estado abre una línea de
diálogo político con un puñado de miembros del gabinete nacional, gobernadores,
intendentes del conurbano y legisladores de ambas cámaras parlamentarias. Y una
vez que termina este proceso científico-político, Alberto Fernández asume que
ya está en condiciones de ejecutar sus próximas decisiones institucionales
sobre el coronavirus.
Se trata de una sucesión de actos presidenciales que tiene
consecuencias sanitarias, sociales, económicas y políticas. Así, en la soledad
de su despacho en Olivos, el Presidente decidió en las últimas horas plantearse
la posibilidad de extender el confinamiento más allá de los cálculos iniciales.
Alberto Fernández no descarta que la cuarentena obligatoria
continúe hasta el domingo 3 de mayo.
El jefe de estado teme que la suspensión anticipada de la
cuarentena puede causar una catástrofe idéntica a la tragedia mortal que ya
sufrió España, Italia, Francia y New York. Y no quiere correr riesgos
innecesarios.
La pantalla con los datos del coronavirus que Alberto Fernández
tiene en la quinta presidencial de Olivos
La pantalla con los datos del coronavirus que Alberto
Fernández tiene en la quinta presidencial de Olivos
El proceso de toma de decisión presidencial será puesto a
prueba el próximo viernes. Ese día, Alberto Fernández deberá decidir si
extiende la cuarentena hasta el 23 de abril, o prórroga la fase III del
confinamiento hasta el 3 de mayo incluido.
Para llegar a esa decisión, el Presidente tendrá en cuenta
las siguientes variables:
1. El número de testeados, contagiados y muertos por el
coronavirus.
2. El número de camas destinadas a terapia intensiva.
3. El número de respiradores entregados.
4. El número de reactivos PCR
5. La cantidad de insumos (Alcohol en gel y barbijos, por
ejemplo) que tengan la administración central, la provincia de Buenos Aires y
la Capital Federal.
6. El comportamiento social medido a través del sistema de
georeferencia.
Sobre estas variables constantes, Alberto Fernández aplicará
conceptos científicos que aportarán su comité de expertos. En este sentido, la
preocupación principal es la categoría de contagiado silente. Es decir: el
contagiado que no tiene en cuenta su condición y que una vez liberada su cuarentena
se transforma en un vector mortal.
Como no hay múltiples testeos para tener una media
representativa, el temor de la comunidad científica es levantar la cuarentena
hacia fines de abril y que todo se vuelva una catástrofe. Más que nada
evaluando que el pico de la pandemia no llegó y que la mayoría de los países se
protegen del coronavirus extendiendo el confinamiento.
En Olivos se plantean la siguiente hipótesis: sí el pico aún
no se consumó, porqué terminar la fase III de la cuarentena antes que termine
abril, cuando se cree que la pandemia alcanzará su climax hacia fines de mayo.
Entonces podría ocurrir, para evitar un impacto en el humor
social, que se anuncie la extensión hasta el 23 de abril y luego se ejecute una
nueva prórroga hasta el domingo 3 de mayo.
Todavía ningún representante político se atrevió a
comunicarlo en público, pero en las conversaciones reservadas en Olivos, en las
videoconferencias y en los chats que llegan a los celulares de los principales
protagonistas de la crisis, un concepto se repite sin eufemismos: el número de
muertos puede crecer de manera exponencial.
Y por eso, Alberto Fernández evalúa prorrogar la cuarentena
hasta mayo y no atenuar su flexibilización productiva, pese a la presión
constante de la Confederación General del Trabajo (CGT), la Cámara Argentina de
Comercio (CAC) y la Unión Industrial Argentina (UIA).
Alberto Fernández flanqueado por Axel Kicillof y Horacio
Rodríguez Larreta
Alberto Fernández flanqueado por Axel Kicillof y Horacio
Rodríguez Larreta
El Presidente toma las decisiones y tiene -hasta ahora- el
apoyo cerrado de todos los gobernadores y los intendentes del conurbano
bonaerense. Alberto Fernández entiende las consecuencias económicas que causa
la cuarentena obligatoria, pero ya se pronunció a favor de la salud pública
frente a las sugerencias de la CGT, la UIA y la CAC.
Desde esta perspectiva, el jefe de Estado no hará
excepciones con las provincias sin contagios -Catamarca, Chubut y Formosa-, y
sólo ablandará la cuarentena si tiene el aval de la comunidad científica. Esa
flexibilización podrá ocurrir en el interior del país, y será sumamente
restringida en la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires.
Alberto Fernández privilegiará la mirada académica al
momento de fijar los términos y la duración de la cuarentena. Escuchará a la
clase política y al establishment empresarial, pero su lógica se apoyará
-siempre- en optar por la salud pública.
Hace unos días fue al instituto Malbrán en helicóptero desde
Olivos, y se preocupó por la cantidad de gente que observó en el conurbano y la
Capital Federal. Esa tarde conversó sobre el tema con Axel Kicillof y Horacio
Rodríguez Larreta, que juegan en tándem al margen de sus miradas disímiles
sobre la Argentina y el mundo.
Ese viaje al Malbrán fortaleció la perspectiva presidencial
sobre la decisión de extremar la cuarentena en el AMBA. Y el círculo se cerró
cuando recibió al pie del helicóptero a Alberto Crescent, titular del Sistema
de Atención Médica de Emergencias de Buenos Aires (SAME), antes de regresar a
Olivos.
Después de los saludos de rigor, Crescenti fue directo al
punto: “hay que mantener la cuarentena, no hay otro camino”, recomendó el
titular del SAME.
-Sí, es lo que voy a hacer-, contestó Alberto Fernández
antes de subir al helicóptero que lo llevó de nuevo a la quinta de Olivos,
adonde varias veces al día revisa la pantalla titilante para observar cómo
avanza el enemigo mortal de la Argentina.
Infobae
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