Kneeteman advirtió sobre el regreso de “lo peor del peronismo” y criticó a Bordet por “unitario”
El ex diputado provincial y actual miembro del Comité
Provincial de la UCR advirtió que el país “está regresando a lo peor del
kirchnerismo” y apuntó contra el carácter “unitario” de la gestión de Bordet. Instó
a que el radicalismo vuelva a ser “una usina de ideas y dirigentes que aporten
a la construcción de una Entre Ríos justa, viable y predecible"
“Para que no vuelva el ‘vamos por todo’”, se titula una
columna de opinión que difundió el ex diputado Sergio Kneeteman que se
transcribe a continuación:
“En el 2015 en Argentina fuimos mayoría los convencidos que
era imperioso derrotar al kirchnerismo para crear otro modelo de país. El país
de la cultura del trabajo y el esfuerzo, del valor de la educación, del
diálogo, de la transparencia, de abrirnos al mundo. En contraposición al “vamos
por todo”, al populismo, al modelo que metió mano en las estadísticas, en la
justicia, que debilitó el Congreso. Que mantuvo en la pobreza a enormes
sectores de la población -a los que condenaron a vivir como guetos- para poder
manipularlos. Al gobierno que escrachaba a periodistas que pensaban distinto y
utilizaba la AFIP para disciplinar a empresarios “opositores”. Una verdadera
“década infame”.
Muchos aportamos lo que pudimos para cambiar esa situación.
En el radicalismo en particular, apostamos fuerte para que la Convención de
Gualeguaychú habilite la constitución de un frente capaz de derrotar ese
modelo. En las campañas electorales del año pasado trabajamos intensamente para
evitar volver a esa Argentina. Pero no alcanzó, aunque en Entre Ríos ganamos la
elección presidencial y para diputados y senadores, y en el país superamos por
mucho las expectativas que habían generado el resultado de las PASO.
A la pesadilla que nos ha traído la pandemia del
coronavirus, debemos sumarle ahora otra preocupación: estamos regresando a lo
peor del kirchnerismo. Justicia amañada, prepotencia, enfrentamiento social,
descalificación del adversario, irracionalidad económica.
En 2015 la mayoría de los argentinos le dio a Cambiemos la
posibilidad de comenzar a construir otro país, que supere lo peor que había
dejado el kirchnerismo. Claramente no estuvimos a la altura. No fuimos una
verdadera coalición y no pudimos replicar en el gobierno el éxito que habíamos
tenido como coalición electoral. Un sector del gobierno no valoró el generoso
apoyo que siempre hubo por parte del radicalismo. No se escucharon los reclamos
de integrantes de la propia coalición para corregir graves errores políticos,
como el de los excesivos aumentos de tarifas. Nuestro gobierno se enamoró de su
propio relato: “No importa lo que la gente deba sufrir, finalmente se van a dar
cuenta que nos tienen que apoyar igual porque solo nosotros podemos llevarlos
al modelo de país exitoso, similar a los mejores del mundo”.
Tuvimos el mejor equipo de análisis y estudio, con las
mejores tecnologías para la realización de campañas electorales, pero no fuimos
capaces de percibir y corregir los errores que nos llevaron al enorme fracaso
electoral de las PASO. Para la elección general pudimos realizar profundos
cambios, fuimos capaces de escucharnos, pudimos hacer propuestas que fueron
adoptadas, le sumamos campaña en la calle a la campaña de redes, y cuando todos
los consultores pronosticaban que la diferencia electoral se iba a ampliar,
pudimos reducir la brecha y recibimos el apoyo electoral del 40 % de los
argentinos.
En Entre Ríos, provincia en la que, como dijimos, triunfamos
en octubre, la situación económica es dramática desde hace mucho tiempo. Todos
recordamos al gobernador Bordet a
principios de 2016 decir “recibí una provincia fundida” (omitió decir: “de mi
propio partido político”). Y como lo sostuvimos siempre, pudo gobernar esos
cuatro años y volver a triunfar en 2019 gracias al apoyo económico de nuestro
gobierno nacional. Ahora debe gestionar un caos superior: para pagar los
sueldos depende de las partidas extraordinarias que le envíe el presidente
Fernández, y de la máquina de imprimir billetes. Y espera confiado que los
intendentes puedan aplacar los reclamos de los entrerrianos atemorizados por la
situación sanitaria y angustiados por la situación económica. Intendentes a los
que pide ese sacrificio, pero a los que les ha dicho que no van a recibir un
peso de esas partidas de emergencia. Federal para afuera y unitario para
adentro.
Desde Cambiemos rápidamente debemos asumir nuestros errores
para corregirlos y fortalecer de esa manera una coalición política
indispensable para el país y la provincia. Que sea capaz de realizar la más
responsable oposición y que a la vez se prepare para recuperar el gobierno
nacional y gobernar la provincia. Tenemos que cambiar esta situación de
estancamiento que ya lleva 20 años consecutivos de gobiernos peronistas.
Pero para cambiar la provincia primero tenemos que cambiar
nosotros. El radicalismo entrerriano debe asumir su rol como columna vertebral
de Cambiemos, sin esperar que nadie lo venga a buscar. Tenemos que ser un
partido del siglo XXI y no seguir atrasando con nuestras metodologías. Antes
del impacto de la pandemia, muchos sosteníamos que debíamos adaptarnos a los
cambios tecnológicos para reformular nuestra forma tradicional de hacer
política, y así poder interpretar y representar a las nuevas generaciones. Los
cambios que deberemos realizar post pandemia serán aún mucho mayores, y
difíciles de implementar si no somos conscientes que debemos adaptarnos
rápidamente a la sociedad futura. Nos va a exigir nuevas formas de organización
política y demandará ser liderada por dirigentes ágiles y entrenados en los
nuevos conceptos.
Es indispensable que nos preparemos para gobernar. Que
demostremos que somos capaces de superarnos y adoptar las más modernas técnicas
para estudiar, investigar y comunicar nuestras futuras e indispensables
propuestas de reforma. Y también debemos generar las condiciones para poder
plasmar nuestras ideas en acciones concretas que permitan mejorar la calidad de
vida de los entrerrianos y que apunten a sacar a Entre Ríos del atraso y la
postergación con el fin de ponerlo definitivamente en el siglo XXI.
Los desafíos son enormes y depende de nosotros volver a
hacer del radicalismo una usina de ideas, de dirigentes y propuestas que
aporten, desde el lugar que nos toque, a la construcción de una Entre Ríos
justa, viable y predecible. Tenemos con qué, tenemos el deseo de poder avanzar
en este sentido y también la obligación política de hacerlo”.
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