¿Cómo volver a la actividad deportiva post pandemia? ¿Dónde estamos?
Son muy heterogéneas las "realidades" de como los
diferentes deportistas ejecutaron trabajos de mantenimiento de algunas de sus
cualidades deportivas según las disponibilidad de espacios físicos,
elementos-equipos o recursos tecnológicos entre las muchas variables que nos
han afectado en el período de aislamiento social preventivo y obligatorio de la
pandemia.
Mientras el entrenamiento regular produce varias
adaptaciones fisiológicas que refuerzan el rendimiento físico, la detención o
disminución marcada del mismo induce a una reversión parcial o completa de
estas adaptaciones afectando el rendimiento deportivo. Las pérdidas,
lamentablemente, se generan más rápidamente que las ganancias deportivas.
Si por un período de tiempo no usáramos nuestro automóvil
cuando volviéramos a encenderlo probablemente, en la mayoría de los casos,
sería suficiente para obtener el mismo rendimiento antes de detenerlo. Sin
embargo, nuestro cuerpo no funciona de la misma manera.
«Nuestro service» no se realiza cada 10 mil kilometros… si
no día a día, entrenamiento a entrenamiento. El «motor» de nuestro cuerpo, el
sistema cardiovascular sufre una pérdida del 25 % en el espesor del músculo
cardíaco después de 21 días de inactividad que se traduce a una menor cantidad
de sangre circulante y disponible para la actividad muscular (10-17% menos
volumen sistólico). «Nuestros filtros» (capacidad pulmonar) sufren un rápido
deterioro de la función ventilatoria (disminución del 10-14 % en 21 días).
Tenemos «menos nafta» ya que hay una menor disponibilidad (17-33% menos)de los
sustratos de energía. Todas las enzimas disminuyen rápidamente su función
(entre el 12 y el 75% dependiendo de cual de ellas miremos). Nuestras
«cubiertas» se deterioran con el desuso: la disminución de fibras musculares
FT2a y ST generan pérdida de resistencia muscular que asociada a la depleción
del glucogeno (disminuciones del 20%) se traducen en perdida de la fuerza
(13%), fatiga, disminución de la capacidad funcional al ejercicio y a la
resistencia aerobica.
Es muy difícil saber cual es el punto en el que se encuentra
cada atleta en particular, pero es muy importante creer que, casi en la mayoría
de los casos, estamos en un punto donde con casi la total certeza estamos
disminuidos en nuestras capacidades deportivas. Cada atleta y su entrenamiento
será un verdadero rompecabezas para su entrenador y requerirá de evaluaciones
personalizadas y conocimiento de estas pérdidas para obtener la paciencia que
necesitamos para progresar, nuevamente y paulatinamente, al punto anterior a la
pandemia. Si no entendemos este concepto nos arriesgamos a exponernos a los dos
grandes «fantasmas» del deporte: la lesión y la enfermedad que nos re ubicarán
en la inquietante quietud que tanto nos afectó a los deportistas durante este
período tan único de la humanidad.
Gustavo Cardozo.
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