Preparando árboles cítricos para la próxima campaña
La poda de los árboles cítricos es una técnica cultural
sobre la cual existen diferentes perspectivas, tanto en lo referente a su
necesidad como a la ejecución de la práctica. Los resultados que muchas veces
se esperan de la poda, no siempre se consiguen, debiendo tener en cuenta que
sobre los árboles inciden otros factores como fertilización, estado sanitario,
riego, etc., que pueden influir tanto o más que la poda en el resultado final.
Los objetivos de la poda son en primer término, formar un
armazón vigoroso, fuerte, sólido constituido por ramas dispuestas en forma
adecuada, de manera que puedan soportar el peso de la cosecha, que brinde una
buena aireación e iluminación para no crear un ambiente favorable a la
proliferación de enfermedades. En segundo lugar conseguir un equilibrio entre
la vegetación y fructificación, asegurando de esta forma una producción
continua, regular, de calidad comercial y disminución del costo de producción,
al favorecer la aplicación y eficacia de otras tareas culturales y de la
cosecha. Y finalmente recuperar árboles agotados por excesos de producción en
campaña anterior y/o afectados por agentes climatológicos (heladas, granizo)
La poda también provee ventajas relativas en cuanto a la luz
solar ya que proporciona la energía para la fotosíntesis, por lo tanto es
necesario brindar a los árboles las condiciones óptimas para la captación de
luz solar por parte del follaje, teniendo en cuenta además que la luz solar no
sólo influye en la floración, sino que también en la maduración y color de los
frutos.
Por otro parte, la poda incide en el hábito de crecimiento
ya que las primeras ramas tienden a crecer verticalmente y luego debido a su
propio peso o por los frutos que hayan crecido, se arquean. En la parte
superior de estas ramas se producirán nuevas brotaciones, las que
posteriormente se inclinan, repitiéndose el proceso. De esta manera los árboles
adquieren un equilibrio entre la fructificación y la vegetación que puede
favorecer su longevidad, pero económicamente no es lo más adecuado. Mediante la
poda se debe intentar modificar el equilibrio natural para que el cultivo sea
más rentable.
En otro sentido, la relación entre la productividad y el
desarrollo vegetativo depende en gran medida del equilibrio entre los
compuestos de hidratos de carbono y de nitrógeno. Cuando ambos compuestos son
escasos, el desarrollo de los árboles es pobre
y baja su producción. Cuando el contenido de los hidratos de carbono es
bajo y alto el de nitrógeno, los árboles tienden a producir un crecimiento
vegetativo vigoroso y baja producción de frutos. Como los hidratos de carbono
se almacenan en hojas y ramas, una poda excesiva acentúa el problema mencionado
anteriormente.
A continuación es importante explicar los cortes básicos de
una poda: los principales cortes son el despunte y el desbrote, usados con
objetivos diferentes. El despunte es utilizado para romper la dominancia apical
y estimular la brotación lateral, generando árboles compactos. El desbrote es
la eliminación total de brotes de las ramas o del tronco favoreciendo el
crecimiento de los restantes, resultando un árbol grande, abierto y mayor
iluminación en el interior de la copa.
Finalmente se debe tener en cuenta la alternancia de
producción: cuando la producción es alta se agotan las reservas de hidratos de
carbono, siendo la siguiente campaña pobre, con excesivo crecimiento
vegetativo. La ejecución de la poda después de una alta producción acentúa este
problema por el consumo y reducción de la capacidad de producir hidratos de
carbono. Además los frutos son de baja calidad comercial. En cambio la poda
entre una baja y alta producción reduce la alternancia y mejora la calidad de los
frutos.
roncaglia.juanm@inta.gob.ar
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