"Queca" Kofman. Un ejemplo de vida, por Alberto Rotman
Con mucha pena y gran dolor nos enteramos de la infausta noticia de la desaparición de Celina Zeigner de Kofman conocida como Queca Kofman. Militante social y de los Derechos humanos, que formó parte de Madres de Plaza de Mayo desde sus comienzos.
Le teníamos un
gran cariño y guardábamos por ella un gran respeto Fue directora de la Escuela
Belgrano de Concordia, donde concurrieron tantos niños, entre ellos, nuestros
tres hijos.
En junio de 1975
su vida dio un vuelco, cuando de la cotidianeidad entre la Dirección de la
Escuela, los quehaceres hogareños y su vida familiar y social, es sacada
bruscamente. Una patrulla militar en Tucumán ha secuestrado a Jorge su hijo
menor, cuando se dirigía en un colectivo de línea hacia la Ciudad de Córdoba
donde lo esperaba su esposa embarazada (hija de un matrimonio médico, muy
amigos nuestros, ambos profesores de la Universidad) y un hijo.
Su secuestro la
llevó a recorrer cárceles, cuarteles y juzgados. A visitar iglesias y despachos
de políticos en busca de ayuda que le permita recuperar a su hijo desaparecido,
por haber sido partícipe, como muchos jóvenes soñadores de aquella época,
"del grave pecado, de no pensar como el poder de turno y aspirar a un
mundo mejor y más justo".
Estando todavía
en Concordia, se suma a la APDH (Asamblea Permanente de los Derechos Humanos) y
posteriormente pasa a formar parte de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo,
ese grupo único, que en plena dictadura militar salieron a desafiar al poder,
con un solo lema "aparición con vida de sus hijos" y con su única
arma "el Pañuelo Blanco".
Esta lucha por la
recuperación de Jorge, su hijo desaparecido, la acompaño hasta el final de sus
días transformándola en una protagonista destacada en Santa Fe donde estaba viviendo
desde 1988 y en el país todo, donde de manera ininterrumpida militó por la
Memoria, Verdad y Justicia apoyando y acompañando su lucha y sus
reivindicaciones
En el año 2001,
por serias divergencias con Hebe de Bonafini, opta por retirarse de la Organización
de Madres. "Yo no pertenezco más a la Organización, pero seguiré usando el
Pañuelo Blanco porque toda mi vida seré una Madre de Plaza de Mayo". Así
lo relata en su libro "Historias y Recuerdos de una Madre de Plaza de
Mayo" donde cuenta su historia.
Hace menos de
tres años me encuentro en forma casual con Queca donde entre otras cosas, me
cuenta detalladamente este hecho y su decisión muy penosa para ella, como era
dejar esa Organización donde había militado tan visceralmente y que le infiere
su verdadera identidad que marcó el rumbo de su vida estos años.
Con Queca se va
una cabal representante de una lucha desigual entre este grupo de mujeres, que
arriesgando no solo su vida, sino que algunas pagaron con ella, que saliendo en
su ronda semanal por la Plaza de Mayo, donde contaros al mundo la triste
realidad de nuestro País y quienes auto titulados dueños absolutos del poder
que se atribuyeron el derecho a matar, torturar, violar, robar bebes y
desarrollar los métodos más aberrantes con tal de lograr su cometido, al mejor
estilo del nazismo.
Queca transitó
coherentemente y sin desvíos ese camino hasta que su paso por este mundo dijo
basta, queda su ejemplo de vida, de construcción, de transformación de la
tristeza en lucha y de la rabia en alegría. Se fue una
"indispensable" como lo refiere Bertold Brecht, son aquellos que
"luchan toda la vida".
Guardo como un
tesoro y con mucho cuidado el libro que Queca me envió, "Historias y
Recuerdos de una Madre de Plaza de Mayo", donde relata parte de su vida,
acompañada con una afectuosa dedicación.
Columna de opinión, por el ex diputado provincial Dr. Alberto Rotman enviada a (7Paginas)
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