Reserva Natural Chaviyú: el legado del Salto Grande

Emergiendo de las calmas aguas del embalse, asoma su rostro Chaviyú. Reminiscencia acaso del mítico Salto Grande donde el río Uruguay rugía al romperse con el basalto. El ancestral río –ahora manso y acorralado- nos regala todavía su generoso soplo de vida.

La Reserva Natural Municipal Chaviyú, ubicada a los pies de la ciudad de Federación, es un área protegida de 124 has cuyo objetivo principal es proteger una amplia península poblada de bosques sombríos que se yergue a orillas del embalse Salto Grande. El vocablo Chaviyú es de linaje guaraní y podría significar “agua que sirve para beber”.

El paraje cuenta con una riquísima historia. Una cultura muy antigua, denominada por los arqueólogos “chaviyuense”, y -más recientemente- los charrúas dejaron sus huellas en la arena, comieron sus peces y bebieron de sus aguas. Mucho más acá en el tiempo, fue una parada del Ferrocarril General Urquiza y una pródiga cantera de canto rodado, arena y tierra. A finales de la década del 70, las aguas del embalse anegaron parte del lugar y la pequeña estación fue abandonada.

Hoy –ya convertido en reserva- resguarda unas 180 especies de vertebrados y más de 200 de plantas, entre las que se cuentan varias endémicas y algunas amenazadas de extinción a nivel nacional y mundial. Puede verse todavía allí al tímido lobito de río nadando a la deriva cerca de las islas, a la señorial águila pescadora patrullando la costa en busca de algún descuidado habitante de las aguas o al sigiloso yacaré acechando inmóvil los últimos rayos de sol.

Pero Chaviyú es principalmente un importante corredor de biodiversidad por donde se desplaza la fauna y se dispersan las semillas del bosque. Hasta aquí llega el camboatá –bellísimo árbol de la selva- que recolonizó recientemente la reserva gracias a las semillas arrastradas por el río. Varias aves migratorias como playeros y rayadores utilizan también la costa y las islas como estación de descanso, a fin de alimentarse y reponer fuerzas antes de continuar su derrotero.

El año pasado, la Municipalidad local en conjunto con la ONG CEYDAS (Centro para el Estudio y Defensa de las Aves Silvestres) y con el asesoramiento del Área de Gestión Ambiental de la Delegación Argentina de CTM Salto Grande presentó un Plan de Gestión para la conservación y el uso sustentable del área protegida. Este Plan contó con la participación de diversos actores de la comunidad local quienes manifestaron sus impresiones, deseos y expectativas para la reserva en dos talleres participativos llevados a cabo en Federación. Además, el Plan estableció objetivos de conservación y gestión, zonificó el lugar -formulando normas para cada zona- y propuso un programa de acciones concretas. Dentro de la zonificación, se destaca una “Zona Intangible”, ubicada en una antigua cantera ya en desuso, que permanece cerrada al público y es utilizada únicamente para tareas de restauración e investigación.

Hoy día, los lugareños y el turismo se dan cita en Chaviyú para disfrutar de sus paisajes de vertiginosas barrancas y recónditos bosques, de sus animales y plantas, de sus leyendas y sus duendes. Porque el rugido del Salto Grande puede escucharse todavía en cada recodo de la reserva como un ancestral susurro del río. Porque Chaviyú nos estrecha en un húmedo abrazo y nos invita, una vez más, a beber de sus aguas.

Guardaparque

La naturaleza y vida silvestri que conviven en la inmensidad de esas 124 hectáreas son celosamente cuidadas por Martin Rafael Gaiga (Foto), el guardaparque de Federación que con su impronta le dio identidad a la reserva Chavitu.

(7Paginas) 

No hay comentarios.

Con tecnología de Blogger.