Crece la tensión: detienen y matan al sospechoso de asesinar a un seguidor de Trump
El Gobierno de Estados Unidos destacó la detención seguida
de muerte del sospechoso de asesinar a un simpatizante del presidente en una
noche de protestas y disturbios en Portland.
El Gobierno de Estados Unidos destacó hoy la detención
seguida de muerte del sospechoso de asesinar a un simpatizante del presidente
Donald Trump en una noche de protestas y disturbios en Portland, mientras
siguió sin condenar el fallecimiento de dos manifestantes antirracistas a manos
de un joven seguidor del mandatario en otro episodio de violencia política.
Michael Forest Reinoehl, de 48 años, era buscado como
principal sospechoso de la muerte del líder de 39 años de un grupo de extrema
derecha Aaron Danielson, quien fue baleado en el pecho el sábado pasado cuando
recorría el centro de Portland junto a una caravana de simpatizantes de Trump.
"La ubicación de Reinoehl -un fugitivo peligroso, un
miembro confeso de Antifa (nombre que agrupa a organizaciones antifacistas) y
sospechoso de asesinato- es un logro significativo en los esfuerzos actuales
para restaurar la ley el orden en Portland y otras ciudades", aseguró el
secretario de Justicia, William Barr, en un comunicado.
Statement by Attorney General William P. Barr on the
Tracking Down of Fugitive Michael Forest Reinoehl https://t.co/43EDfGe8YH
— Justice Department (@TheJusticeDept) September 4, 2020
"Las calles de nuestras ciudades están más seguras sin
este agitador violento y las acciones que llevaron a su ubicación son una
prueba indiscutible de que Estados Unidos será gobernado por la ley y no por
turbas violentas", agregó el funcionario.
Tras 100 noches consecutivas de protestas, y en muchos casos
con disturbios, Portland se convirtió en el símbolo de la escalada de violencia
política que vive Estados Unidos en la recta final de su campaña presidencial.
Todo comenzó con la bronca y las protestas que provocaron
los constantes casos de brutalidad y racismo policial y la falta -en la mayoría
de ellos- de una respuesta institucional apropiada.
Como en ninguna otra ciudad, las protestas se mezclaron
durante tres meses seguidos con disturbios, incendios, enfrentamientos con la
Policía y, finalmente, con una caravana de simpatizantes de Trump que
decidieron viajar al punto más caliente de las manifestaciones antirracistas,
luego de que la campaña del presidente y su partido, el Republicano, hicieran
repetidos llamados a "recuperar la ley y el orden" en el país.
La gobernadora de Oregon, Kate Brown, y otros dirigentes
demócratas del estado y de la ciudad de Portland pidieron ayer el fin de las
protestas y la violencia.
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