Vacaciones de verano: las causas que limitarán los viajes de los argentinos cuando se levanten las restricciones


El cansancio y el aislamiento potencian las ganas de salir a explorar el mundo estas vacaciones de verano. Sin embargo, hay ciertos factores que harán que no todos quieran o puedan viajar

El turismo se encuentra en una etapa de urgente necesidad de retomar esquemas previos porque de ello depende, ya no sólo la industria en sí misma, sino la supervivencia que un mundo entrelazado ha supuesto para todos. Mientras que algunas comunidades alrededor del mundo abren sus fronteras, la idea de volver a viajar llena de esperanza a quienes aún están en sus casas cumpliendo con las medidas de aislamiento social.

Según un análisis de las búsquedas realizadas en las diferentes plataformas de viajes, los argentinos ya sueñan con escapadas locales y en familia o con pequeños grupos de amigos este verano. Los viajeros argentinos tienen la mirada puesta en el verano, tal como lo revela la agencia de viajes Despegar. En la actualidad, más del 85% de los viajes que los argentinos han comprado en la plataforma tiene como fecha de viaje enero y febrero 2021, principalmente hacia los destinos nacionales.

Con el objetivo de indagar sobre los deseos e intereses de los turistas (reales y/o potenciales) con respecto de las actividades de esparcimiento que quisieran o estarían dispuestas a realizar luego del levantamiento de las restricciones a las actividades turísticas, el grupo interdisciplinario Usina Turística realizó dos encuestas, una en abril de este año y la última en el mes de julio. En la segunda edición, además de los objetivos originales, sumaron la intención de verificar si, producto del prolongamiento de la cuarentena, hubo cambios en los deseos e intereses de las personas en cuanto a las actividades turísticas.

“7 de cada 10 personas encuestadas creen que realizarán una actividad turística cuando se levanten las restricciones. Sin embargo, quienes no lo harían y quienes no saben aún si lo harán indicaron que la falta de dinero y el miedo a contagiarse son las principales razones que justifican su respuesta. Entre aquellos que no lo saben aún, se destaca el miedo a contagiarse con casi 1 de cada 2 respuestas. Luego, en menor medida le sigue la falta de dinero (27%) y motivos personales (14%)”, reza el comunicado de los resultados del último relevamiento.

En el relevamiento, además, se observó una marcada tendencia a realizar viajes por ocio, en comparación a otras motivaciones como visita a familiares, trabajo o salud. Y mientras en el operativo de abril se identificó una tendencia hacia salidas más cortas, en la edición actual, la opción “3 a 7 noches” resultó la más elegida (44%) con un crecimiento significativo frente a la encuesta pasada. La opción “por el día”, que había sido de las más elegidas, descendió 6 puntos porcentuales y la opción “una noche” se mantuvo estable, con un incremento marginal. Finalmente, la respuesta “Aún no lo definió” tuvo un fuerte descenso al pasar del 18% en abril al 1% en la actual edición. Esta situación podría dar cuenta de un mayor interés y grado de definición respecto a la idea de realizar un viaje.

A su vez, la proximidad a las vacaciones de verano, donde una buena parte de los y las turistas programan estadías más largas de descanso, podría ser un factor a tener en cuenta en este cambio comparativo a la encuesta realizada en abril, donde recién había finalizado el período estival. Según los datos revelados por la investigación, el 93% de las personas realizaría una actividad turística dentro del país. Esto representa un incremento del 3% frente al mes de abril. Mientras que quienes sólo viajarían al exterior serían sólo el 7%, identificándose un descenso de igual magnitud.

“Estamos viendo que el próximo verano, con foco en el turismo nacional, será clave para la reactivación de la industria turística. Los argentinos buscan relax y desconexión, y escogen para ello lugares de nuestro país, que les permiten estar cerca de la naturaleza en medio de hermosos paisajes. Por esa razón, en el top de destinos, la mayoría son nacionales”, comentó a Infobae Paula Cristi, gerente general de Despegar para Argentina y Uruguay.

Para Leo Tristao, experto en viajes de Airbnb para Brasil y Sudamérica, “los residentes argentinos ya sueñan con las vacaciones de fin de año y de verano. Los usuarios están buscando destinos cerca de sus hogares para visitar y espacios a los que puedan llegar en auto, respetando las medidas de distanciamiento social que requiera la nueva normalidad”.

Sin embargo, del 7% de los encuestados que indicó que viajaría fuera del país, se visualizó que la mayor motivación radica en el hecho de tener un mayor interés por conocer destinos del extranjero. También se destacó la opción “Visita a familiares”, la cual no estaba entre las opciones propuestas y fue incluida por las personas encuestadas.

Los destinos “Rurales y alejados de las ciudades”, que habían sido los más elegidos en abril, en el mes de julio fueron los menos elegidos. En contrapartida, las opciones más elegidas fueron “Montaña” y “Playa”, las cuáles pueden identificarse con destinos de turismo tradicionales de los argentinos y de los períodos vacacionales tanto de invierno como de verano.

La opción de viaje en pareja resultó la más elegida (45%), aunque seguido de cerca por el viaje en familia (40%) y con amigos (39%). Sin embargo, mientras el viaje en familia sufrió un retroceso de 4 puntos porcentuales, el viaje con amigos tuvo un incremento significativo en el orden del 14%.

Por último, se destacaron alojamiento en cabañas, casas de alquiler y pequeños hoteles. Tanto el alojamiento en cabañas como en casas o departamentos de alquiler, que resultaron los más elegidos, se caracterizan por no compartir áreas comunes con otros huéspedes, suelen ser más económicos que los hoteles y tienen la posibilidad de cocinar en la misma unidad, implicando un ahorro en el gasto en gastronomía. Los pequeños hoteles también estuvieron entre las opciones más elegidas. Estos establecimientos no se caracterizan por ser económicos, pero sí por ofrecer un servicio más personalizado y con menor circulación de turistas.

La aplicación de los protocolos de higiene al tope de las preocupaciones

6 de cada 10 personas indicaron que priorizarán la cuestión sanitaria al momento de elegir los prestadores de servicios que contratarán. También se destacó la incertidumbre y la problemática económica, dado que casi la mitad de los encuestados indicaron que estarán atentos a los descuentos, posibilidades de financiamiento y de cambiar o cancelar los servicios sin penalidad, lo cual indica a la flexibilidad como uno de los nuevos paradigmas de la demanda turística. Por otro lado, la preocupación por el ambiente no parecería ser un factor que tenga una incidencia considerable al momento de contratar los servicios.

Es imposible negar los efectos de la pandemia sobre las diferentes industrias, aún más sobre la del turismo. Si bien pasará un tiempo hasta que se recuperen los niveles de viajes previos el COVID-19, poco a poco y a su ritmo, los distintos países van reactivando sus actividades.

Esta nueva realidad que vivirá el turismo cuando finalice la pandemia puede incluir, al menos al principio de la recuperación, un cambio en la elección de los destinos, donde localidades menos conocidas o emergentes, que se caracterizan por no presentar aglomeraciones de personas y exceso de turismo, pero que presentan buenas atracciones para armar un buen plan de viaje.

“Entre las hipótesis que podrían justificar este cambio radical en las preferencias de los potenciales turistas podemos identificar, por un lado, que mientras en el período que se llevó a cabo la encuesta en abril habían transcurrido muy pocos días del comienzo de la cuarentena, la necesidad o deseo de esparcimiento no era tan importante como sí se evidenciaría ahora. Por otro lado, considerando que la gran mayoría de la población toma sus vacaciones de verano en los meses de enero y febrero, en el mes de abril no había transcurrido tanto tiempo desde el denominado descanso anual. En este caso, no se evidenciaría una incidencia significativa por parte de la pandemia y la cuarentena. Mientras que, cuando se llevó a cabo la segunda edición de la encuesta, en el mes de julio, ya habían pasado por lo menos cinco meses desde el período vacacional. En este caso podría manifestarse el cansancio característico de mitad de año, en el cual muchas familias también acostumbran a tener un período de vacaciones más corto que el estival”, concluyeron los investigadores.


Infobae  

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