Clones de eucalipto: una valiosa herramienta para la silvicultura de precisión
Frecuentemente el productor que está planificando su próxima plantación se plantea la pregunta si utiliza clones o semillas. Frente a esta consulta no hay una respuesta universal e inequívoca y muchas veces se torna compleja, sobre todo porque va de la mano de dónde, para qué, y cómo plantar . Es importante repasar algunos conceptos y aspectos relevantes para acercar la mejor respuesta posible.
Las plantas se pueden propagar naturalmente por semillas o por vía asexual; para este último caso generalmente se emplea alguna estructura especializada (raíces preformadas, rizomas, raíces gemíferas, tubérculos, etc.). Además, con el estímulo adecuado, se puede ir más allá y emplear porciones diferenciadas de tejido (hojas, tallos, raíces) para regenerar plantas completas de casi cualquier especie, y de esta manera, propagarlas casi a voluntad.
Los eucaliptos cultivados se multiplican naturalmente por semillas, sin embargo, hace más de 50 años que se conoce sobre la capacidad que poseen de emitir raíces adventicias. Esto tomó particular relevancia cuando se desarrollaron los primeros híbridos interespecíficos de eucalipto. En los híbridos, el uso de la propagación vegetativa es indispensable para multiplicar los genotipos superiores, ya que generar semillas híbridas por cruzamientos controlados interespecíficos es costoso, se obtiene una descendencia muy heterogénea, y en algunos casos, con elevada mortalidad de plantas.
Desde el momento que se obtiene una planta de una estaca enraizada (ramet), proveniente de rebrotes de una planta seleccionada (ortet) ya tenemos un clon, que curiosamente no es uno u otro, sino ambos, ya que un clon es el conjunto de individuos que se propaga en forma vegetativa a partir de ese primer individuo. Desde el punto de vista del mejoramiento genético, seleccionar adecuadamente ese primer individuo (ortet) es crítico, pero aun así, esto no garantiza que los plantines clonales que se obtengan de él tengan un comportamiento superlativo. Su capacidad de enraizamiento adventicio y las características ambientales del sitio donde se realicen las plantaciones, son claves en su futuro desempeño en vivero y a campo.
Actualmente, el empleo de miniestacas apicales, recolectadas de plantas madres bajo un manejo intensivo, es el sistema predominante para la propagación vegetativa de eucaliptos a escala comercial. Su éxito requiere de personal capacitado, planificación, un manejo meticuloso e instalaciones apropiadas para las plantas madres y el enraizamiento de estacas, diferentes al de un vivero convencional que produce plantines por semillas, aspectos que elevan los costos de producción. Esto contribuye a que existan pocos viveros comerciales que produzcan plantines clonales a gran escala en el país, restringiendo, temporal y geográficamente, la oferta de material de propagación clonal.
Los programas de mejoramiento de eucaliptos difíciles de propagar, como Eucalyptus dunnii, E. globulus y E. nitens han enseñado la importancia de considerar la capacidad de enraizamiento como una característica clave en la selección de material genético.
Clones que enraícen pobremente, nunca van a ser la prioridad a la hora de planificar tareas en los viveros, o en caso de hacerlo, provocarán un incremento en los costos por las pérdidas de tiempo, mano de obra, insumos y espacio físico ocasionado por las estacas que no enraízan. Esto repercute en la disponibilidad de plantines, y, por lo tanto, provoca que la superficie implantada de estos clones sea baja. A largo plazo, un clon que se planta poco, se difunde y se estudia poco, y paulatinamente va desapareciendo del mercado, a medida que nuevos materiales genéticos lo reemplazan
Clon (genotipo) y ambiente
“Somos lo que comemos”, es una afirmación que habla del gran
efecto de una adecuada nutrición sobre la fisiología. A diferencia de los
humanos o animales, lo árboles no pueden desplazarse y dependen del medio que
los rodea para obtener los recursos que sustentan su crecimiento y desarrollo.
Desde la plantación hasta la cosecha están sujetos a los estímulos del sitio
donde se encuentran, donde los genotipos que mejor puedan aprovecharlos para
convertirlos finalmente en madera, garantizarán la productividad al final de
turno.
En este sentido y sin otras condiciones limitantes para el cultivo (salinidad, profundidad efectiva, anegamiento, etcétera), la precipitación y la temperatura son las variables que más afectan esta interacción, a las que no todos los genotipos responden de la misma manera. A su vez, la incidencia de plagas y/o enfermedades también está asociada a estas variables, introduciendo un factor más a tener en cuenta.
Es posible modificar parcialmente la incidencia de estas
variables ambientales a través del manejo silvicultural, donde la preparación
del sitio, las densidades de plantación, la fertilización, el control de
malezas y las intervenciones con podas y raleos, van a afectar la interacción
entre el genotipo y el ambiente. A tal punto, que el manejo de la plantación es
una condición indispensable a estandarizar para evitar resultados de baja
precisión y exactitud al evaluar clones en distintos ambientes.
Los programas de mejoramiento siempre se encuentran, en
algún momento, en la disyuntiva de seleccionar clones generalistas (que se
comporten bien en una amplia gama de situaciones) o especialistas (clones
superlativos en determinados ambientes). Afortunadamente, cuando se cuenta con
una base genética amplia y un ambiente suficientemente diverso, es posible
encontrar ambos tipos de clones, donde esta división es más una cuestión de
perspectiva, referida a la dimensión del ambiente testeado.
Para la Mesopotamia, en condiciones típicas para E. grandis,
pocas veces se ven clones que se destaquen por su crecimiento solamente en
sitios específicos. En gran parte, esto tiene relación con los sitios que se
emplean para los ensayos, los cuales priorizan situaciones representativas a
las plantaciones comerciales, evitando situaciones particulares. Por otro lado,
cuando nos desplazamos a ambientes más extremos, la presión selectiva aumenta
por limitantes ambientales importantes, como ataques severos de plagas y/o
enfermedades, salinidad, heladas atípicas, sequías, anegamiento, etc. Es, en
estas situaciones, donde clones particulares se destacan relegando a clones
generalistas.
A tal punto la variación ambiental representa un “problema”
para los mejoradores forestales, que los diseños experimentales más eficientes
a campo, son los que emplean las parcelas y bloques de menor tamaño posible (en
función del objetivo), asociado a un elevado número de repeticiones. Estos
diseños experimentales permiten discriminar los efectos genéticos y
ambientales, y seleccionar los mejores clones/genotipos en base a su mérito
genético. Actualmente, es técnicamente posible usar marcadores moleculares de
alta cobertura con este fin, pero aun así la variación ambiental y su efecto
sobre cada genotipo, puede afectar la precisión de los resultados y su
implementación rutinaria aún resulta económicamente prohibitiva para muchos
programas de mejoramiento.
Por otro lado, el efecto del ambiente sobre la adaptabilidad
y la productividad de determinados genotipos explican el buen comportamiento de
las plantaciones con semillas mejoradas, en un gran rango de ambientes. Cada
semilla es un genotipo distinto obtenido por cruzamientos entre individuos
selectos (Huertos Semilleros), por lo tanto, utilizando plantines de semillas
podemos contar con 1000 genotipos distintos por cada hectárea implantada (x ej.
para un distanciamiento típico de 4 m x 2,5 m). Esto incrementa inmediatamente
la posibilidad de contar con una proporción de genotipos que aprovechen al
máximo los recursos en cada situación, donde los inferiores serán dominados y
podrá ser eliminados por sucesivos raleos. De forma inversa, en una plantación
clonal, jugamos a pleno con uno o unos pocos genotipos, de los que deberíamos
tener una idea previa de comportamiento bajo condiciones de cultivo similares
para aprovechar todo su potencial.
“Pero si en Brasil…”
Si hay un país que ha llevado a un extremo de tecnificación
y desarrollo a la silvicultura clonal de eucaliptos, es Brasil. Brasil encontró
en la silvicultura clonal la solución tecnológica a los problemas sanitarios
del cultivo de eucaliptos en áreas tropicales y subtropicales, y a las demandas
de una potente industria celulósica y siderúrgica, altamente especializada, que
demanda grandes cantidades de materia prima homogénea y de calidad definida. En
un esquema integrado, son generalmente las mismas empresas las que desarrollan,
propagan y cultivan sus propios materiales genéticos, para satisfacer estas
demandas.
Sin lugar a dudas, es un esquema diferente a la diversidad
de situaciones productivas e industriales a lasque se encuentra en la
Argentina. A grandes rasgos, hay el potencial para poner el desarrollo forestal
a la altura de “os irmãos”, basta mirar al otro lado del río Uruguay, donde el
sector forestal paulatinamente ha incrementado el uso de clones en sus
plantaciones de eucalipto, alcanzando aproximadamente un 30% de su superficie
forestal, con perspectivas de crecimiento. Sin lugar a dudas, hay un hilo común
en ambos casos, y es el rol de las empresas forestales de gran escala, que,
suministrando recursos, movilizan y canalizan la demanda de tecnología a sus
necesidades. Estos escenarios no dejan de plantear algunos aspectos negativos
relacionados al acceso a tecnología por parte de productores independientes que
no estén integrados a estas empresas, o cuando el destino de su producción sea
diferente al demandado por estas, y no cuenten con paquetes tecnológicos
apropiados. Por otro lado estas experiencias son para resaltar el rol
protagónico de la industria y organismos de normalización para incentivar la
tipificación de la materia prima que se genera de los bosques implantados. Esto
último, claramente coloca en una situación privilegiada a la silvicultura
clonal de eucalipto, donde una adecuada elección de los clones a implantar
podrá predeterminar las características tecnológicas de los productos que o se
obtienen del bosque, así como sus destinos y aplicaciones más adecuadas.
¿Y entonces?
A grandes rasgos, toda la discusión sobre el planteo
inicial, se puede reducir a las ventajas y desventajas de la especialización
(clones) versus la polivalencia (material de semilla). En esta situación, está
claro que para obtener los mejores retornos de la silvicultura clonal es
necesario combinar los mejores genotipos, para cada ambiente, bajo el mejor
manejo posible No existe aún el clon que
sea superlativo en todas las situaciones, y probablemente nunca existirá, por
la simple razón que no se tiene la capacidad de controlar los factores
ambientales críticos, menos aún en el contexto mundial de cambio climático, que
constantemente trae nuevos desafíos para el sector y la sociedad.
Así como un bisturí en una mesa de operaciones, un clon
representará una ventaja competitiva en situaciones donde se aproveche todo su
potencial productivo, y/o cuando las características y homogeneidad de sus
productos, o de su comportamiento silvícola, hagan la diferencia a la hora de
comercializarlos. En situaciones particulares, las limitantes al cultivo de una
especie podrán ser abordadas con el desarrollo de clones (híbridos o no), como
está ocurriendo en sitios de Entre Ríos, donde hay un paulatino reemplazo de
los pinos y E. dunnii en las zonas de bajos, por híbridos GC (E. grandis x E.
camaldulensis) tolerantes a las heladas. Por otro lado, las plantaciones de
semilla serán una alternativa multipropósito confiable y siempre disponible,
para un amplio rango de situaciones de manejo y de sitio.
Ya pasaron casi 20 años desde que se registraron los
primeros clones de eucalipto en el país, permitiendo a forestadores, de
cualquier escala, el acceso a la silvicultura clonal. Actualmente, hay 52
clones registrados en el INASE y aun así, esta tecnología no ha logrado
predominar sobre las plantaciones de semilla. En la medida que sea posible
conocer mejor los clones, los ambientes donde se plantan y la silvicultura que
se le brinda, se podrá avanzar hacia una silvicultura clonal de precisión,
donde los clones serán considerados como una solución tecnológica para
limitantes al cultivo y demandas específicas de la industria. Este detalle de
información, aún hoy en día es difícil de obtener de forma sistemática y
consistente, por los recursos necesarios que esto implica. Hasta el momento, la
aproximación empleada es hacerlo en situaciones representativas, bajo un manejo
estándar, extrapolando los resultados al resto las áreas y condiciones de
cultivo, con las limitantes y riesgos que esto conlleva en situaciones
particulares.
Por su magnitud, la evaluación de clones a nivel de predio,
la cual demanda una silvicultura de precisión, debe ser abordada con el
compromiso mancomunado de los generadores y de los usuarios de esta tecnología.
Hoy en día, acciones de esta naturaleza se han iniciado para definir los
próximos clones comerciales de eucalipto de INTA, contando con más de 20
ensayos y parcelas instaladas en campos de empresas y de productores del
Consorcio Forestal del Río Uruguay (COFRU) en Corrientes, Entre Ríos y Buenos
Aires. Sin lugar a dudas, este tipo de información permite ubicar genotipos de
alta productividad donde sean más eficientes en el uso de los recursos.
Asimismo, caracterizar las principales variables edafoclimáticas de estos
sitios y asociarlas al comportamiento de estos clones, será de gran utilidad
para planificar las plantaciones y estar preparados para enfrentar los desafíos
que plantea el cambio climático a los bosques cultivados.
Adaptación de la nota original publicada el espacio mensual
de la REDFOR.ar en ArgentinaForestal.com el 29/10/2020.
No hay comentarios.