Un caso en Paraná aportaría una novedad respecto del Covid


Bélgica, India, Estados Unidos son algunos de los países que han reportado casos de recurrencia del virus en personas que ya habían tenido la enfermedad. Estas situaciones también ocurren en Paraná, donde un caso suma un aspecto “llamativo” por tratarse de una “recurrencia contagiante”. El doctor Carlos Bantar distinguió que “no sólo recurrió con los síntomas, sino que contagió a otra persona”.

El doctor Carlos Bantar es el autor de un reporte que por estos días transita la etapa de evaluación previa a su publicación en una revista científica internacional. Aborda el caso de una paciente del Hospital San Martín que tuvo coronavirus y que 38 días después volvió a presentar síntomas. “Lo llamativo del caso –tal como lo definió el profesional– es que esta persona no solo recurrió con los síntomas, dando el hisopado positivo, sino que contagió a otra persona”, una situación que, subrayó, “no está descripta hasta la fecha”. O sea, “esa recurrencia es contagiante, lo que pone en un nivel de alarma muy importante”, dijo.

Bantar, microbiólogo químico, dirige el hospital San Martín y preside el Comité de expertos asesores de Entre Ríos. Con mucha disposición al momento de responder las consultas periodísticas, amplió y brindó explicaciones sobre ese caso y sobre la profusa información que circula sobre esta enfermedad, a lo largo de una entrevista con EL DIARIO.

–El reporte refiere a un caso, pero se han presentado otros.

–Hemos tenido otros casos donde vemos pacientes que han tenido recurrencia. Esto además de quedar cargado en el sistema nacional de registro por hacerse el hisopado, es motivo de debate permanente para nosotros, porque como pasa en esta pandemia, todos los casos presentan connotaciones y situaciones diferentes. Son personas de distinta edad, que se presentan en distintos tiempos y que algunos recurren con los mismos síntomas, otros con algunos más, adicionales. Lo que no hemos visto, que sí se ha descripto en la literatura, es que recurra con una forma más grave de la enfermedad. Eso todavía, no lo hemos visto.

–¿Con qué frecuencia, en el hospital San Martín, se están presentando estos casos?

–Esto lo hemos empezado a ver a partir de ese caso (tratado en el reporte) que ha ocurrido hace un mes y medio aproximadamente. La paciente se presenta de nuevo a fines de septiembre, con los nuevos síntomas, y después hemos empezado a ver más casos. El jueves pasado vimos otro, hace una semana otro. Yo vi hace unos diez días un paciente en la guardia del hospital que había estado en La Baxada y unos 45 días después concurrió con síntomas, lo evaluamos, lo hisopamos y volvió a dar positivo. Diría que en los últimos dos meses habremos visto cuatro o cinco casos.

–¿Podría afirmarse que no son frecuentes?

–No, no son muy frecuentes todavía, pero esto conlleva un período de reactivación y reposición en el caso.

–¿Por qué el término recurrencia?

–La recurrencia es una palabra que uno utiliza donde inicialmente no sabe si el paciente reactiva la enfermedad, es decir no se contagia de otro –ese es el caso que envié para publicar–, y los casos en los que la persona por algún motivo tiene una exposición a otro paciente infectado y se vuelve a infectar por no haber desarrollado la inmunidad. En los casos reportados en la literatura extranjera han podido secuenciar el material genético del virus del primero y del segundo episodio y mostraron que el del segundo tenía algunas diferencias en su genoma con respecto del primero, sugiriendo que por ese motivo podría no tener protección. Pero existe otra posibilidad y es que los pacientes desarrollen una inmunidad, una defensa, muy corta en el tiempo y que en determinado momento, esos pacientes que se calcula pueden ser la mitad o más de los casos, ya no tengan esas defensas para reconocer al virus aunque el virus no presente ninguna diferencia apreciable con el primero. Es decir que el paciente queda en un estado basal como si no se hubiera infectado nunca.

–¿De modo que en una posibilidad, no se produce el contagio por otra persona?

–En el primer caso de reactivación, teóricamente el paciente no se vuelve a contagiar de afuera. Hay un estudio en China sobre 651 pacientes a los que se hizo seguimiento durante seis meses. Es muy interesante porque siguieron haciéndoles la prueba de PCR y de detección a todos. Eran pacientes que después de cursar la enfermedad dieron la PCR negativa, o sea que negativizaron la excreción del virus; por lo menos era no detectable. En el tiempo, con un período medio de 15 días y máximo de dos meses, 23 pacientes volvieron a tener la PCR positiva. O sea, después de haber tenido una situación no detectable volvieron a tener detectable el virus. Y, un 35% de ellos volvió a tener síntomas de la enfermedad. Y algunos incluso volvieron a tener positiva la PCR, sin tener síntomas. O sea que podrían ser trasmisores asintomáticos. Los autores especulan que fue una reactivación, no que se volvieron a infectar, sino que el virus se volvió a manifestar en su organismo. Ellos no pudieron documentar que estos pacientes que volvieron a tener PCR positiva hayan contagiado a otra persona.

–¿El virus queda latente y por alguna circunstancia se reactiva?

–Exactamente. Sugieren que este virus como otros retrovirus, como el del HIV por ejemplo, queda alojado en el organismo. Como el herpes también, que es más común y la gente lo conoce. El herpes que sale en el labio no se cura nunca, desaparece y aparece al año, a los dos años; cuando se toma sol vuelve a aparecer. El virus queda latente en el organismo, uno no se vuelve a infectar del virus sino que el virus se vuelve a manifestar luego de un período silente. El mecanismo se desconoce por el momento, pero se cree que la manifestación podría ser similar a esto en la reactivación.

–En síntesis, ¿no hay certezas respecto a cómo se contrae por segunda vez la enfermedad y tampoco si en esta reinfección, el paciente contagia?

–Exactamente. Pero, la detección del virus nos dio en los pacientes que hemos visto, una carga viral potencialmente contagiante, que está descripta como contagiante. Y en la paciente que está referida en la publicación, de hecho, otra persona que estuvo con ella se contagió, a los tres días apareció con coronavirus.

–¿Identificaron algún o algunos patrones comunes entre los pacientes que vuelven a tener la enfermedad?

–No, no hay ningún patrón que permita decir que una persona es más susceptible a desarrollar esto.

–Por todo lo señalado, todos deben aplicar las medidas de autocuidado.

–A todas las personas que contrajeron la enfermedad, en la visita de alta, les decimos que tienen que cuidarse de contagiarse y de contagiar, como si no la hubieran tenido. Habíamos tenido unos casos de reportes esporádicos a principio, pero cada vez hay más casos en el mundo, ya salió un documento de la Organización Mundial de la Salud, del propio Ministerio de la Nación y del provincial alertando de esa situación y reforzando la idea de que la persona que tuvo la enfermedad, de ninguna manera puede andar sin tapabocas por la calle ni puede estar expuesta a alguien que no lo tenga, porque es evidente que la susceptibilidad a la enfermedad está latente y nosotros, si bien especulamos que durante un tiempo puede haber una inmunidad que protege a la persona, no sabemos de cuánto tiempo es.

Alta clínica y alta epidemiológica

–¿Se modificaron los criterios para dar las altas?

–Los criterios de alta son a los 10 días en las formas leves a moderadas sin necesidad de realizar una PCR porque sabemos que el material genético sigue siendo detectable pero esa persona a partir del día 8 ya no contagia, por más que la PCR sea positiva. Eso se llama alta epidemiológica, sale del período de contagio y de aislamiento a los 10 días. En cuanto al alta clínica, se sabe que a esos 10 días, los pacientes que tienen forma leve a moderada, salen también del período de riesgo para presentar complicaciones de la enfermedad si es que estuvo los últimos tres días asintomático. Es decir, si al día 7 la persona está asintomática y así llega al día 10, está de alta clínica y epidemiológica: no contagia y no tiene riesgo de tener un curso que lleve al paciente a una complicación. El alta no significa que al día siguiente va a salir a correr una maratón. Hay un porcentaje de pacientes variable que siguen teniendo secuelas clínicas de síntomas de la enfermedad, como cansancio, dolores de cabeza, agitación en algunas actividades o debilidad. Entonces, están de alta, no necesitan un control clínico pero no significa que esté totalmente recuperado. Por cierto, hay pacientes que al día 5 están totalmente recuperados y mayores de 40 y algunos con cormobilidades que les cuesta salir de eso. Muchos siguen con tos, o con sensaciones febriles, muchos se sienten agitados. En las formas leves a algunos les toma 14 días sentirse como estaba antes de tener la enfermedad.

–Y, ¿los graves?

–Esos pacientes están más tiempo internados y a ese grupo se hace una PCR porque tienen excreción más prolongada, porque sufrieron tratamientos más prolongados con corticoides, y porque empiezan a tener necesidad de recuperación de los nervios y de los músculos periféricos. A veces tienen una afectación estructural del pulmón, que es mucho más significativa.

Anticuerpos y vacunas

–Escuchamos con frecuencia que tener anticuerpos y ser inmune no son sinónimos.

–Uno puede generar anticuerpos y esos anticuerpos no ser efectivos para proteger de la enfermedad. De hecho, es una de las incógnitas con las vacunas. Y es otra de las incógnitas cuando usamos el plasma de convaleciente. Por más que en los test in vitro que puedan hacerse se muestra que esos anticuerpos son neutralizantes para el virus, en realidad no sabemos si la persona está protegida fehacientemente. En la gripe, por ejemplo, que uno ya tiene la vacuna, muchos pacientes hacen la enfermedad, pero de una forma más leve, o sea la vacuna no evita que el paciente se infecte con el virus de la gripe, pero evita que haga la forma grave. Hay una gran confusión con esto. Hay personas que dicen “me vacuné y me engripé igual”. En realidad, es con una forma más leve y se recuperó más rápidamente. Esas son incógnitas que subyacen con la vacuna del coronavirus que teóricamente está por venir.

–Circula información sobre la vacuna en cuanto a que quizá no previene totalmente, pero podría disminuir la letalidad o volver menos cruel la enfermedad, entre otros beneficios.

–Es correcto diferenciar entre eficacia y efectividad. Nosotros tenemos datos de eficacia, muestra que uno utilizando las estrategias de adherir una partícula de la espícula del coronavirus a otro virus que habitualmente infecta a los humanos –como la vacuna rusa– o a los monos –de Oxford– en ese soporte genera respuesta inmune en la persona que se vacuna, es decir anticuerpos y otro tipo de inmunidad, que llamamos inmunidad celular específica que posee la capacidad de producir memoria para reconocer el virus cuando vuelve a enfrentar a nuestro cuerpo. Ahora no sabemos si esa defensa va a hacer que uno directamente no incorpore el virus al organismo, con lo cual estaría absolutamente inmune o lo incorpore y lo inactive rápidamente y de esa manera atenúa la enfermedad. Eso todavía no se sabe, más aún no se sabe si una persona, aun adquiriendo la enfermedad de forma más leve, no va a trasmitir la enfermedad a otra persona, por lo tanto, tampoco se sabe si vacunando a todo el mundo, todo el mundo va a estar inmune. Todas esas son mediciones de efectividad que no es lo mismo que eficacia. La efectividad de la vacuna no la conocemos.

El Diario

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