Frigerio dijo que se siente capacitado para gobernar la provincia de Entre Ríos
El exministro del interior en la gestión de Mauricio Macri habló de los problemas y los desafíos que tiene por delante Entre Ríos. En una entrevista con Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral), Rogelio Frigerio refirió a la necesidad de diálogo y de acuerdos políticos en los temas más importantes para encontrar soluciones, como la educación, el trabajo, la producción, la infraestructura, así como la necesidad de un cambio en el sistema jubilatorio donde hay que “eliminar los privilegios”. Además, habló de sus charlas con Bordet durante el conflicto en Casa Nueva y con otros sectores del peronismo y otros partidos políticos. Subrayó su deseo de construir un proyecto para “la transformación de esta provincia”.
Sobre su situación durante la pandemia y las medidas de la
cuarentena, Frigerio dijo: “A todos los que no teníamos cargos públicos ni
partidarios nos tocó eso, yo decidí no tener cargos públicos, no ser candidato
a diputado ni senador en 2019, y también no tener cargos partidarios. Tenía una
posición en el llano y trato de sobrellevar esta pandemia como un ciudadano
más”.
—Uno ve que el kirchnerismo o el Gobierno Nacional con Macri
es muy duro, lo mismo pasa con Bullrich y otros funcionarios; usted que era de
los más cercanos a Macri ¿por qué cree que no está casi nunca en foco de ellos?
—Yo me manejo como toda mi vida, dialogando con todos, con
los que piensan parecido a mí y con lo que no. Tengo diálogo con varios funcionarios
del Gobierno Nacional, como lo tenía antes cuando ellos eran oposición, tengo
gente conocida en muchos ministerios, en el parlamento, y hablo y trato de
trabajar para lo que hace falta, que es llegar a acuerdos. También a nivel de
la provincia, creo que lo que necesita la Argentina y puntualmente Entre Ríos
es que nos pongamos de acuerdo en cuatro o cinco cosas fundamentales que dejen
esta decadencia atrás, que dejen la frustración de estar cada vez peor atrás,
eso es lo que ha imposibilitado que la Argentina se ponga de pie, que esta
provincia esté a la altura de su potencialidad, ponernos de acuerdo pero no en
todo, sino en cuatro o cinco cosas fundamentales, y para eso hace falta tender
puentes, no hay otra forma
—¿Con Alberto Fernández habla?
—Hace mucho que no hablo, pero en alguna oportunidad hablé,
con Cristina Fernández no tengo diálogo, con Sergio Massa tengo más relación.
—¿Y con Bordet hace cuánto que no habla?
—Algunas semanas, suelo hablar seguido de temas vinculados
con la provincia, sugerencias, la última conversación fluida que tuvimos tuvo
que ver con el problema de la toma de tierras y de esa idea un poco difusa que
tenía el oficialismo respecto a la defensa de la propiedad privada.
—¿A partir del episodio Grabois/Etchevehere?
—Sí, es el que recuerdo como la última conversación de
intercambio de ideas y sugerencias, pero en general a lo largo de este año y
por supuesto en la gestión anterior, he tenido y tengo diálogo porque además me
interesa la provincia y quiero que a la provincia le vaya bien.
—¿Qué fue lo más le preocupó?
—Quería que el tema se resolviera rápido, que no había
ninguna razón por la cual la provincia tuviera que pasar por esa zozobra, que
los productores tuvieran que pasar por esa incertidumbre frente a una toma de
tierras que para muchos podía ser solamente el primer paso de algo que se
replicara en otros lugares. Hablé por esa razón, porque no había por qué
teníamos que comprarnos un problema en Entre Ríos que no fuera nuestro. El
gobernador estaba más o menos en esa sintonía, de resolver ese problema lo más
rápido posible, por suerte la Justicia actuó rápidamente.
—En ese tiempo ¿cuántas veces habló con Luis Miguel
Etchevehere?
—Hablaba a diario, todos los días.
—Fuera de Bordet ¿Hay algún otro referente político del
justicialismo entrerriano con el que tiene buen diálogo?
—Sí, con intendentes, muchos de los cuales son hasta amigos.
—Siempre se mantuvo la relación que se hizo durante la
anterior gestión.
—Sí, y algunas relaciones que son previas a la gestión.
Hablo con muchos intendentes, con la funcionarios, ministros, tengo buena
relación, creo que no hay otra forma en la política que no sea el diálogo para
resolver problemas. No tengo problemas en hacerlo público, si me preguntan lo
contesto, no tengo nada que ocultar, defiendo el diálogo, la posibilidad de
trabaja, aunque sea muy difícil la búsqueda de acuerdos es casi imposible
llegar a acuerdos en la Argentina, por eso hace casi 50 años que repetimos los mismos
errores. En la provincia pasa lo mismo, cada vez estamos peor y cada vez
repetimos los mismos errores de toda la vida, no cambiamos de problemas los
argentinos en general, los entrerrianos en particular. Y eso tiene que ver con
que no nos podemos poner de acuerdo en nada. Los políticos en general
construyen a partir de diferenciarse del otro, de ponerse en la vereda de
enfrente del otro, no hay una construcción política en función de una identidad
propia o de la posibilidad siempre latente que en algún lugar va a haber un
momento de encuentro de poder hablar de lo único que importa en la política que
son los problemas de la gente. La política se volvió muy endogámica, los
políticos hablan de sus problemas no de los de la gente, y yo creo que a eso
hay que cambiarlo cuanto antes, y no hay que esperar al 2023. Hay que hablarlo
ya. Yo estoy trabajando desde hace rato en todos los temas que les preocupan a
los entrerrianos, y estoy trabajando con gente de distintos espacios políticos:
radicales, del PRO, desarrollistas, del GEN, del MID, peronistas, vecinalistas,
cada uno tiene para aportar ideas y además diagnósticos distintos. Y en función
de eso hay que llegar a un bien diagnóstico y a soluciones concretas para los
problemas de los enrerrianos.
—¿Y con la UCR de Entre Ríos ha desarrollado una relación?
—Tengo vinculación con todos los espacios políticos. Con los
radicales hablo mucho sobre todo de gestión, en general hablo mucho con los
intendentes del radicalismo.
—¿Y qué es lo que más le preocupa de la situación del Estado
entrerriano?
—Hoy lo que más me preocupa es la educación, porque este año
perdido para los chicos es lo más dramático que está viviendo la Argentina, es
la educación, esta decisión de cerrar las escuelas por un año fue una muy mala
decisión, creo que fue de las peores decisiones que se tomaron en la pandemia,
somos de los pocos países en el mundo de no tener clases, y esto lo que hace es
ahondar las diferencias de base, porque aquellos que tienen más posibilidades
han tenido mediante el uso de la tecnología no perder tantos conocimientos, los
más pobres, más desprotegidos, han perdido un año de educación y se ha
planteado mayor diferencia de origen entre los que más tienen y los que menos
tienen vinculado a lo que debería ser un igualador de oportunidades.
—A varios países les costó mucho el tema de las escuelas por
lo cual tuvieron que retroceder.
—Pero ha sido un permanente ida y vuelta. En Argentina se ha
decidido directamente desde marzo a esta parte no tener clases y yo creo que no
ha sido una buena decisión. Por supuesto que me preocupa el empleo, la
dificultad que tiene la Argentina y esta provincia de generar empleo en el
sector productivo, en el sector privado, me preocupa el déficit crónico que
tiene el Estado que lo que hace es trasladarlo a las espaldas del sector
trabajador y productivo. Me preocupa también la sostenibilidad de la Caja de
Jubilaciones, el hecho de que los actuales jubilados pero también los futuros
puedan asegurar un buen pasar. Me preocupa la infraestructura, los caminos que
tienen que ver con la competitividad. Me preocupa el sistema de salud de la
provincia que es muy malo. Me preocupan las cosas que les preocupan a los
entrerrianos.
—Sin embargo en salud es donde más se avanzó en función que
con la pandemia quedó al descubierto lo que estaba mal y varias cosas se
revirtieron.
—Lo que ocurrió con la pandemia fue que quedó más claro que
nunca el pobre sistema de salud que hay en la Argentina y Entre Ríos no es una
excepción. Es cierto que algo se ha invertido vinculado específicamente con el
virus, pero la infraestructura hospitalaria, el sistema de salud sigue siendo
muy malo.
—Todos coinciden en que hay que dar el debate en torno a qué
hacer con una Caja de Jubilaciones con 18 mil millones de pesos de déficit. Y
uno nota que hay mucho rechazo a cualquier medida que pueda determinar algún
cambio en el sistema jubilatorio, nadie se anima a poner un tope como puso
Schiaretti en Córdoba, nadie se anima a hablar de eso. ¿Hay una salida?
—Sin duda hay una salida, primero tiene que pasar porque la
dirigencia política ponga los intereses de la gente antes de los personales,
porque si la política no puede discutir estos temas es porque de alguna manera
está pensando más en la próxima elección que en las próximas generaciones de
entrerrianos, y a eso tenemos que cambiarlo. Y esto no puede ser una solución
de una facción política, tiene que ser una política de Estado, yo se lo he
propuesto al actual gobierno la posibilidad de que trabajemos juntos y sin
especulaciones partidarias, encontrar una solución gradual porque tampoco se va
a resolver de un día para el otro el problema de la Caja de Jubilaciones.
Primero, eliminando todos los privilegios, todas las inequidades que tiene este
sistema, está plagado de privilegios que no corresponden.
—¿Cuántas veces habló con Sergio Urribarri?
—Un par de veces…
—La Justicia tiene varias causas por hechos de corrupción
que involucran a Urribarri, a varios de sus familiares, a sus exfuncionarios y
actuales funcionarios. En una de las causas más emblemáticas aparece el
empresario paraguayo Diego Armando Cardona Herreros, según el relevamiento
judicial entre 2008 y 2018 le administró a la familia Urribarri como hombre de
confianza o testaferro más de 11 millones de dólares. ¿Usted lo conoce?
—Sí, lo conocí en mi época de estudiante hace ya mucho, 30
años o más, cuando estudiaba en la Universidad de Buenos Aires, Economía.
—Cuando los fiscales que allanaron las oficinas, Cardona
Herreros dejó para que todos vieran una foto donde parece é y usted, abrazados.
Y no pocas veces alguno de sus abogados en ese entonces recordaron que era
amigo suyo. ¿Usted ha hecho relación de negocios?
—Es una relación que tiene muchos años, yo hace varios años
que no lo veo, si los abogados suyos entendían que usar mi nombre podía ser una
buena estrategia judicial creo que es de muy bajo nivel como abogados. Hay que
dejar actuar a la Justicia, siempre lo dije, ahora en el llano y como
funcionario a mi no me gusta opinar de las causas de la Justicia, creo que hay
que darle mucha libertad para que trabaje, para que encuentre a los culpables de
tantos hechos de corrupción que ha habido en la Argentina y sin
condicionamientos políticos. Siempre me negué a opinar sobre tal o cual caso
porque entendí que podía significar una intromisión de la política, de un
poder del Estado en otro, y yo soy un ferviente
defensor de la República, de la división de poderes. Hay que reclamarle a la
Justicia que lo haga en tiempo y forma porque muchas veces llega tarde y ya no
es justicia, pero sin condicionamientos.
—¿Usted tiene alguna causa judicial?
—No. En tantos años de actividad pública y privada, de
profesional, en cargos de muchísima responsabilidad en el Estado, y nunca he
tenido ninguna causa judicial
—¿Usted está decidido a ser un hombre que puede llegar a una
candidatura a gobernador para el próximo periodo?
—Reconozco y admito que es una pregunta que me pone un poco
incómoda porque siento que en estos momentos de tanta angustia, en un fin de
año dramático para muchísimos argentinos, hablar de candidaturas es casi una
falta de consideración. Lo que puedo contestar es que me gustaría formar parte
de un proyecto de transformación de esta provincia, me siento capacitado, bien
rodeado de un equipo y grupo de gente que tiene mucho para aportar. Y por
supuesto lo he dicho en más de una ocasión, para mí sería un tremendo honor
estar al frente de un proyecto como ese, pero si me toca no estar al frente,
acompañar, también lo voy a hacer, pero todavía falta mucho.
—Pero el año que viene hay elecciones legislativas ¿se le
pasa por la cabeza ser candidato a legislador nacional?
—No es un sueño ese, no tengo tanta vocación por lo
legislativo pero estamos analizando con otros socios de esta coalición
opositora que, a mi juicio, tiene que ser cada vez más grande, pero falta mucho
tiempo todavía.
—Esa coalición ¿lo incluye a Macri?
—Sí, ha sido el último presidente de los argentinos, es para
muchos hoy un líder, yo creo que tiene que estar. A la Argentina le falta de
todo, siempre lo digo, y también nos faltan expresidentes. Hay otros países
donde el rol del expresidente es
fundamental en l consolidación de la democracia, de cada uno de los
bloques o coaliciones políticas. El propio Macri ha planteado en más de una
oportunidad que él se ve mucho más en ese rol impulsando nuevos liderazgos que
como candidato. Yo creo que necesitamos un expresidente como el que tuvimos con
Alfonsín, fue un factor fundamental de la salida que encontró la Argentina a la
anterior gran crisis que tuvimos en el 2001, necesitamos expresidentes como
Alfonsín y hasta ahora no los hemos tenido, y creo que Macri puede tener un rol
muy importante en ese sentido.
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