La Justicia había autorizado a Dolores Etchevehere a ocupar una vivienda familiar, pero dio marcha atrás
En un hecho insólito, el juez Civil y Comercial N° 7 de Paraná, Martín Furman, dejó sin efecto la medida cautelar que horas antes él mismo había dictado. En un primer momento hizo lugar al pedido de Dolores Etchevehere y la autorizó a que acceda a una de las propiedades que tiene la familia y que pertenecen a la sucesión aún irresuelta tras la muerte de su padre Luis Félix
Vale mencionar que el reclamo de Dolores contra sus hermanos Luis Miguel, Juan Diego, Sebastián y su madre Leonor Barbero Marcial se enmarca en un juicio sucesorio.
En la tarde de este sábado, apenas unas horas más tarde de que Dolores haya entrado al domicilio acompañada de su abogado y un oficial de Justicia; un agente de la Policía de Entre Ríos se apersonó y dio a conocer que esa medida cautelar quedaba sin efecto.
En consecuencia, el dirigente Juan Grabois, integrante del Proyecto Artigas, cruzó en duros términos al Estado provincial. En la plataforma digital del colectivo publicó el siguiente texto:
“Los Etchevehere son demasiado fuertes para un Estado que no puede poner en caja al poder real”
Les cuento. El juez del juicio sucesorio dictamina que, del
acervo hereditario, debía otorgarse una vivienda a Dolores. Vean aquí la
sentencia. Muy clarita. De puño y letra del juez. Además, con buen criterio,
establece medidas de protección. El juez reconoce que Dolores ha sufrido y
sufre violencia de género. Una buena.
Sale el oficio llegando al mediodía. Van Dolores con su
abogado, un cerrajero, un oficial de justicia y la policía a abrir el inmueble.
Lo abren. Fíjense, acá está el video. Le entregan la posesión a Dolores. Allá
ella, con su hija, en su casa. Como les decía, la orden judicial incluye
protegerla de cualquier agresión. Ahí está la policía, ahí está la justicia,
para protegerla. Terminamos el año mejor.
Pero no. No por nada son los Etchevehere. Gobierne quien
gobierne, mandan. Gobernadores, dueños de los diarios, dueños de la tierra, de
las vacas, de los puertos… padrinos de la justicia. Quien pudiera. Llega toda
la artillería. La madre, los hijos, algún adlater de traje. A los gritos, como
siempre. “Puta”, “vaga”, todo delante de su hija. Son patrones, los ricos no
piden permiso y ellos son ricos, asquerosamente ricos. Conocen su poder. Son
impunes.
Y ahí la policía baja la cabeza, sí señor, sí señora, sí
patroncito. Un Etchevehere pela el celular. Llaman al procurador, al
gobernador, al comisario. Con un grito a cada uno, los acomodaron. Una hora
después el juez revoca su propia medida… qué ilusos que somos, pensar que algún
día la justicia va a hacer justicia. La hacen salir a Dolores y su hija.
Revocan la sentencia. Le dan lectura. Váyase señora.
Y Dolores, y nosotros, luchamos con la fuerza de los
débiles. Nos dicen de todo: usurpadores, violentos, ladrones… pero están
proyectando lo que ellos son. Nosotros no tenemos la fuerza para hacer que la
justicia haga justicia… todavía.
El pueblo algún día se va a cansar. Se va a cansar de tanta
injusticia, de tanta desigualdad. Se va a cansar de la complicidad y la cobardía
de la política con tanto saqueo, con tantos Lewis, con tantos Etchevere. Algún
día, el pueblo se va a cansar de no poder tener un terreno de 200m2 mientras la
tierra se extiende como el océano en este país, se va a cansar de no poder
comer pan ni carne en el país de las vacas y el trigo, se van a cansar de que
cuatro vivos manden para fuera la riqueza que genera el trabajo de toda la
sociedad, que quiebren las empresas y descarten a los trabajadores, que
incendien los pastizales, desmonten el bosque nativo, fumiguen los pueblos, que
mienten con descaro y nunca nuca paguen sus crímenes. Algún día, el pueblo va a
recuperar las tierras, los minerales, los lagos y toda la riqueza que le
robaron. Va a echar a patadas a los jueces vendidos y a los gobernantes
arrastrados, todos adoradores del dinero. Va a poner en caja a los ricos que
están por encima de la ley. Va a hacer caer el rigor de la justicia penal
empezando por los primeros y el de la justicia social empezando por los
últimos. Lo va a hacer con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los
dirigentes.
Algún día el pueblo, a mano y sin permiso, va a recuperar la
dignidad.
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