Un vendedor de libros de Concordia quedó procesado por narcotráfico en Corrientes
Vendedor de Concordia fue detenido a inicios de año con un cargamento de 50 kilos de marihuana en su auto. Confirmaron que irá a juicio con sus tres cómplices
Un vendedor de libros de Concordia quedó procesado por
narcotráfico en Corrientes. Efectivos de la Prefectura Naval Argentina
recibieron la información sobre un vehículo que había cargado droga en
cercanías a la localidad correntina de Itatí, en la zona ribereña frente a
Paraguay. A inicios de este año montaron un operativo de control en la ruta
nacional 12 y sorprendieron a tres hombres con 92 ladrillos de marihuana. El
conductor del vehículo era J.G.B., un concordiense dedicado a la venta de
libros, entre otros rubros. Desde entonces, el muchacho de 28 años y quienes lo
acompañaban en el auto quedaron detenidos y recientemente su procesamiento por
Transporte de estupefacientes fue confirmado.
Aquel 5 de enero los prefectos contaban con información
previa acerca de la operación narco con personas que se trasladaban en un
vehículo de similares características a las que observaron sobre la ruta
nacional N° 12; un Renault Sandero rojo.
Por esto se dispuso un control sobre un camino o acceso
alternativo a la altura de la ruta nacional y lo interceptaron en cercanías a
Paso de la Patria, a unos 50 kilómetros de Itatí. Más precisamente, en un
camino llamado Rareza Vegetal, a la altura del kilómetro 1.247 del río Paraná.
El conductor y propietario del auto, el comerciante
entrerriano en cuestión, se mostraba nervioso y elusivo al chequeo que estaban
realizando los uniformados. Al momento de solicitarle la documentación del
vehículo tuvo ciertas cavilaciones mirando hacia sus acompañantes, razón por la
que luego de ser identificados se procedió a la apertura del baúl. Así
confirmaron las sospechas: encontraron 92 ladrillos de marihuana, cuyo pesaje
total arrojó 50 kilos y medio. Por entonces, ese cargamento estaba valuado en
más de 3 millones de pesos, y según las pericias de esa droga se podían obtener
más de 150.000 dosis.
Inmediatamente, el Juzgado Federal N° 2 de Corrientes, a
cargo de Juan Carlos Vallejos, ordenó la detención de los implicados y el
secuestro del estupefaciente. Una semana después, procesó a J.G.B. y a sus
acompañantes S.F., S.B. y L.A.B., oriundos de la capital de Corrientes, y les
dictó la prisión preventiva.
Recientemente los acusados apelaron aquellas medidas. El
defensor del concordiense cuestionó que no se hiciera sobre la droga el test
químico, solamente el naroctest sobre una muestra, lo que no comprueba que se
trate de droga lo que llevaban. También criticó el procedimiento de la
Prefectura y la orden judicial, por no contar con circunstancias que ameriten
la requisa del vehículo. Además, la defensa oficial del joven afirmó: “No hay
en el expediente elementos que lleven a sostener que formaba parte de una
cadena dedicada al tráfico de estupefaciente”.
Al respecto, las vocales de la Cámara Federal de Apelaciones
de Corrientes, Mirta Sotelo y Selva Spessot consideraron que el procedimiento
fue legítimo porque “el conductor del vehículo junto a sus acompañantes se
acercaron y sometieron voluntariamente al lugar donde estaba apostado el
control, y que en el caso particular se trataría de un estado de sospecha que
iría en aumento desde el momento en que se identifica sobre la ruta nacional al
vehículo similar del que se tenía información que podría participar en un
ilícito, luego se lo intercepta en zona ribereña en un camino de tierra próximo
a otra ruta nacional y se advierte la actitud evasiva y elusiva del conductor
lo que derivó en la posterior requisa”.
Además, citaron la resolución del juez Vallejos: “Los
imputados tenían conocimiento de que lo que transportaban en el vehículo en el
que se desplazaban era marihuana toda vez que, de a acuerdo a las constancias
de la causa, el conductor del rodado expresó estado de nerviosismo, a la vez
que miraba a sus consortes (…) la sustancia transportada, por sus
características y naturaleza, emana un fuerte olor el cual no podía pasar
inadvertido para ninguno de los ocupantes del rodado”.
Por otro lado, para confirmar la prisión preventiva de los
acusados, sostuvieron que los celulares, que todavía no fueron secuestrados (11
meses después) “podrían aportar datos sobre la existencia de una organización
dedicada al tráfico de estupefacientes de la que formarían parte”.
En este sentido remarcaron que J.G.B. “vive en la ciudad de
Concordia, Entre Ríos, que su ocupación es vendedor de libros, albañil,
portero, aserradero”, y un vecino suyo “corroboró que se dedica a la venta de
libros y expresó que sería poco sociable”.
Asimismo, no se descarta que se esté ante una organización
interprovincial de tráfico de drogas. “Surge en primer lugar que los
investigados de acuerdo a sus condiciones socioeconómicas no podrían haberse
procurado la cantidad de sustancia secuestrada, lo que resultaría un indicio de
la posible participación de otros involucrados”, afirmaron las vocales. UNO
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