"La política es para servir a la sociedad, no para servirse". por Leandro Arribalzaga
En este comienzo de 2021, es momento de rescatar algún ejemplo que nos dejó la política de antaño y de buscar ejemplos en el pasado fundamentalmente porque se necesita de políticos que con su propio hacer y proceder demuestren y sostengan la construcción del país, de la Nación que nos merecemos, expresa la nota de opinión del presidente de la UCR Entre Ríos.
No se puede imponer solidaridad porque la solidaridad nace
de quienes la ofrecen y menos se puede usar esa palabra cuando se desconoce su
significado íntimo, de otro modo termina en una inmensa mentira a un pueblo que
si sabe lo que es la solidaridad bien entendida.
En estos días culminó el año con un nuevo uso de los
jubilados nuevamente moneda de ajuste de la economía nacional, esos mismos
jubilados que aportaron año tras año para tener un buen pasar en la vejez y
ahora no saben cómo llegar a fin de mes, será algún alma caritativa la
solidaria. Tal vez quienes proponen tales caminos nunca lleguen a la vejes,
pues sean inmortales, valla saber lo que les depare el destino.
Al principio de estas palabras hablaba de ejemplos de
políticos y a quien me refiero es Elpidio González vicepresidente de la Nación
Argentina entre 1922 y 1928 por la Unión Cívica Radical.
El 6 de octubre de 1938 le escribió una carta al presidente
Ortiz, en la que señalaba: "Habiendo sido promulgada la Ley que concede
una asignación vitalicia a los ex presidentes y vicepresidentes de la Nación,
cúmpleme dejar constancia al señor presidente, en su carácter de 'jefe Supremo
de la Nación, que tiene a su cargo la Administración General del País', de mi
decisión irrevocable de no acogerme a los beneficios de dicha Ley".
Continuaba "Al adoptar esta actitud sigo íntimas convicciones de mi
espíritu. Entregado desde los albores de mi vida a las inquietudes de la Unión
Cívica Radical, persiguiendo anhelos de bien público, jamás me puse a meditar,
en la larga trayectoria recorrida, acerca de las contingencias adversas o
beneficiosas que los acontecimientos podían depararme. No esperaba, pues, esta
recompensa, ni la deseo y, al renunciarla, me complace comprobar que estoy de
acuerdo con mis sentimientos más arraigados", concluyendo "Confío en
que, Dios mediante, he de poder sobrellevar la vida con mi trabajo, sin
acogerme a la ayuda de la República por cuya grandeza he luchado y que, si
alguna vez, he recogido amarguras y sinsabores me siento recompensado con
crecer por la fortuna de haberlo dado todo por la felicidad de mi Patria.
Saludo al Señor presidente".
Elpidio culminó su vida vendiendo anilina por las calles de
Buenos Aires, con su viejo traje maltrecho por el uso.
La política es para servir a la sociedad, no para servirse,
no pretendamos ejemplos tan extremos como el de Elpidio González pero sería bueno
que quienes ostentan el poder ejerzan con ejemplos concretos de honradez y no
busquen el poder para beneficio propio o de sus cercanos y de esa manera
terminar con el flagelo de la corrupción, de la desconfianza y de las grietas
que en nada ayudan a construir la gran república que los argentinos nos
merecemos.
No hay comentarios.