Los ministros de Educación del país acordaron el regreso a las aulas: las claves para el inicio del ciclo lectivo
Con la presencia de Alberto Fernández, el Consejo Federal flexibilizó los indicadores que guían las aperturas escolares y definió que las clases comenzarán bajo una modalidad combinada
A pocos días del inicio del ciclo lectivo, los ministros de
Educación de todo el país acordaron priorizar el regreso a las clases
presenciales
Lo hicieron en una sesión en la Quinta de Olivos, que contó
con la participación por primera vez de Alberto Fernández, quien buscó quitarle
una bandera a la oposición.
Tal como anticipó Infobae, el Consejo Federal aprobó dos
resoluciones. Por un lado, la actualización de los indicadores sanitarios que
definen la posibilidad de apertura de escuelas. Por otro lado, la organización
del comienzo del ciclo lectivo que, al menos hasta el cierre del primer
trimestre, será bajo una modalidad combinada en casi todo el país.
“El principio general será priorizar la apertura de las
escuelas y la reanudación de clases presenciales en todo el país bajo
condiciones de seguridad sanitaria y cuidado de la salud de la comunidad
educativas. Se priorizará el sostenimiento de actividades educativas
presenciales en todos los niveles y modalidades de la educación obligatoria por
sobre otras actividades”, se lee entre las dos resoluciones.
La Ciudad de Buenos Aires y Jujuy comenzarán el próximo
miércoles 17 de febrero. Luego, la gran mayoría de las jurisdicciones iniciarán
el ciclo lectivo el lunes 1 de marzo.
“Es una jornada muy importante porque estamos finalizando el
proceso de un regreso a una presencialidad cuidada. Avanzamos en los protocolos
para una presencialidad responsable y en resoluciones que clarifican la
necesidad de un diálogo con las familias para que toda la comunidad tenga claro
cómo van a ser los procesos”, afirmó el ministro de Educación nacional, Nicolás
Trotta, en conferencia de prensa.
Después de un trabajo técnico junto a Salud, los ministros
modificaron un punto clave: el semáforo epidemiológico que se había aprobado en
octubre del año pasado y, que por sus exigencias, no permitía mayores avances.
Ahora los indicadores se flexibilizaron en la búsqueda de un regreso masivo a
las aulas.
Con los ajustes, los gobernadores dejarán de monitorear los
contagios de una provincia como un todo; algo que sucedió el año pasado e
impidió desandar aperturas parciales. Las autoridades sanitarias de los
distritos seguirán la evolución de la pandemia en cada departamento o
municipio, incluso en cada pueblo o paraje rural. La intención es reducir al
máximo la zona geográfica para que, en caso de dispararse los contagios en las
grandes ciudades, no repercuta en todo el territorio.
El nuevo semáforo seguirá tres indicadores, aunque fuentes
que participaron en la reunión aclararon que se trata más bien de una guía y
que, si alguno de los requisitos no se cumple, no será impedimento para
mantener las escuelas abiertas:
1. El sistema de salud debe contar con capacidad suficiente
y adecuada para dar respuesta a la demanda sanitaria.
2. El aglomerado urbano, departamento o partido no debe
estar definido por la autoridad sanitaria nacional como aquellos que poseen
“transmisión comunitaria sostenida” del virus SARS-CoV-2.
3. La razón de casos confirmados, definida como el cociente
entre el total de casos confirmados de las últimas dos semanas y el total de
casos confirmados correspondientes a las semanas previas, deberá ser inferior a
0,8. Si el indicador se encuentra entre 0,8 y 1,2, se considera una evolución
estable. Si es mayor a 1,2, se considera evolución en aumento y si es menor a
0,8, se considera en descenso. No será necesario cumplir este requisito si, por
la escasa o nula cantidad de casos, no puede realizarse el cálculo.
A partir de esos tres indicadores, apuntan a que todas las
provincias sostengan las escuelas abiertas pese a que el avance de los
contagios los lleve a tomar medidas restrictivas en algún momento. De allí de
“priorizar la educación sobre otras actividades” después de un año signado por
la falta de presencialidad. El cierre escolar pasará a ser una instancia
límite, de corto plazo, y las autoridades tendrán que precisar la fecha de
reapertura.
Según consigna la resolución, las provincias que se vean
obligadas a retroceder a una fase de aislamiento social, preventivo y
obligatorio (ASPO) interrumpirán la concurrencia de los chicos a clases, pero
las escuelas seguirán abiertas para que tanto directivos como docentes puedan
asistir. Solo si se regresara a una cuarentena estricta como la que se decretó
en marzo, Nación podría intervenir en los cierres y las provincias relegarías
su autonomía.
En la reunión quedó también establecida el orden de vacunación
de los docentes. Quedaron conformados cinco grupos:
Grupo 1: docentes frente a alumnos y alumnas de nivel
inicial y maternal; primer ciclo de primaria (1°, 2° y 3° grado) y educación
especial.
Grupo 2: personal de dirección y gestión; supervisión e
inspección; apoyo a la enseñanza; todo otro personal sin designación docente
pero que trabaja en establecimientos educativos de la educación obligatoria en
distintas áreas y servicios (maestranza, administración, servicios técnicos,
servicios generales, y equivalentes).
Grupo 3: docentes frente a alumnos y alumnas de segundo
ciclo de primara (de 4° a 6°/7°).
Grupo 4: docentes frente a alumnos y alumnas de secundaria y
adultos.
Grupo 5: docentes y no docentes de institutos de educación
superior y universidades.
Inicio bajo una modalidad combinada
En la sesión del Consejo Federal, los ministros acordaron la
reanudación de clases bajo una modalidad “combinada”, que alternará algunos
días de presencia en las aulas con otros de clases a distancia como los que
caracterizaron el ciclo lectivo 2020.
Los casos de retorno 100% presencial serán contadas
excepciones. Solo los departamentos, municipios o pueblos en los que la
pandemia no golpee o las escuelas que, por sus dimensiones, permitan que todos
los alumnos concurran a la vez.
Los esquemas de alternancia los definirá cada provincia. Del
acuerdo de hoy no surgió un número máximo de alumnos por aula, sino que la
cantidad de chicos estará atada a las dimensiones del salón y a la posibilidad
de garantizar el metro y medio de distancia entre cada banco, uno de los puntos
que exigen los protocolos.
La alternancia podrá ser por turno (la mitad a la mañana y
la otra mitad a la tarde), por días o por semana completa. Lo que sí será una
regla general es que ese esquema de días y horarios se mantendrá para cada
grupo hasta al menos el cierre del primer trimestre o cuatrimestre, con el
objetivo de reorganizar la rutina escolar y familiar.
Los espacios de clases no se limitarán a las aulas. La
intención es que también se utilicen otros sitios dentro de la escuela que
permitan el distanciamiento y la ventilación necesarios: bibliotecas, talleres,
comedores o gimnasios. En caso de que el clima acompañe también podrían
habilitarse lugares descubiertos o semi-descubiertos como los patios o las
galerías. Incluso se podría llegar a recurrir a clubes, centros culturales o
polideportivos que se encuentren cerca de la escuela.
La fragmentación de los grados generará cierta sobrecarga en
los docentes. La recomendación es que los maestros focalicen su tiempo y
atención en las actividades presenciales y reduzcan su intervención en las
clases a distancia.
En el tiempo presencial se buscará que los alumnos recuperen
los contenidos que no pudieron impartirse en forma remota en 2020. Será el
momento de la introducción de los temas, de las explicaciones centrales y las
respuestas a las dudas.
En cambio, la no presencialidad apuntará a que los chicos
pongan en práctica aquello que aprendieron, que revisen los contenidos, guías y
libros a través de las plataformas. Darán tareas y actividades que el chico
pueda resolver en forma autónoma o con la ayuda de los padres. No se les
exigirá a los docentes que impartan clases sincrónicas vía Zoom o Meet que ya
que, consideran, no implica mayores beneficios para los aprendizajes.
Las clases presenciales volverán a ser obligatorias. Solo
los estudiantes y los docentes que formen parte de los grupos de riesgo
quedarán exceptuados de asistir. Los alumnos que presenten una comorbilidad
vinculada al Covid-19 deberán presentar un certificado médico o, del mismo
modo, tendrán que acreditar que viven con un familiar que integra un grupo de
riesgo.
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