“Tierras fiscales para producir y desterrar la cultura de la toma”, por Alfredo De Ángeli
La posibilidad de distribuirlas mejor representa una oportunidad para que nuevos productores puedan concretar su vocación y aumentar así el número de familias dedicadas a la actividad agropecuaria
Presenté en el Senado Nacional un proyecto de ley para
facilitar el otorgamiento de tierras fiscales a la producción, con el objetivo
de promover el arraigo y el desarrollo sustentable en el interior de nuestro
país, allí donde las economías familiares son pilares del sector agropecuario y
grandes generadoras de empleo.
El espíritu del proyecto es impulsar la agricultura familiar
y que esta sea económicamente viable para que una familia pueda vivir y
desarrollarse. Luego, en un plazo razonable, esa familia deberá afrontar el
pago de la tierra adjudicada.
La posibilidad de distribuir mejor las cuantiosas tierras
fiscales que hay en la Argentina representa una oportunidad para que nuevos
productores puedan concretar su vocación y aumentar así el número de familias
dedicadas a la actividad agropecuaria. Necesitamos seguir trabajando para
lograr el círculo virtuoso de las “3T”: tierra, techo y trabajo. Este proyecto
apunta definitivamente a favorecer eso.
Para materializar esta iniciativa, propongo la creación del
Instituto Nacional de la Colonización, el cual será integrado por cinco
miembros: tres propuestos por el Poder Ejecutivo con acuerdo del Congreso
Nacional, uno en representación de las entidades ruralistas y otro
representante de las provincias. Este instituto implementará planes de
colonización, según la región del país, siguiendo pautas técnicas.
Por otra parte, el Instituto establecerá las condiciones
para quienes deseen participar de las adjudicaciones. Asimismo, fijará el valor
de las tierras adjudicadas y los plazos de pago, que no podrán exceder los 25
años, dando previsibilidad a las familias. El adjudicatario sólo recibirá el
título de propiedad tras el pago completo al Estado.
La necesidad de desterrar la cultura de la toma y las
prebendas
Considero que este proyecto presenta una visión radicalmente
opuesta a la cultura de la toma de tierras y las prebendas, que se ha hecho
tristemente popular en Argentina. Para colmo, se trata de prácticas en
ocasiones fomentadas desde las propias autoridades gubernamentales.
La gente del campo sabe que la tierra hay que ganársela con
trabajo y esfuerzo. Y que el Estado, en todo caso, debe estar para ayudar, no
para regalar. Mucho menos es aceptable que alguien pueda ocupar ilegalmente un
terreno que no le pertenece.
No caben dudas que el campo es y seguirá siendo el gran
motor del desarrollo productivo de la Argentina. Y en lo que respecta a los
pueblos y rincones más distantes de nuestra querida Argentina, está claro que
el campo seguirá representado la mayor fuente de arraigo, movimiento económico
y generación de riqueza genuina.
Es fundamental que desde el Estado se trabaje desde esta
postura constructiva, generando herramientas concretas para favorecer a los
sectores que tienen un potencial gigantesco para generar trabajo, lograr mayor
competitividad para producir y comercializar más. Quizás no sea un camino
fácil, como ciertamente no lo fue para nuestros abuelos colonos que hicieron
grande a la Argentina. Pero está claro que este es el único camino para tener
una Argentina más rica y más justa.
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