El problema de judicializar la política


Esta semana se conoció la formalización de una denuncia por la presunta comisión de diversos delitos en la ejecución del “Plan estratégico para la vacunación contra la Covid-19”. La denuncia fue presentada por el Diputado provincial del PRO Nicolás Matiuda y busca complicar a la ministra de Salud, Sonia Velázquez, y al Intendente de Gualeguaychú, Martin Piaggio.

La acusación incluye la violación de las medidas adoptadas por las autoridades competentes para impedir la introducción o propagación de una epidemia, abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y violación de la Ley de Ética Pública.

Sin minimizar formalismos normativos que el sistema obliga a respetar, la denuncia presentada confirma la obsesión de un sector de la dirigencia argentina de judicializar la política. De afuera uno huele que en esa cancha juegan casi siempre de local. Pero los de afuera son de palo, decía el Negro Jefe Obdulio Varela. Como lo venimos sosteniendo en esta línea editorial, los legisladores no asumen su rol y siguen esquivando su deber de POLITIZAR la justicia. Politizar no tiene que ver con partidos políticos, sino con hacerse cargo de la crisis que sufre ese poder ante la ciudadanía, que supera ampliamente a los otros dos. Pasar del testimonio a la acción, romper el paradigma de la indiferencia.

Es hora de recomponer los lazos sociales y crear una nueva moral colectiva capaz de terminar con esta situación que vive la institución Poder Judicial.

A días de una sentencia que absolvió al ex intendente de Crespo, Ariel Robles, quien estuvo con un proceso abierto durante 5 años, ante una denuncia del candidato opositor Darío Schneider, (el actual intendente que permitió la fiesta de adultos mayores que fue noticia nacional y no cumplía con los decretos que promovía el COES provincial), que también en gran parte le costó su intento de ser reelecto. Una denuncia por asistencia social (con materiales entregados) en una de las pocas ciudades donde justamente no se registran índices de pobreza.

Ya sabemos que la denuncia como metodología del “miente, miente que algo quedará”, trae sus frutos. El problema es la distorsión en el servicio de justicia que se produce cuando los representantes del voto popular entran en estas cuestiones y los toman como ejes de campaña, a sabiendas que hay demasiados funcionarios judiciales que NO dejan sus preferencias políticas e ideológicas colgadas en la puerta de entrada de Tribunales.

A contrapelo de lo que afirmó en campaña, el gobernador sostuvo como funcionario a Robles, como así también lo hizo con el ex intendente de Gualeguay, Luis Erro. Al mandatario se le endilgó en no pocas ocasiones haber cedido en demasía frente a las presiones amarillas. Vale entonces este señalamiento que finalmente el propio Poder Judicial confirma en su corrección.

En la misma línea el gobernador decidió no presentarse como querellante en la causa de espionaje ilegal que afectó a un número aún desconocido de personalidades de la provincia. Vale recordar que en este caso el espionaje ilegal lo llevaba a cabo una dependencia que funcionaba y dependía de manera directa de Rogelio Frigerio en su carácter de Ministro del Interior. Lo concreto es que la dirigencia del justicialismo optó por no judicializar el caso, mientras que el propio Frigerio salió rápido a presentarse como querellante en la causa. En el barrio a esas situaciones se las caracterizaba como “el mundo al revés”.

Visitas, mensajes y lecturas

El turismo de Semana Santa comenzó con la visita a Paraná del dirigente social Juan Grabois. Junto a Dolores Etchevehere brindó una conferencia de prensa en las escalinatas del palacio de Tribunales, donde ratificó denuncias contra altas autoridades del Poder Judicial y los pactos de poder que impiden el avance de causas, como la que él protagoniza como abogado en contra de los hermanos y la madre de Dolores.

Nada nuevo que en la comarca, a excepción que Grabois destacó una y otra vez que estaba consiguiendo en los Tribunales Federales de Comodoro Py lo que no conseguía en Entre Ríos. Que te comparen con Comodoro Py alguna vergüenza debería dar, aunque todos siguen mirando para otro lado.

Por la tarde Grabois protagonizó una convocatoria pública en la plaza principal de Paraná donde presentó el Plan de Desarrollo Humano Integral para la era postpandémica. La sorpresa estuvo dada por la presencia junto al dirigente de la UTEP del Presidente Municipal de Gualeguaychú. Martín Piaggio es un rara avis en la oferta dirigencial y se ubica desde hace tiempo con pretensiones de disputar la gobernación. En ese camino trajina semanalmente la autovía de la 14 hasta la Capital Federal convencido que es en los despachos nacionales donde se define su futuro.

El tiempo dirá, por el momento no muestra interés en sentarse con la dirigencia partidaria a la que Grabois, sentado a su lado, disparó con munición gruesa. En la plaza y frente a una concurrencia con nula participación partidaria orgánica, volvió a denunciar los pactos de poder que involucran a toda la dirigencia y que atraviesa a todos los partidos. Solo la presencia del Secretario General de Camioneros, "Piry" Avalos, concentraba poder y representatividad; luego se advirtió un puñado de militantes de la CCC, del Partido Comunista, más los ambientalistas que se oponen a la obra de calle Racedo y los tarjeteros que no quieren la implementación del estacionamiento medido.

La incógnita en todo caso es si el acto fue la teatralización de acuerdos alcanzados en despachos porteños por los cuales Grabois puso a Piaggio como ejemplo en la escena nacional, valorando algunas políticas públicas de su gestión en Gualeguaychú. 

En su discurso habló de pactos de poder y de las mafias que ensucian la política. Si a la mañana había apuntado contra la Policía de la provincia y su jefatura política, por la actuación en los campos de Santa Elena, por la tarde enarboló la bandera del ensanche de Bvard. Racedo y criticó al Intendente Bahl porque “ensancha calles para que circulen más cómodas las cuatro por cuatro”. Al igual que el frustrado desembarco del proyecto Artigas en Santa Elena, acá vuelve a mostrar desconocimiento básico sobre cuestiones locales. También le dijo a Piaggio que si es gobernador le pedirá que “reparta tierras y que se enfrente al glifosato”. Demasiado vértigo para esta provincia en la que nadie quiere nadar entre olas.

Hablando de los Etchevehere, como venimos sosteniendo en esta columna, el amigo del ex presidente Macri es el máximo escollo en un radicalismo que no pretende dar batalla ni liderar el espacio opositor. El ex ministro de Agroindustria cuenta con los apoyos de Elisa Carrió y Patricia Bullrich, que no dudan en castigar con su filosas lenguas al “entrerriano” Frigerio. También de radicales que no se encuentran representados por las agrupaciones internas mayoritarias y que sostienen la doctrina Kisser: el peronismo quiere hacer el ajuste con Frigerio para después volver al poder por veinte años más. La prensa y el circulo rojo de la provincia ningunea esa posibilidad. Sin embargo Luis Miguel esta en modo candidato.

También visitó la provincia el titular del Ente de Obras Hidricas y Saneamiento (Enohsa), Enrique Cresto, para licitar obras por más de 3 mil millones de pesos. Más allá de que el intendente de Concordia en uso licencia manifieste que se realizarán obras a lo largo y lo ancho de todo el territorio entrerriano, sería ingenuo no observar que las obras de mayores recursos se destinan a tres municipios que detentan claros liderazgos políticos: Paraná, Diamante y Villaguay serán las ciudades que más fondos recibirán del organismo. La relación de Cresto con Adán Bahl, no es nueva y recuerda aquella fórmula que de tanto sonar sonó en 2015. A Carlos Darrichón y Adrián Fuertes los une su militancia de juventud, gestiones compartidas en la legislatura y el respeto por haber recuperado, uno, un territorio difícil en la última elección y mantener el control del departamento Villaguay desde años, el otro.

Cresto sabe que sus visitas son un bálsamo para las alicaídas arcas de los jefes comunales, y comienza a mostrar que su atrevida apuesta de haber dejado la Municipalidad de Concordia puede ser el trampolín que lo lleve a su declarado objetivo de habitar la Casa Gris. Para ayudarlo, su padre Juan Carlos anunció que no tiene problemas en candidatearse nuevamente como Intendente de Concordia. No quedan dudas que la estrategia es ser protagonistas de lo que viene.

En otro andarivel el Intendente Bahl parece superar día a día los escollos. Esta semana concurrió a la convocatoria de la Defensoría del Pueblo, cumplió con lo que se demanda de un gobernante. Dio la cara, mostró respeto, apertura al dialogo y firmeza para sostener políticas que responden a intereses más generales que los que legítimamente pueden mover a un grupo de vecinos. Aprovechó a visitar importantes obras como el ensanche de Av. Rondeau, en la zona este de la ciudad, para mostrar resultados. Su figura completa el terceto de dirigentes peronistas que aspiran a suceder a Bordet y no será el carisma lo que lo eleve a la máxima candidatura sino una gestión que supere anclajes crónicos de la ciudad capital a un estado de postración y fundamentalmente una relación amasada en el tiempo con muchos dirigentes de la provincia. Para la gestión, Bahl estriba en importantes logros que prácticamente le están dando independencia económica y financiera. Para lo segundo dispone de oídos y tiempo para atender las numerosas visitas que recibe en Paraná. Por ahora los despachos oficiales porteños le abren la puerta pero no parecen ser lo suficientemente cálidos para cerrar acuerdos que le den tranquilidad.

Entreriosplus 

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