Adelante radicales
Así como Lifschitz tuvo la capacidad de conducir a 500.000 radicales en Santa Fe, la pregunta que subyace en algunos ámbitos del centenario partido es si disputar o no la hegemonía que viene teniendo Frigerio en la “conducción” del frente opositor entrerriano y el armado de las listas.
El ex ministro del Interior de Macri muestra una dinámica
incomparable. Recorre la provincia, hace reuniones públicas y privadas, mucha
prensa, como si las elecciones fueran la semana que viene. Visita en su casa al
ex gobernador Moine y trajina hasta la vivienda del vecinalista Luis Mariani.
No le hace asco a nada, aunque sabe bien cuánto calza cada uno de los que por
estas horas le promete acompañamiento. Sostiene que el segundo lugar será para
una mujer radical, el tercero también para una mujer pero vecinalista y el
cuarto lugar para otro correligionario o algún peronista disidente.
La primera experiencia del economista en la provincia fue en
2013 con “Unión por Entre Ríos” una alianza panperonista con el Frente
Entrerriano Federal de Jorge Busti y el Nuevo Espacio de Emilio Martínez
Garbino. La boleta consagró a Alfredo De Angeli como senador y a Cristina
Cremer como diputada nacional. El radicalismo quedó en tercer lugar y perdió su
banca en el Senado. Luego sobrevino el armado de 2015 que dejó a la UCR sin
candidato a gobernador, y la última, ya como ministro del Interior, armó la
lista en 2019 que fue aplastada por los 57 puntos de Bordet.
De armador a candidato desesperado
Los dirigentes son aquellos que han ganado la legitimidad de
sus representados. Frigerio, si es ungido por el voto de los entrerrianos,
dejará de ser un cuadro técnico (secretario de Programación Económica de Menem
y director del Banco Ciudad) y político (ministro del interior con látigo y
chequera) a ser dirigente, es decir alguien legitimado por el voto popular,
quizás sin pasar ninguna interna. Sí eso ocurre será con el apoyo del
radicalismo provincial y quedará la duda sí el centenario partido es tan fuerte
y tiene tantos votos como proclama.
Los intendentes que lograron ser reelectos pese a los
resultados de la gestión Macri y enfrentando el huracán Bordet crearon el
espacio Construir y anunciaron que darán pelea, por ahora es sólo eso. También
la Corriente Illia, que domina la escena radical de la última década, se
encuentra en pleno debate. Mientras tanto, Frigerio continuó esta semana su
campaña en medios nacionales enrostrando la chatura de la provincia por los 18 años
de peronismo y apuntando contra los privilegios de la política.
Jorge Asís, autor de “Flores robadas en los jardines de
Quilmes” y agudo polemista político, llamaba “el Ángel Exterminador” a Mauricio
Macri. Para ostentar semejante título el ex presidente se valía de un sinnúmero
de recursos, lícitos e ilícitos. Y de un amplio abanico de funcionarios dentro
de los cuales el titular del Ministerio político por antonomasia, el Ministerio
del Interior, no puede estar excluido desde que esas conductas adquirieron
status de política de Estado, durante el gobierno anterior. Las víctimas son
incontables y las injusticias por los daños causados por las persecuciones
difícilmente sean reparadas como corresponden.
En tiempos en que la política escasea, Sergio Fausto
Varisco, desde una cama de terapia intensiva, agravada su deteriorada salud y
condenado en un fallo de segunda instancia, sigue dando pelea en la arena
política. En estos días se pudo conocer una denuncia penal contra dos de los
jueces de la Sala IV de la Cámara de Casación Penal Federal, Gustavo Hornos y
Mariano Borinsky, ante el Consejo de la Magistratura de la Nación. Formalizada
por su hija, la diputada Lucía Varisco, el escrito condensa toda una historia
de fake news y lawfare protagonizada por conocidos periodistas locales y
porteños, jueces, fiscales y camaristas y alcanza a los más importantes
funcionarios del anterior gobierno nacional. Chocolate por la noticia. Era la
línea que se esperaba guiara la estrategia de la defensa en el juicio en que
fue condenado. Erróneamente, nada de eso dijeron. El hombre que hizo política
toda su vida vuelve sobre sus pasos y asume que no puede irse sin señalar que
lo persiguieron porque era una amenaza a hegemonías políticas del poder
central. Esto no borra sus gruesos errores, como haber construido una alianza
con algunos personajes conocidos del narcotráfico. Eso fue un lastre que creyó
poder administrar y no pudo, no quiso o no supo. Pero no es óbice para que el
ex intendente se defienda y diga verdades que todos asumen ciertas, aunque
muchos se hagan los distraídos.
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