La campaña vuelve a fase 1
La gira presidencial europea dejó un saldo satisfactorio para Alberto Fernández, tanto a nivel externo como interno. Aún no hay humo blanco, pero lo que deja la variedad de fumatas es que habrá acuerdo alrededor de posponer pagos, y aunque todavía no se conoce cómo se pagará y solo se habló de no imponer sobretasas, a los mercados les alcanzó para festejar. Alberto cumplirá sus primeros dos años rodeado de las tres pestes: covid, deuda y endeudadores. Avanzar en la vacunación y reactivar el consumo, atenuando la escalada de precios de los alimentos, son las claves que tiene para enfrentar las elecciones legislativas.
En Roma se realizó el Seminario “Soñando con un mejor
reinicio”. Eso fue lo que alguna vez se pensó. Slavoj Žižek, el filósofo y
psicoanalista esloveno, ideólogo del movimiento Occupy Wall Street, afirmaba
que la pandemia era, ante todo, un golpe letal al capitalismo de un mundo sin
fronteras, y una gran oportunidad para reinventar el socialismo. Difícil que el
chancho chifle. El israelí Yuval Noah Harari, pensaba que los gobiernos más poderosos
del planeta dejen finalmente de pensar en términos de nacionalismos, y de
ventajas sanitarias monopólicas, para actuar a partir de ahora más globalmente
que nunca. Más difícil. La geopolítica, con Cristina y Putin en ambos extremos,
le están permitiendo a nuestro país pertenecer al lote de los privilegiados que
más vacunas reciben. Por lo demás el mundo es ya hoy mucho más injusto,
desigual y salvaje que antes de la pandemia. Más allá de eso, su Santidad
Francisco insiste, y a través del seminario, reunió un selecto grupo de pesos
pesados del mundo, entre los que se encontraban la Directora General del FMI,
Kristalina Georgieva, los ministros de economía de Francia, España, Alemania e
Italia, más el profesor y premio nobel de economía Joseph Stiglitz, su
discípulo argentino Martín Guzmán, y los cuadros económicos del vaticano.
En el mismo se desarrollaron dos ejes. Solidaridad
financiera y fiscal (donde el tema en cuestión fue el alivio de la deuda para
los países en desarrollo) y Sostenibilidad ecológica integral, que contó con la
presencia de John Kerry.
Alberto aprovechó para reunirse cara a cara con Georgieva y
con el Secretario de Estado de la administración Biden. Desde la llegada del
demócrata, la Casa Blanca busca relanzar la relación con los países
latinoamericanos. La región experimenta una etapa de convulsión política y
social en Colombia, Chile, Perú, Ecuador y Brasil. En estos países la derecha
gobernante afronta enormes movilizaciones populares que cuestionan el modelo
neoliberal. En ese contexto Alberto Fernández constituye una referencia que
pocos presidentes pueden ostentar y su liderazgo aparece como una oportunidad.
Presidente del equilibrio
La particular personalidad de Alberto, autodefinido
socialdemócrata, lo ayuda, y en verdad se siente cómodo, con los líderes
europeos. Tanto como Sergio Massa consolida su rol de interlocutor de la
Embajada y en particular con la dirigencia demócrata de Estados Unidos,
Cristina naturalmente comanda las relaciones con Rusia y la primera potencia
mundial, China.
La gira le permitió al presidente sacar del ojo de la
tormenta a su ministro de Economía. El regreso lo mostró consolidado luego de
errores de juventud. A contrapelo de lo que los grandes medios plantearon,
buscando horadar la unidad del FdT, la declaración en el Senado del bloque
oficialista en relación a que los derechos especiales de giro no se usen para
pagar deuda y sí para mitigar los efectos de la pandemia, habría sido una
estrategia planificada entre la vicepresidenta y el propio Guzmán. No todos
comen vidrio, la política a veces vuelve.
El equilibrio de la coalición de gobierno es siempre
inestable. Hay toda una agenda de temas que bien admitiría una respuesta
elaborada a lo Macri: “esa te las debo”. Los espacios más críticos del Frente,
que en términos cuanti son bastante más que el Frente Renovador y La Cámpora,
esperan. Por caso, los planteos realizados por Emilio Pérsico y Juan Grabois tuvieron
mucho apoyo y motivaron debate interno.
Quizás por eso el presidente regresó apurado prometiendo
involucrarse personalmente en detener la ola de aumentos de los precios de los
alimentos. Como en otras oportunidades, tomó medidas de alto impacto y queda
pedaleando en el aire. Desde el rimbombante anuncio de la expropiación de
Vicentin para acá hubo varias. Ahora con el decreto del cierre de las
exportaciones de carne, los tres gobernadores de la región centro no dudaron en
hacer oír su desacuerdo.
La autoridad presidencial se resiente entonces, no solo por
la desmesurada y permanente acción de una oposición irracional, sino porque no
se consensuan las políticas con los propios. Igualmente la gravedad se
encuentra en la situación social y el impacto macro negativo que conlleva el
proceso inflacionario. Cuando se disparan los precios, se resienten los
ingresos reales de toda la población, cae el consumo porque se dejan de
consumir otros bienes y servicios para destinar una mayor proporción de los
ingresos a comer, por lo que también se resiente la demanda de otros bienes.
Esa menor demanda agrava las penurias del entramado PYME, que ya venía muy
golpeado. Se reduce la producción y la generación de empleo.
Es probable que el gobierno haya activado canales de
negociación con el sector que responde a la mesa de enlace, que rápidamente
resolvió un paro de comercialización, y que el levantamiento de la medida
llegue antes de los 30 días. En ese caso habrá sido una decisión presidencial
correcta en la medida que impacte positivamente en la mesa de los argentinos.
Algo había que hacer. No puede no haber una serie de cortes accesibles. La
carne en la argentina no sólo tiene valor nutricional, también representa un
valor cultural y político que todo gobierno debe cuidar.
Lo mismo pasa con otros temas estratégicos. La planificación
en un gobierno peronista es una “actividad esencial” y si bien a Alberto la
pandemia puede llegar a justificarlo, es el debate que le sobreviene a la
coalición. Como diría un ex presidente justicialista “en las crisis todos
tienen razón”.
La línea del tiempo político en pandemia pasó de que el jefe
de la bancada de Juntos por el Cambio, Mario Negri, tratara al presidente de
"comandante de esta batalla, porque así el país lo había decidido" y
de "la pandemia no tiene ideología, todos somos uno", a los tiempos
donde la curva de casos fue bajando y las restricciones cediendo, que sobrevino
la campaña adelantada.
Imagen estable y campaña en stand by
Las nuevas medidas de restricción obligan a los políticos
que estaban en modo campaña a guardarse por un tiempo.
Según el estudio de Analogías, se mantienen estable la
imagen del presidente; mantiene los niveles desde principio de año: alrededor
de 55% de opiniones positivas.
Entre marzo y mayo se produjeron crecimientos netos
relevantes en materia de confianza en las vacunas en sí y en su funcionalidad
respecto a la inmunidad social. Entre un 65% y un 70% de los encuestados creen
que se alcanzarán niveles de inmunidad importantes entre la población por
efecto del plan de vacunación. Se registra, también, una alta confianza en la
efectividad y seguridad de las vacunas (70%).
“Se trata de niveles de confianza crecientes que empiezan a
trascender los límites de los segmentos oficialistas o filo. En el mes de
febrero sólo el 44% de los encuestados depositaban expectativas en la
vacunación como vector hacia la normalidad. En esta encuesta ese nivel trepó al
65%”, advirtió Marina Acosta, directora de Comunicación de la consultora.
Asimismo, las medidas de restricción a la circulación (53%)
y limitación de la presencialidad escolar (51%) tienen apoyos favorables como
herramientas de prevención ante el aumento de los casos. Además, se presenta
una previsión mayormente conservadora acerca de la posibilidad de que la
cantidad de casos diaria baje efectivamente. La distinción, en este sentido, es
que los segmentos moderados que apoyan al oficialismo son convencidos
defensores de las restricciones a la movilidad, pero pesimistas respecto de que
se logre bajar la cantidad de casos (45%).
Las expectativas sobre la situación económica también se
mantienen estables, con un plus de pesimismo relativo de 17 puntos. Tal como
venimos observando, persiste una manifiesta demanda entre los segmentos
sociodemográficos sobre la necesidad de que el gobierno nacional aplique
mayores controles de precios (70%) y promueva una suba general de salarios
reales (80%).
El estudio marca la preocupación hacia la economía y la
situación sanitaria, en detrimento de las preocupaciones sobre la “Corrupción”
y la “Inseguridad”.
Estos índices complican el debate interno en el frente
opositor, donde la reaparición de Mauricio Macri ya hace especular con una
candidatura suya en la ciudad. Los grupos están claros, los discursos serán de
tal calibre que Elisa Carrió se encuentra en el ala blanda. Igualmente Lilita
no dejará de disparar para todos lados, ya calificó de cotorras al coro que
encabeza Patricia Bullrich y demás miembros del ala dura.
Pese a que las fechas estén cerca, el clima electoral no
sobrevendrá nunca. Por ello los frentes electorales deberán instrumentar
estrategias inéditas para hacer campaña durante la pandemia. Se irá a votar en
un escenario en el que los candidatos que se muestren demasiado serán objetados
por un grueso sector de la sociedad que la va pasando de mal en peor.
Tendrá que ser una campaña inteligente, módica, más
cualitativa que cuantitativa. A la hora del análisis político también hay
situaciones inéditas: es una gran incógnita quién triunfará y quién perderá.
En Entre Ríos el oficialismo activó con un encuentro
generacional vía zoom, donde hubo más de mil participantes y fue cerrado por el
gobernador Bordet y la vice Stratta. La convocatoria generó consabidos enojos y
recelos inevitables. El discurso del mandatario fue en clave electoral y hasta
se permitió una crítica a Frigerio. Queda por ver si la acción fue parte de un
plan que tenga continuidad en el tiempo o por el contrario, y como ha sido en
estos años, la juntada fue una acción aislada. La unidad del oficialismo
entrerriano no está comprometida, aunque puede haber fugas por la acción de
Frigerio y fundamentalmente de Juan Domingo Zacarías, que camina con
inteligencia los suburbios del peronismo, allí donde hay pocos recursos, los
funcionarios no llegan y la malaria hace estragos.
La campaña vuelve a fase 1
La ebullición en la cafetera de la oposición no tiene
correspondencia con la tranquilidad electoral del oficialismo. Allí dos
intendentes movedizos del grupo Construir, Darío Schneider y Rafael Cavagna, se
encuentran aislados por Covid. Al espacio radical, que comenzó sus actividades
de campaña tres meses después que Rogelio Frigerio, se le complica aún más la
estrategia para hacerse conocer por fuera de los ámbitos políticos. La última
actividad del grupo fue el miércoles y la encabezó el intendente de Chajarí,
Pedro Galimberti, en Maciá y Mansilla y luego no perdieron la oportunidad de emitir
un comunicado del Foro de Intendentes de Juntos por el Cambio tratando al
oficialismo de improvisados por la demora de la publicación del decreto de las
nuevas restricciones. En tanto el ex ministro de Macri esta semana continuó su
recorrido provincial, visitó Gualeguay, Villaguay y Federal.
En la semana también se reunieron los espacios que pretenden
ser la tercera fuerza. Allí los partidos Socialistas y SER se encontraron con
sectores del vecinalismo y movimientos sociales. Del encuentro participaron la
presidenta del partido a nivel nacional, Mónica Fein, y el ex gobernador de
Salta, Juan Manuel Urtubey y estuvieron los referentes locales Alejandro
Millocco (SER ), Marcelo Haddad (PS), Julilán Jarupkin (Barrios de Pie) y el ex
intendente de Oro Verde Luis Dumé.
Con las nuevas restricciones, la política electoral también
vuelve a fase uno, y hasta nuevo aviso no habrá muchas novedades.
Entreriosplus
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