Elecciones en Perú: Castillo se aproxima a la victoria sobre Fujimori en un reñido final voto a voto


El candidato izquierdista suma el 50,28% de los votos frente a los 49,72% de su rival, con más del 96% de las mesas escrutadas. Una diferencia de poco más de 95 mil votos

En el tramo final del recuento en Perú, el candidato de la izquierda Pedro Castillo pasó al frente y supera por una diferencia mínima a la dirigente derechista Keiko Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori.

Con más del 96% de las mesas escrutadas tras el balotaje del domingo, Castillo actualmente tiene el 50,28% de los votos, contra el 49,72% de su rival, una diferencia de poco más de 95.000 votos, según el más reciente reporte de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), divulgado este lunes.

Mientras el drama del recuento se sucedía, los candidatos y sus seguidores han mantenido cierta calma, así como los ciudadanos que no cesaron de hacer números y cálculos estadísticos para tratar de resolver quién y por cuánto ganaría la votación.

Castillo viajó en la madrugada desde Chota, donde votó el domingo en la noche, hacia Lima, ciudad a la que llegó sobre el medio día y en donde se refugió en la sede central de su partido.

En un principio anunció que daría una rueda de prensa, si bien poco después se anuló su comparecencia y siguió el silencio oficial de la campaña de Perú Libre.

Fujimori, por su parte, se encerró a primera hora del día en su cuartel general de Lima y no volvió a ser vista.

Cambio

Si bien Fujimori había estado al frente desde que comenzó el recuento, la diferencia ha ido reduciéndose con el correr de las horas. La expectativa ahora resta en saber si a Castillo le alcanzará con los votos del campo, la selva y del exterior que faltan computarse, que pueden definir la segunda vuelta presidencial en un país devastado por la pandemia, en recesión y bajo incertidumbre política.

Los números iniciales le habían sonreído a Fujimori. El primer escrutinio oficial del 42% de las mesas provocó estallidos de júbilo en distritos acomodados de Lima, como Miraflores, donde la gente salió a las ventanas de sus viviendas a celebrar una victoria parcial de Fujimori.

Gritos de "¡Viva el Perú!", "¡Ganó Keiko!", resonaron desde edificios en medio de calles desiertas por el toque de queda nocturno vigente por la pandemia. Desde el punto de vista de los seguidores de Fujimori, los primeros resultados habían inyectado ánimo en quienes temían ver a su país "caer en el comunismo" si Castillo es presidente.

El conteo rápido de Ipsos

Unas horas antes, un sondeo a boca de urna de la firma Ipsos había dado ventaja a Fujimori de 50,3% sobre el 49,7% de su rival, pero después un conteo rápido de votos de la misma encuestadora arrojó un resultado inverso, con 50,2% para el maestro de escuela rural y 49,8% para la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori.

El conteo rápido, que tiene un margen de error de 1%, "nunca se ha equivocado" en las elecciones presidenciales peruanas, destacó Fernando Tuesta, exjefe de la ONPE.

La ONPE siempre entrega en sus primeros reportes resultados de zonas urbanas y el porcentaje faltante, que demora en ser escrutado, proviene de zonas rurales, selváticas y del extranjero.

Si no hay contratiempos, este lunes se conocería quién es el ganador de las elecciones, pero no se descartan impugnaciones de votos, lo que retrasaría la definición en caso de una estrecha diferencia.

Expectativas moderadas

Ambos candidatos se cuidaron por el momento de hacer declaraciones estruendosas. Castillo, de 51 años, reaccionó con calma al escrutinio parcial y desde su natal Cajamarca (norte) advirtió que aún "falta que se cuenten nuestros votos, de la zona rural".

Fujimori, de 46, no se pronunció sobre las primeras cifras oficiales, que recibió con su familia en su hogar en Lima. Poco antes había comentado que los resultados de boca de urna debían ser tomados con "prudencia" porque el margen de diferencia era "pequeño".

"Aquí no hay un ganador o perdedor, aquí lo que se tiene que buscar finalmente es la unidad de todos los peruanos", agregó con gesto adusto.

Una misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) está en Perú vigilando los comicios, al mando de Rubén Ramírez, excanciller de Paraguay, y ha respaldado hasta ahora la labor de las autoridades electorales peruanas.

Keiko Fujimori puede acabar siendo la primera presidenta de Perú, meta para la que ha trabajado 15 años desde que asumió la tarea de reconstruir casi desde las cenizas el movimiento político derechista fundado por su padre en 1990.

 

Pero perder el balotaje no solo le implicaría su tercera derrota en las urnas, sino que tendrá que ir a juicio con riesgo de terminar en la cárcel.

 

Fujimori está bajo la lupa de la fiscalía por el caso de los aportes ilegales del gigante brasileño de la construcción Odebrecht, un escándalo que salpicó además a cuatro expresidentes peruanos. Ya estuvo 16 meses en prisión preventiva por esta causa.

 

Casada y con dos hijas, si ella gana marcaría un precedente al ser la primera mujer en las Américas en llegar al poder siguiendo las huellas de su padre.

 

En la otra mano está Castillo, que salió del anonimato hace cuatro años al liderar una huelga del magisterio y que, de vencer, sería el primer mandatario peruano sin lazos con las élites política, económica y cultural.

 

Castillo "sería el primer presidente pobre del Perú", definió el analista Hugo Otero a la AFP.

 

El nuevo presidente tomará el 28 de julio las riendas de un país en crisis, que ha tenido cuatro mandatarios desde 2018, que registra la mayor tasa de mortalidad del mundo por la pandemia, con más de 185.000 muertos en una población de 33 millones de habitantes.

 

La crisis sanitaria obligó el año pasado a semiparalizar la economía por más de 100 días, lo que acarreó una recesión y una caída del PIB de 11,12% en 2020.

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