Escenario político: “El optimismo de la voluntad”


En los primeros meses de la pandemia hubo voces de jerarquizados intelectuales que auguraban una salida con un mundo mejor. En letras de molde la tapa del último número de The Lancet dice: "COVAX fue una idea hermosa, nacida de la solidaridad. Desgraciadamente no sucedió... los países ricos se comportaron peor que nuestra peor pesadilla".

COVAX iba a distribuir 2.000 millones de dosis en 2021. Hasta mayo, apenas llegó a 68 millones en todo el mundo. Pfizer firmó contrato con COVAX por 40 millones de dosis. Hasta mayo, apenas entregó 1 millón.

Es el reconocimiento al fracaso de aquella esperanza de un mundo mejor. Es el reconocimiento a una ingenuidad recurrente, creer que un sistema capitalista brutal dejaría lugar, sin resistencia, a un sistema solidario. Una pena y un retrato de época.

El ser humano necesita esperanza tanto como el aire. Y como sugiere The Lancet, nadie creyó que iba a ser tan brutal. Eso es la esperanza. Es la máxima gramsciana del optimismo de la voluntad que resiste al pesimismo de la razón. Las exigencias de Pfizer para acceder a su vacuna muestra exactamente que no hubo ni una pizca de solidaridad ni buena voluntad.

Como se observa, el plan de vacunación avanza al galope y en la Argentina ya suspiran aliviados alrededor de 20 millones de compatriotas, aunque el personal asalariado de Pfizer, entre los que se pueden encontrar a la mayor parte de la dirigencia opositora y a planteles enteros de lobistas que actúan de periodistas en los grandes medios de comunicación, sigan sosteniendo que no hay vacunas.

El pesimismo de la razón

Siempre se puede estar peor, sobre todo cuando no se toman las medidas correctas en los tiempos y con la rapidez adecuada. Mientras buena parte de Europa, Israel y Estados Unidos apuestan a recuperar sus economías y a abrir sus fronteras al turismo internacional, una terrible acechanza se cierne sobre el futuro próximo.

La denominada variante Delta, que hizo estragos indecibles en la India, comienza a adquirir globalidad. Urge que el gobierno nacional adopte las medidas congruentes con la defensa de la vida, para evitar que el ingreso y propagación de la misma no se lleve puesto lo que ni siquiera nos atrevemos a imaginar.

El gobierno de Alberto ha mostrado tener reflejos, sin embargo no siempre los ha utilizado. Vale recordar que el proceso devaluatorio siguió destruyendo el poder de compra de los asalariados y los más humildes durante meses, hasta que el blue llego a cotizar $ 195. Recién ahí y con el grito en el cielo ya saben de quien, Economía adopto una batería de medidas que mantuvieron a la divisa quieta, aunque el daño ya estaba hecho. Se sabe que cuando el dólar aumenta, todo aumenta.

Pero nada baja cuando retrocede. La misma falta de reacción ocurrió con el proceso inflacionario, especialmente con los alimentos, y más puntualmente aún, con la carne, sobre lo que volveremos más adelante. Aun con lo gravoso que son estos aspectos mencionados, nada es comparable con la posibilidad cierta de que la variante Delta ingrese a nuestro país y se expanda a circulación comunitaria. Un sistema de salud ya colapsado se complejizaría a niveles terribles. Es mejor no pensar en eso y actuar.

No preocuparse, ocuparse. Por ahora la reacción de las autoridades no están dando expectativas. O mejor dicho, las expectativas son malas.

Por caso vale detenerse en declaraciones efectuadas por la Directora Nacional de Migraciones, Florencia Carignano, cuando fue consultada sobre la posibilidad de adoptar medidas migratorias que restrinjan la llegada diaria de más de 2 mil personas a nuestro país provenientes del exterior.

La respuesta fue vergonzosa y no es lo que los argentinos esperan de este gobierno. “Argentina no puede estar desconectada del mundo” suena a un razonamiento propio del anterior gobierno. Claro está que no es la misma situación que en marzo del pasado año. En aquel momento el gobierno asumió rápidamente el esfuerzo enorme de facilitar la repatriación de casi 400 mil connacionales a los que la pandemia los sorprendió en el exterior. Aplausos. Ahora no es lo mismo.

Quienes vuelven del exterior son ciudadanos de clase media alta que pueden costearse aéreos, que vuelven de Dubái, de Europa o de vacunarse en Miami. Nadie dice que no se los deje entrar. Pero nuevamente hay un ruego de científicos exhortando a tomar medidas rígidas de control en el ingreso a fin de intentar trabar la entrada de la variante tan peligrosa. El propio viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, reconoce que los controles actuales no sirven. El aislamiento domiciliario que se ordena a quienes llegan del exterior no es aislamiento.

El recién llegado convivirá con padres, madres, hijos, hermanos, se verá con amigos y vecinos. A demás se registró que un 40% de las personas llegadas del exterior no se encontraban en su vivienda al momento del control, con lo cual si la variante Delta llega a entrar, rápidamente se convertiría en variante de circulación comunitaria. 90 mil muertos es suficiente, demasiado para que se demore la adopción de medidas más rigurosas, como por ejemplo obligar al aislamiento en hoteles por 7 días y con controles médicos en el medio. Algunos se frotan las manos a la espera de los 100 mil muertos, y si son más será mejor para ellos.

No es cierto, como afirmó la funcionaria de Migraciones, que no haya antecedentes de países que hayan tomado este tipo de medidas, y que con ello mantengan a raya el ingreso de cepas más peligrosas. Australia, Nueva Zelanda, Vietnam, Taiwán, China, países pertenecientes a la OCDE, han cerrado fronteras u obligan a aislamientos muy estrictos.

En cualquier caso ese aislamiento de 6 o 7 días será infinitamente más económico que tensionar un sistema ya colapsado o ver imágenes en cementerios, como hemos visto en otras latitudes. Estos países que tomaron a tiempo medidas rígidas están recuperando su economía, su PBI y sus gobiernos sobreviven con vitalidad y fortaleza los desafíos políticos, frente a oposiciones que en el mundo no trepidan en festejar los muertos y ningunear todos los esfuerzos para cuidar la vida. Eso no es exclusivo de nuestro país, pero nadie puede suplir lo que Alberto Fernández debe hacer para cuidar la vida de los argentinos y su gobernabilidad.

Bautismo de fuego

Las FFAA modernas, que fueron derrotadas en Malvinas, tuvieron su bautismo de fuego el 16 de junio del ’55, bombardeando la Casa Rosada y la Plaza de Mayo con el objetivo de matar al Presidente Juan Perón. Allí también podemos decir que nació el antiperonismo que continúa vigente hasta hoy. La proclama leída tras los bombardeos decía “Las fuerzas de la liberación económica, democrática y republicana han terminado con el tirano.... Ciudadanos, obreros y estudiantes: la era de la recuperación de la libertad y de los derechos humanos ha llegado”.

El texto conjugaba una idea de derechos humanos ligada a la libertad económica y legitimaba la violencia política por encima de los derechos y garantías propios de cualquier sistema democrático y con amparo Constitucional.

El antiperonismo emergía así como una fuerza que, en nombre de la lucha contra el autoritarismo, lo estaba produciendo.

La violencia antiperonista se abrió más allá del imaginario de derecha. Liberales, conservadores, comunistas, radicales, socialistas, miembros de las FFAA, hijos de estancieros y profesores se volcaron a un terror que, tras su apariencia irracional, construía una lógica regular: la de la lucha contra el totalitarismo.

Las fuerzas rebeldes estuvieron al mando del contraalmirante Samuel Toranzo Calderón y fue ejecutada por oficiales de la Armada y la Fuerza Aérea. Varios civiles participaron del alzamiento: el conservador Adolfo Vicchi, el radical Miguel Ángel Zavala Ortiz, el líder socialista Américo Ghioldi, el diplomático Luis María de Pablo Pardo – los cuatro huyeron a Uruguay-, y los militantes nacionalistas católicos Mariano Grondona, Santiago De Estrada, Rosendo Fraga y Marcelo Sánchez Sorondo.

Durante décadas la cantidad y nombres de las víctimas fueron una incógnita. Recién en el 2010 el Estado logró identificar a 309 de los muertos. Pero fueron más. En los últimos 15 años los historiadores comenzaron a revertir ese sesgo y a visibilizar más el bombardeo y su significado. La historiografía participó de la minimización de ese hecho, que sigue teniendo poco lugar en la memoria colectiva a pesar de ser el Guernica de estas latitudes. El gran historiador del peronismo, Roberto Baschetti, denunció en estos días que en el archivo gráfico del diario Clarín no se encuentra la tapa del diario del día siguiente de los bombardeos. Parece que para el diario aquel hecho ahora ya no es tan “monstruoso e inhumano”.

Cuanto peor, mejor

Mauricio Macri continúa su gira de campaña y, de paso por Mendoza, dejó otra gafe para la historia. “Nunca creí que esta gripe un poco más grave es algo por lo que uno puede estar sin dormir”. Si existe una definición de estupidez en sentido filosófico y político, es decir, de aquel que cree que la realidad es lo que a él le parece que es y por ello siente la “libertad” de expresarlo, negando un acontecimiento extraordinario que afecta a la humanidad, un acontecimiento productor de muerte, dolor y destrucción de lazos corporales, sociales y afectivos, esa definición debe vincularse a la figura de un ser deshumanizado y banal como lo es Mauricio Macri. Tan grosero fue que tuvo que pedir disculpas.

Fin de la emergencia

El gobernador Gustavo Bordet anunció este miércoles que no prorrogará la ley de emergencia solidaria más allá del 30 de junio, a pesar de que tenía la potestad para hacerlo por otros seis meses. La decisión fue celebrada en los tribunales, pero quedaron alertas porque el gobernador volvió a plantear las inequidades del sistema.

“He decidido no prorrogar la emergencia financiera y administrativa de la provincia, habida cuenta del ordenamiento de las cuentas públicas y que los objetivos se han logrado”, anunció Bordet.

Sin embargo, agregó que “la aplicación de esta ley abre varios interrogantes para el futuro de la provincia, que sin dudas serán fruto de un debate en la Legislatura para poner condiciones de equidad que esta ley ha desnudado”.

Se refiere a la proliferación de sueldos que orbitan por la estratosfera en distintos nichos del Estado provincial, pero que encuentran su mayor expresión en el Poder Judicial, con una pléyade de funcionarios que, amén de privilegios varios, cobran todos los meses sueldos siderales. Es saludable plantearlo en virtud a una sociedad que desea convivir con mayores dosis de igualdad.

En estos días el ex ministro del interior y precandidato a diputado nacional, Rogelio Frigerio, apuntó contra los privilegios de la “política”, pero no hizo referencia al poder Judicial. Habrá que ver si la legislatura provincial asume el trabajo de construir los consensos y la fuerza política necesaria para recortar privilegios insoportables que existen en distintos ámbitos. Cuánto menos privilegios se sostengan, mayor potencia tendrá la política para realizar su tarea.

Con paso firme radicales

El neurocirujano Facundo Manes parece haberse decidido a protagonizar y convertirse en la encarnadura de la vuelta del radicalismo. Su territorio será la provincia de Buenos Aires. El centenario partido apuesta a una figura de alto reconocimiento, y quiere repetir el éxito que tuvo en la ciudad con Martín Lousteau.

Los radicales están dispuestos a dar batalla y dejar de ser furgón de cola, y van por la conquista del AMBA. Así como el peronismo tuvo su “Hay 2019”, una tarde en San Luis, los boinas blancas ya sueñan con un “Hay 2023”.

Un nuevo problema para el PRO que ya venía debatiendo el liderazgo entre Macri y Rodríguez Larreta. En provincia, todo estaba listo para que la disputa sea entre Jorge Macri y Diego Santilli, pero la irrupción de Manes conmueve de lleno a la fuerza amarilla.

El neurocirujano expuso su visión y entusiasmo en nuestra provincia, en un encuentro del espacio Construir. El grupo de intendentes esta semana continúo su camino y hasta la fecha dice que dará batalla.

Se sabe que el radicalismo aporta el territorio, y Galimberti y Schneider lo recorren sin cesar. Esta semana visitaron seccionales de Paraná Ciudad. Hoy su principal déficit son las ciudades grandes, pero confían en sus intendencias y un gran triunfo en Paraná Campaña.

El intendente de Chajarí ponderó la “actitud aperturista” de Frigerio, pero dijo que sus caminos hoy se encuentran bifurcados. Y apuntó contra “la versión del peronismo que encabeza hoy Gustavo Bordet, que deja pasar el tiempo, mientras hay temas que si no los tratamos, nunca van a cambiar”.

Lo que se juega también en la interna de Cambiemos es quién armará la próxima lista de diputados provinciales. Si la lapicera la seguirá teniendo Frigerio para designar a sus amigos y socios (políticos y comerciales) como Martín Anguiano, y figuras sin peso territorial o reconocimiento como Ayelén Acosta, o directamente legisladores que no habitan el suelo entrerriano, como lo fue la ex diputada nacional Yanina Gayol.

Hasta ahora a la corriente Illia no le fue mal en el reparto de bancas con su socio Frigerio. Eso sí, cedieron la candidatura en 2015, justo cuando la coalición estaba en su mejor momento. Hoy los intendentes sin reelección quieren hacer valer sus gestiones y sus votos. Saben que un triunfo de Frigerio será seguir yendo a la cola y viéndola de afuera y deberán enfrentar una tercera elección sin red.

“Para algunos resulta demasiado fácil, y a la vez muy redituable, hacer política”, dicen en Construir. “Nosotros tuvimos que ser reelectos pese a la gestión Macri y al huracán Bordet que arrasó con el 57%”.

Un ruego por la Unidad.

Un conjunto de dirigentes alineados con el ex ministro del Interior, entre los que se cuenta el diputado Zacarías, pidió “el mayor esfuerzo y la solidaridad de los partidos políticos” de Juntos por el Cambio, para “lograr la unidad” de cara a las próximas elecciones internas. Mientras tanto, el ex ministro enrostró su posición desde su fortaleza, los estudios de televisión.

¿Cómo votarán los indecisos? Es la gran incógnita. De cómo definan este segmento su voto dependerá el resultado final de la elección. Todos los sondeos muestran que, una vez más, queda invalidada la tesis de la tercera vía y la concentración de votos de ambas coaliciones mayoritarias recibiría el 90% de los votos.

Reactivación Económica. La dosis que falta

Si se quiere ganar las "estratégicas" elecciones legislativas de noviembre, debe oxigenarse a sectores medios y medios bajos. Eso se logra equilibrando los salarios con la inflación, que rondaría el 50 por ciento anual, si es que se quiere lograr un buen resultado en las elecciones legislativas de noviembre.

Esta semana se conoció que se pagará un aguinaldo para los trabajadores de la economía popular. En la semana, un plan que intentará contener el precio de la carne.

Por lo pronto, el gobierno pude mostrar la primera producción de vacunas Sputnik en Argentina, y en la provincia, la aplicación de 500 mil dosis de vacunas.

Quedan 90 días para que los bolsillos también le puedan dar alguna alegría a los ciudadanos que vienen muy golpeados y todavía esperan.

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