Lo que nos enseña Jujuy, por Gabriela Lena
El contundente triunfo de Juntos por el Cambio en las elecciones legislativas de Jujuy muestra que otra forma de hacer política, administrar el Estado y proponer un cambio con respeto a las libertades y a las leyes de la República es posible.
La provincia del norte conoció la prepotencia y la
arbitrariedad como forma de gobierno durante muchos años. Las prebendas, la
extorsión y la violencia contra los más necesitados, el abuso del poder para
someter a quienes carecen de lo mínimo imperó durante años de gobierno
kirchnerista. Se quiso presentar como un gobierno popular lo que en realidad
era el uso de los bienes y recursos del Estado a favor de sus propios
intereses.
Quienes se presentaban como los auténticos y únicos
representantes del pueblo y que atacaban a cualquier otra expresión política
fueron rechazados en forma contundente por los jujeños en las votaciones del
domingo.
Más allá de los logros del gobernador Gerardo Morales en su
gestión que son reales y visibles con medidas progresistas como el parque Solar
Cauchari o la producción de aceite de cannabis para uso medicinal, Jujuy
expresó con más del 43% de los votos que elige el camino de las instituciones,
del diálogo político, de los acuerdos de ideas y propuestas. Los jujeños se
pronunciaron sin dudar por dejar atrás las prácticas políticas que someten a
los pueblos y los condenan al atraso y al clientelismo político.
En buena hora nos llega este ejemplo de madurez cívica,
cuando cunde la desesperanza en medio de una pandemia y la ineficacia en la
gestión. Otro tiempo es posible si nos enfocamos en los problemas reales y en
construir acuerdos entre quienes creemos que se afianzará el futuro de la
Patria sobre las bases de la justicia, el progreso, el trabajo y la educación.
Para nosotros y para nuestros hijos.
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