Las que están aprobadas y las que están muy cerca, por Cesar Etchart
Está claramente demostrado que en la inmensa mayoría el Covid en niños, niñas y adolescentes presenta formas asintomáticas o leves, exceptuando casos de pacientes de riesgo. Sin embargo, este grupo etáreo transmite el virus igual que los adultos, por lo que existen dos razones contundentes para incluirl@s en los programas de vacunación. El objetivo es proteger a pacientes pediátricos que son población de riesgo como inmunosuprimidos, diabéticos insulino dependientes, oncológicos y portadores de cardiopatías congénitas, y disminuir el contagio poblacional en la búsqueda de la cobertura con inmunidad colectiva o efecto rebaño que se consigue cuando una población se vuelve inmune, ya sea como resultado de la vacunación o de haber presentado la infección con anterioridad.
El porcentaje de personas que deben ser inmunes para
conseguir el “efecto rebaño” varía según el agente causante de la
infección.
En las enfermedades virales que se transmiten por vía aérea
como gripe, sarampión, rubeola, las metas perseguidas son lograr porcentajes
elevados de cobertura para lograr la inmunidad colectiva. Por ejemplo contra el
sarampión es necesario vacunar aproximadamente al 95 % de una población. En el
caso de las infecciones virales transmitidas por vía digestiva, como hepatitis
A o poliomielitis, el porcentaje a cubrir es menor, alrededor del 80 %.
Para lograr inmunidad colectiva contra la COVID-19 de manera
segura, una proporción considerable de la comunidad tendría que vacunarse, lo
que reduciría la cantidad total de virus que podría propagarse entre toda la
población. Los primeros informes estiman necesario un 70 a 75 % de cobertura de
la población, incluyendo adolescentes. Repito, estiman, o sea que es probable
que esta cifra no sea la definitiva
Determinar esa proporción es un tema de investigación
fundamental. y hasta es posible que se llegue a diferentes conclusiones en
función de la población objeto de estudio, la vacuna empleada, los grupos
demográficos a los que la vacuna se les haya administrado con carácter prioritario
y otros factores.
Las vacunas en menores de 18 años
Lo primero que debe probarse en niños, niñas y adolescentes
es que las vacunas sean seguras para la edad pediátrica, independientemente de
que ya se estén aplicando en adultos.
El segundo aspecto a considerar es la dosis a utilizar para
que sea efectiva.
Al menos siete vacunas contra el coronavirus (Sinovac,
Pfizer, Moderna, Soberana, Sinopharm , Sputnik V y AstraZeneca) que ya se
aplican en adultos están siendo probadas o utilizadas en niñas, niños y
adolescentes.
Cualquiera de las marcas mencionadas, además de la
aprobación en sus países de origen, obviamente deberán tener la autorización de
la A.N.M.A.T. para ser aplicadas en nuestro país.
Pfizer-BioNTech
En octubre pasado Pfizer-BioNTech comenzó a probar la vacuna
en niñ@s a partir de los 12 años en un estudio en el Hospital de Niños de
Cincinnati de EE.UU., a quienes dividió dos grupos: de 12 a 15 y de 15 a 17,
sin encontrar efectos indeseables ni complicaciones.
Israel anunció el 11 de marzo que vacunaron también con la
vacuna de Pfizer-BioNTech a niñas, niños y adolescentes entre 12 y 17 años que
presentaban factores de riesgo como obesidad, diabetes, trastornos de
inmunosupresión, cáncer y enfermedades pulmonares y cardíacas graves. En un
país de aproximadamente diez millones de habitantes, se utilizó esta vacuna en
500 pacientes de riesgo en ese rango de edad, sin encontrar ningún efecto
secundario importante.
Un elemento importante a considerar con esta marca es que ha
anunciado públicamente que hasta fines del 2021 o principios de 2022 no estará
en condiciones de entregar vacunas a nuevos contratos ya que no ha podido
cumplimentar los acuerdos firmados el año pasado.
Sinovac
A principios de julio, la farmacéutica Sinovac anunció que
fue aprobada la utilización de su vacuna contra el coronavirus en niñas, niños
y adolescentes entre 3 y 17 años, la que resultó "segura" y "eficaz",
según datos preliminares de ensayos clínicos de fase 2-3 en los que los
pacientes recibieron dos medias dosis de la vacuna.
La compañía manifestó en una conferencia de prensa realizada
en Beijing, que la vacuna es segura y
sólo dos niños tuvieron fiebre alta durante los ensayos mientras que el resto
presentó síntomas leves o moderados.
La farmacéutica finalizó sus pruebas clínicas en niños y
adolescentes, cuyos resultados publicará la revista británica The Lancet.
Sinopharm
Esta vacuna está en la fase 3 de los estudios clínicos en
pacientes pediátricos mayores de seis años.La farmaceútica china que la produce
ha informado resultados muy positivos en eficacia (cercana al 90%) y seguridad,
pero aún no se aprobó para su uso masivo aunque se espera la autorización para
antes de fin de año.
Oxford-AstraZeneca
El 15 de febrero, la Universidad de Oxford, junto con tres
sitios asociados en Londres, Southampton y Bristol, lanzó un estudio para
evaluar la seguridad y las respuestas inmunes en niñas, niños y adolescentes
sanos de 6 a 17 años de su vacuna contra el coronavirus desarrollada junto a
AstraZeneca, divididos en dos cohortes: entre 6 y 11 años y entre 12 y 17 años.
Los resultados preliminares son muy alentadores.
Moderna
Por su parte, la compañía estadounidense Moderna comenzó el
16 de marzo con la fase 2-3 de un estudio que probará su vacuna contra el
coronavirus en niñas y niños de 6 meses hasta 12 años, que incluye
participantes de Estados Unidos y Canadá.
Es inminente que el órgano regulatorio norteamericano, la
FDA, autorice la vacuna Moderna para adolescentes mayores de 12 años en breve
lapso, antes de que finalice julio.
Recientemente nuestro país firmó un contrato con esta
empresa para la provisión de su vacuna en 2.022, que incluiría las pediátricas
si es aprobada esa formulación.
Soberana
Cuba anunció que inició un ensayo clínico en población
infantil con dos de sus candidatas a vacunas contra el covid-19, concebidas y
desarrolladas en la isla, a pesar del inhumano bloqueo que padece.
El estudio se realiza en las edades comprendidas entre 3 y
18 años, divididos en dos grupos, comenzando por los adolescentes de 12 a 18
años, seguido del grupo de niños de 3 a 11 años.
Los inmunizantes se aplicarán, igual que se hizo en los
ensayos con adultos, en tres dosis cada 28 días, las dos primeras de Soberana 2
y una de Soberana Plus.
El ensayo tiene "como objetivos evaluar la seguridad,
la reactogenicidad y la inmunogenicidad" en los menores de los candidatos
vacunales Soberana 2 y Soberana Plus.
Sputnik V
Rusia comenzará a vacunar contra el coronavirus a niñ@s y
adolescentes entre 12 y 17 años en septiembre de este año con la Sputnik V,
según anunció el director del instituto estatal Gamaleya que desarrolló el
fármaco, que también es usado y está siendo producido en Argentina.
Manifestó a la agencia de noticias rusa Ria Novosti que la
vacunación empezará cuando terminen las pruebas que ya se realizan sobre
voluntarios de entre 12 y 17 años.
El ensayo empezó el 5 de julio en el hospital infantil ZA
Bashlyaeva y el hospital infantil Morozov de Moscú. Los voluntarios se
sometieron a pruebas de PCR para confirmar que no estuvieran cursando la
enfermedad y luego se les aplicó una dosis menor a la Sputnik V que se utiliza
para adultos.
De l@s participantes del estudio, que recibieron el primer
componente de la fórmula, sólo dos "levantaron una fiebre de más de 37
grados", se informó.
La estimación es que la vacunación contra el coronavirus de
los adolescentes comenzará antes del 21 de septiembre, fecha en que inicia el
otoño en el hemisferio norte.
Resultados
Hasta el momento, la mayoría de los resultados presentados
por las vacunas en adultos vinculados a la eficacia, se relacionan a la
protección para no desarrollar síntomas, cuadros graves de la enfermedad o morir.
En las utilizadas en nuestro país la eficacia oscila entre
el 75 y 80 por cientos con una dosis, y del 85 al 92% con las dos dosis.
Desde hace algunos meses fueron surgiendo algunos datos
sobre la capacidad de las vacunas de "prevenir" el contagio como, por
ejemplo, lo que anunciaron en febrero investigadores la Universidad de Oxford
en base a un estudio preliminar, aún no publicado, que afirmaron que "la
presencia del virus se reducía en un 67% entre los vacunados".
En el caso de niñas, niños y adolescentes, más allá de la
protección individual en los excepcionales casos de pacientes pediátricos de
riesgo, lo central de la vacuna sería evitar el contagio para cortar la
circulación viral y así limitar la trasmisión comunitaria, pero aún resta demostrarse
con certeza que las vacunas son efectivas para evitar el contagio.
Esto implica que un elevado nivel de población acepte ser
inmunizado, ya que la vacunación no es sólo un acto de protección individual,
también es una cuestión de solidaridad y empatía que contribuye a la protección
colectiva, para alcanzar el tan deseado efecto rebaño.
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