Evangélicos en la política, “mirada de un pastor de Concordia” 2ª parte.
Indudablemente nos enfrentamos a nuevos paradigmas en todo el mundo, y los evangélicos no escapamos a esa realidad, si bien aquello en lo que creemos no es alcanzado ni lo será porque son verdades fundamentales de nuestra fe cristiana, basadas en valores como la verdad, el trabajo, la fe, el respeto, la solidaridad, la dignidad, el valor a la vida en todas sus etapas, la superación constante de la persona, su bienestar y otros muchos.
ACLARANDO LA VISION
A medida que vamos transitando la vida, ella nos presenta
encrucijadas, situaciones particulares en las que somos confrontados y animados
a involucrarnos en nuevos ámbitos. Con los años hemos ido superando ciertos
prejuicios que nos suponían la idea de creer que como cristianos no debíamos
participar o involucrarnos en determinados temas o actividades de la vida
“secular” , las nuevas generaciones fuimos teniendo una mirada desde una
perspectiva autocrítica, siempre desde el contexto bíblico, lo que explica
actualmente el hecho de una mayor visibilizacion nuestra en la sociedad, como así
también un mayor compromiso en temas sociales. Esta manera de ver nos ha
mantenido alejados de ámbitos donde se define y construye la sociedad en su
conjunto, esto permitió que esos espacios fueran ocupados por personas que
aprovecharon inteligentemente la oportunidad de introducir sus ideologías y particularmente
de sus intereses personales por sobre el de los demás.
EVANGÉLICOS EN LA POLÍTICA
Puntualmente me preguntan sobre este fenómeno en aumento, digo
que es considerado como un fenómeno simplemente
porque nunca habíamos participado en estos espacios. Uno de los
detonantes de esto fue indudablemente el tratamiento de la ley de aborto en
nuestro país en primer instancia por parte del gobierno del ex presidente
Mauricio Macri , luego definitivamente aprobada por el gobierno del presidente
Alberto Fernández quien personalmente se puso al frente junto a sus legisladores,
gobernadores he intendentes en pos de ese objetivo. Sumado a esto las políticas
de Estado en una franca oposición a nuestros valores y Derechos acompañadas
desde la legislatura lo que ha permitido que desde la “legalidad” se acompañe a
un proceso que busca deconstruirnos para volver a “construirnos” violentando el
derecho del otro, solo que no siempre lo legal es moral.
Nuestra comunidad
junto a otras millones de personas más allá de su fe, padecimos de un inusual
atropello fuimos maltratados, violentados, agredidos, ignorados, incluso hemos
padecido la burla por defender nuestros valores .Nuestros reclamos fueron
ignorados. Lamentablemente entendimos que no nos sentimos plenamente representados
por quienes ejercen el poder político en todo su arco, muchos entonces
entendimos el mensaje y creímos que era hora de hacer algo al respecto.
He escuchado comentarios en los que nos pretenden intimidar
diciendo que hacen estos evangélicos en la política?, es simple, además de ser
gente que practicamos una fe somos esposos
padres, hijos, nietos, empleados, emprendedores, contribuyentes,
consumidores etc. , es decir integrantes de la sociedad , simplemente porque
somos ciudadanos argentinos , porqué no entonces? Además las personas no preguntan ni se sorprenden de
la participación en política de personas que participan siendo abogado, medico,
ingeniero, contador, periodista, docente, comerciante etc. Por una cuestión obvia.
Otra consideración que surge es la de reconocer a la
política como una herramienta extraordinaria de transformación de una nación en
beneficio de su gente y gestionando responsablemente los recursos de tal manera
que todos tengan una vida digna y que esto no sea solo para una casta política
y de su círculo de “beneficiados”. La justicia social no solo que debe incluir
a todos sin excepción sino que debería ser un hecho no una demagogia.
Además y definitivamente
nuestra comunidad como cualquier otra pretende y merece ser tratada con dignidad y respeto, máxime en un tiempo
en el que la demanda de la inclusión está a flor de piel, a menos que esa
inclusión pretenda dejar a fuera a quienes piensen distinto. Nadie merece ser
considerado o tratado como un ciudadano inferior a quienes ostenten el poder en
alguna de sus formas en nuestro país.
Argentina adolece de representantes con valores como la
dignidad, la honradez y la verdad, pero también digo que debemos reconocer que
muchos de quienes dan su apoyo a los políticos hacen muy mal en adornarlos con
la obsecuencia. Los valores mencionados también deberían ser practicados por
los votantes a la hora de ejercer su derecho.
Cada vez mas evangélicos estamos entendiendo el valor del
acto de expresarnos en las urnas, es el momento en el que la democracia nos
permite sentirnos soberanos para decidir , porque luego quienes resulten
ganadores suelen apropiarse de tal posición “percibiéndose” superiores a la
ciudadanía en todos los sentidos.
CELEBREMOS LA PARTICIPACIÓN
Creo que La iglesia y el Estado deben estar separados, pero
indudablemente que el Estado necesita nutrirse de valores esenciales que
dignifiquen al ser humano pero es evidente que está ocurriendo lo contrario
lamentablemente , desde ahí que en el seno de nuestra iglesia (aunque también
en otras comunidades de fe) hemos descubierto a personas que Dios ha llamado y
que entienden deben comprometerse, capacitarse y participar en política en el
partido que mas los identifique y les otorgue espacios, además hay nuevos
espacios que están formándose llamados puros, ya que solo se permite la
participación de quienes mas allá de su fe comulguen con mismos valores y principios.
Cuando este tema
surge en nuestro ámbito dejo en claro mi postura, cualquier integrante de
nuestra comunidad que decida entrar a este
campo lo hará de forma particular y personal, nunca en representación de
la Iglesia evangélica como institución. Aprovecho para negar cualquier intento
de suponer o pretender arrogarse tal representatividad. La iglesia es una
institución establecida por Dios para fines que son superiores a temas como los
tratados en esta oportunidad.
EL GRAN DESAFÍO
En este sentido se nos advierte que debemos estar
persuadidos que el mundo de la política es considerado un ambiente perverso, de
mentira y corrupción, que quienes lo transiten deberán saber soportar para no
caer en la red y terminar siendo uno más de esos políticos que hoy no
aceptamos.
Es obvio que esta incursión significa cierta preocupación en
muchos de los actuales políticos pero tal vez a modo de calmarlos digo que no
se dará el hecho de que todo el arco evangélico se encolumne en uno u otro espacio,
sea tradicional o los insipientes aunque sus integrantes sean 100% cristianos,
por muchas razones, entre otras el hecho de que a nuestras congregaciones
asisten personas que se identifican con distintas ideologías políticas lo que
no es un problema a la hora de la convivencia cristiana. Además comparto con
muchos de mis colegas en la idea de que no es ni debería ser una meta a alcanzar ni a corto o largo plazo.
No vivimos una crisis de moral sino algo peor y es el
intento de llevar a la sociedad a la ausencia de toda moral, se pretende
suprimir el concepto de lo bueno o lo malo. Basta echar un vistazo a las problemáticas
actuales para entender que es lo que nos espera si ese objetivo logra
instalarse entre nosotros, un caos total. La biblia nos advirtió diciendo que
vienen tiempos en los que a lo bueno se le llamaría malo y a lo malo bueno.
Cuando esto es impulsado desde los espacios de poder político no podemos
esperar menos que una crisis cada vez más profunda donde la justicia será más injusta,
las oportunidades serán solo para unos pocos, donde el Derecho importara más
que las obligaciones de cada uno, la dignidad de la persona una utopía, el
sentido común se torne escaso y donde el egoísmo será mucho más fuerte que el
amor al prójimo etc. Además debo decir que es imposible pretender que nos vaya
bien , y contar con la bendición divina mientras “legalmente” se asesinan miles
de inocentes en el vientre materno y se pretenda adoctrinar a nuestros hijos
con el fin de afectar su auto percepción sexual por sobre la biología. El que
siembra viento cosecha tempestades.
Esa ausencia de moral queda en evidencia por ejemplo en que
es imposible no ver cómo han perdido la dignidad a sus propias investiduras
quienes actúan y se expresan sin cuidado alguno dirigiéndose a la sociedad con
una total falta de respeto y actuando como si fueran superiores a todos,
incluso a la ley, una casta acomodada desentendidas de las reales problemáticas
de las personas, preocupados en sus intereses, sean personales o partidarios,
mientras la situación social y económica de las personas sufre de una denigrante
decadencia estructural e integral, que duele mas allá de los números reflejados
en los índices del INDEC entre otros indicadores.
Cuando me preguntan si la incursión de evangélicos en el
mundo político garantiza cambios en la forma de hacer política digo que mas
allá de las palabras el tiempo lo dirá, pero pregunto los actuales pueden
garantizarlo? Desde el retorno a la democracia nuestra nación siempre han sido
los mismos actores y con cada acto electoral intercambian sus cargos, pero
basta ver nuestra actual condición social, económica y moral para responder mi
pregunta. Recuerdo una frase de Einstein:
“Locura es hacer lo mismo una y otra vez
esperando obtener resultados diferentes”. Agrego un concepto bíblico
interesante “un poco de levadora leuda toda la masa “aplica en el sentido de lo
bueno como de lo malo. Más allá de un fenómeno creo que esta decisión debe
tomarse como un desafío en el que vale más el compromiso y participación que
solo criticar o lamentarnos.
Que se vayan todos o que vengan nuevos ciudadanos no contaminados con
vicios de la manera actual de hacer política?, ese será un interesante planteo
que todos debemos hacernos.
Para terminar afirmo lo que dijo nuestro Señor Jesús, separados
de Él será imposible la vida, mal que nos pese está claro que cada vez que
intentamos deshacernos de Él y sus postulados padecemos las consecuencias. No
me refiero a aceptar una determinada religión sino a considerar dejarnos ayudar
con los valores y principios de vida que se desprenden de Su naturaleza, para
que nos vaya bien a todos, pero como debe ser, la decisión es nuestra. Dios bendiga nuestra nación.
PR. Daniel Ozuna
Pastor Principal del Ministerio Camino Nuevo Concordia.
Socio fundador APER Asociación de pastores de Entre Ríos.
Socio fundador de APUC Asociación de pastores unidos de
Concordia.
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