Gisela Losco, la joven de Federación que perdió un bebé y superó el cáncer de mama, el testimonio de una guerrera

Gisela Losco superó y vivenció el cáncer de mama. Es mamá de Beltrán de seis años, tiene 37 años y atiende un comercio en el centro de la ciudad de Federación.

Todo el proceso de afrontar la enfermedad comenzó en el 2018. De esos días le queda el saber que si se detecta a tiempo se cura el cáncer. En su caso ella se encontró un nódulo en la axila por eso realizó consultas con diversos especialistas médicos.

Así que el ginecólogo le pidió que se presente con unos estudios que le habia mandado a hacer. Para extraer ese cuerpo extraño que estaba en la cola de la mama. El especialista se lo extrajo, lo mandaron a analizar y dió positivo de cáncer de mama.

" Me dijeron la palabra cáncer y lo primero que me imaginé fue la palabra muerte en ese momento. Como la cabeza maneja todo me mandaron a ver psicólogos y yo me dije NO, esto lo voy a superar sola. Entonces comenzó el proceso de cuatro quimios fuertes por las que perdí el cabello. Después fueron doce quimios más que eran suaves, todos los jueves de cada semana", afirma.

Luego empezó toda la aventura de viajes y tratamientos que afrontó personalmente, teniendo un hijo de tres años y con el apoyo familiar.

El proceso lo vivió de como algo muy fuerte ya que perdió un bebé. Por eso al vivir dos momentos traumáticos y dramáticos en su vida se transformó en otra persona. En una guerrera.

"El tocar la campana en Concepción fue lo más fuerte porque es ese ¡listo estás curada!", asegura.

Actualmente quiere aportar en la vida de otras mujeres ayudándolas a enfrentar todo lo que signifique la enfermedad.

En cuanto a la relación con su hijo cuenta: "Por ahí yo me encerraba en llantos cuando tenía mis momentos de bajón. Y él estaba acá cada vez que yo tenía que ir a mis sesiones. Para Beltrán me iba a una guerra y cuando volvía me preguntaba, ¿ganaste la guerra? Sí, le decía y era contarle la historia.

Gisela en lo más próximo tiene una historia y palabras de esperanza para las otras personas. Ganas de ayudar y de contar su evolución porque cree con fuerza que el cáncer de mama detectado a tiempo tiene cura.

Fuente: Aldo Moretti