Miradas de reojo en Juntos por Entre Ríos
Ante los medios se prometieron apertura y compromiso militante. Pero en los pasillos se miraban con desconfianza. Circulaba un rumor: ante una muy probable victoria electoral y con su banca asegurada, Galimberti no se esforzaría por juntar votos para noviembre, ya que una mejor elección sólo posicionaría a Frigerio, su competidor para 2023.
El que gana conduce y el que pierde acompaña. El apotegma
peronista que se predica para las internas suele no funcionar en el peronismo.
Y parece que no estaría encontrando mucho eco en la interna de Juntos por Entre
Ríos, donde hay varios peronistas, pero son mayoría los radicales.
En la conferencia de prensa que dieron el pasado viernes en
Paraná Rogelio Frigerio y Pedro Galimberti, abundaron las declaraciones de
buena voluntad y corrección política. El derrotado en la interna prometió
acompañar. “Más allá de los matices que tiene nuestro espacio, estamos
absolutamente comprometidos con el trabajo que viene”, dijo Galimberti. Y
Frigerio, junto con Atilio Benedetti, hicieron su mea culpa por los “errores”
del pasado, cuando no se “permitió” ni internas, ni inconvenientes pegados de
boletas.
Pero en el bar contiguo al salón de conferencias del Hotel
Mayorazgo se decía otra cosa. En el entorno de Frigerio reinaba la desconfianza
sobre el grado de acompañamiento del sector de Galimberti.
“Suponen que la elección ya está ganada y en consecuencia
Galimberti será diputado. Entonces no van a trabajar mucho para no agrandar
mucho a Frigerio”, comentó un dirigente radical, un poco entre dientes,
mientras se limpiaba casi obsesivamente la comisura de los labios para retirar
los restos de la medialuna que acababa de devorar.
Descuentan que el 14 de noviembre volverán a ganar. Aunque
lo hagan por un voto de diferencia, llevarán tres diputados al Congreso:
Frigerio, Marcela Antola y Galimberti.
La expectativa de base es repetir la elección de septiembre,
cuando le sacaron 22 puntos de diferencia (172.880 votos) al Frente de Todos.
El objetivo es crecer un poco más. No faltan, incluso, los optimistas extremos
que sueñan con que la ola amarilla se eleve todavía más y les permita llevar
cuatro diputados.
En apariencia, la banca para Galimberti estaría asegurada.
Más esfuerzo militante de parte de su sector serviría para ampliar la
diferencia que obtuvo JxER sobre el peronismo en septiembre. Trabajarían para
que, con un triunfo aún más amplio que el de septiembre, Frigerio quede mejor
posicionado para 2023. La militancia de Galimberti estaría trabajando para su
competidor interno por la gobernación.
Muchos títulos del lunes posterior a las PASO hicieron
hincapié en el aplastante triunfo de Frigerio sobre el peronismo en Entre Ríos,
a pesar de que los 402.020 votos resultaban de la suma de las tres listas de la
interna de JxER. De ese total, 127.908 fueron de la lista de Galimberti y
13.846 de la de Carlos González. Frigerio fue votado por 260.266 entrerrianos.
Y el candidato único del Frente de Todos, Enrique Cresto, por 229.140.
Si se tituló así en septiembre, cuánto más se lo haría en
noviembre si se repitiese o ampliase la diferencia. El ganador no sería JxER,
sino Frigerio. En la obligada síntesis de los títulos periodísticos, los
triunfos y la derrotas se personifican.
El desarrollo de la campaña para el 14 de noviembre, que
recién se inicia, permitirá ver qué tanto cuerpo tiene aquel rumor que circuló
el viernes en el Hotel Mayorazgo de Paraná.
Por lo pronto, Frigerio y Benedetti, que en las PASO optaron
por no contestar ninguna de las duras críticas que recibieron en la interna
(sobre todo por redes sociales) ofrecieron muestras de apertura a la
participación de todos los sectores internos del frente, que tiene pendiente su
institucionalización para limitar los personalismos y adoptar un mecanismo
formal de resolución de conflictos.
Página Política
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