Turismo postpandemia
A partir de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del Covid, y de la crisis económica resultante, el mundo enfrenta hoy un nuevo escenario, con nuevos modelos, con diferentes matrices y ecuaciones. Se trata de cambios, algunos profundos, en los modelos de producción, de comercio, y de servicios, pero, también, en los modelos de gobierno. La Argentina, en general, y Entre Ríos en particular, no están ajenos a todo esto, sino que el impacto de las crisis obliga a transformaciones más complejas.
En el caso de la Argentina, para mantener los niveles de
calidad y las estructuras operativas, el nuevo escenario impone matrices y
ecuaciones propias de un modelo de mayor eficiencia y mayor productividad de
parte del sector privado, lo cual
significa una exigencia de más inteligencia y de mucho más esfuerzo. Para que
esto pueda ser cumplido, es necesario un estado mucho más presente y activo,
acompañando la actividad privada con políticas públicas que propicien su
desarrollo de forma sustentable y según las exigencias de los nuevos modelos.
En la provincia de Entre Ríos, esto no es diferente. Las
distintas cadenas de valor entrerrianas son conscientes de esta nueva realidad
y están preparadas para enfrentar los desafíos del nuevo escenario, pero todas,
para prosperar, exigen más que nunca un estado a la altura de los desafíos,
nutriendo de contexto legal y técnico cada modelo, y alentando la eficiencia de
las matrices y el esfuerzo de las estructuras, facilitando así el desarrollo de
las diferentes actividades.
La provincia necesita un estado dedicado a transformar lo
común según la nueva realidad, de modo que el sector privado pueda adaptarse al
cambio y recuperar el ritmo de desarrollo, y, así, llevar a Entre Ríos al lugar
que merece.
En este contexto nacional y provincial, el turismo, por su
volumen y transversalidad, es un gran protagonista, a la par del resto del
espectro pyme, mientras que el destino Entre Ríos, junto a su amplio abanico de
propuestas, se encuentra preparado para enfrentar el reto de los nuevos
modelos, para lo cual ya ha demostrado contar con el conocimiento y el temple
necesario para enfrentar el futuro.
El turismo entrerriano solo necesita una clase política que
sea consciente de toda esta realidad y que esté comprometida con el futuro que
se enfrenta. Demanda políticos que, más allá de su pertenencia partidaria,
concentren todas sus energías en esa transformación de lo común que los
sectores privados precisan para restaurar los caminos del progreso y del desarrollo
general.
En lo puntual, desde la actividad, a través de la Cámara
Entrerriana de Turismo, se ha bregado siempre por un sector privado asociado al
estado, trabajando codo a codo en el marco legislativo, en políticas públicas
que propendan el desarrollo de la actividad, y en la promoción de destino más
allá de las fronteras provinciales.
Pero, lamentablemente, los esfuerzos no arrojaron los
resultados esperados, y, así, se frustraron proyectos que hoy son
indispensables, sino vitales para la actividad turística. Un plan estratégico,
un ente mixto que reúna a todos detrás del mismo, y una ley que considere a la
actividad turística en igualdad de condiciones con la industrial, son solo
algunos de los proyectos hoy fundamentales para el sector.
Si el estado, en sus funcionarios, y la política, en sus
dirigentes, no comprenden toda esta nueva realidad, y no se ponen a la altura
de su misión ordenadora y su liderazgo transformador, difícilmente, en este
nuevo escenario, algún sector pueda hacerlo solo. En estos tiempos que se
avecinan, la política deberá ser el espacio común que nos reúna a todos detrás
de la construcción de un mejor futuro.
Camara Entrerriana de Turismo
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