El Presidente adelantó que en diciembre enviará al Congreso su plan para acordar con el FMI
El proyecto contemplará el programa económico que ejecutará en los próximos dos años. Confirmó la convocatoria al diálogo a la oposición
Luego de que se conociera el resultado de las elecciones
legislativas 2021, el presidente Alberto Fernández difundió un mensaje grabado
en donde confirmó que en los próximos días convocará a la oposición para
consensuar una agenda de trabajo.
Adelantó además que en la primera semana de diciembre
enviará al Congreso un proyecto de ley que contemplará un programa económico y
las conclusiones de la negociación con el Fondo Monetario Internacional.
Lo explicó así: “Quiero anunciar que, en la primera semana
de diciembre de este año, enviaremos al Congreso de la Nación un proyecto de
ley que explicite el “Programa económico plurianual para el desarrollo
sustentable”. Ese programa contemplará los mejores entendimientos que nuestro
gobierno haya alcanzado con el staff del FMI en las negociaciones que lidera
nuestro ministro de economía, Martín Guzmán, sin renunciar a los principios de
crecimiento económico e inclusión social a los que me he referido previamente“.
“Ésta es una decisión política que cuenta con el pleno aval
del Frente de Todos. Ha sido el fruto del trabajo conjunto con la
Vicepresidenta de la Nación, el Presidente de la Cámara de Diputados de la
Nación y mi gabinete de ministros y ministras”, agregó.
La puesta en escena fue muy distinta a la de las elecciones
Primarias. Alberto Fernández habló en su carácter de Presidente, con traje y
corbata, en un mensaje con una impronta institucional. Estaba solo, en Olivos. Luego
de que se transmitieran sus palabras a todo el país, el jefe de Estado llegó al
búnker del Frente de Todos en Chacarita para saludar a los candidatos y a la
militancia. Cristina Kirchner ya había anunciado temprano que no iría a la sede
porque sus médicos le recomendaron reposo.
El Gobierno perdió las elecciones legislativas de medio
término en 15 provincias y es derrotado en seis de las ocho distritos en los
que competía por tres bancas del Senado en cada una, aunque recortaba de manera
clara la diferencia que había registrado entre el Frente de Todos y Juntos por
el Cambio en la provincia de Buenos Aires en las primarias de septiembre
pasado, principal bastión electoral de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Según los datos oficiales, la Cámara alta quedaría con 35
legisladores, a dos del quórum propio. Los candidatos del gobierno nacional
sólo habían ganado en Catamarca y Tucumán, mientras que las boletas de Juntos
por el Cambio ganaron en Chubut, Corrientes, Córdoba, Mendoza, Santa Fe y La
Pampa.
Con ese resultado, la vicepresidenta Cristina Kirchner
estará al frente del Senado en una situación inédita desde el regreso de la
democracia, en 1983: el peronismo no tendrá mayoría propia y estará obligado a
establecer puentes de negociación con partidos provinciales, como los de Río
Negro o Neuquén.
Hoy las urnas se han expresado. Una vez más escucho a los
hombres y mujeres de mi Patria.
Quiero felicitar muy especialmente al Pueblo Argentino por
su participación pacífica y esperanzada en el marco de la democracia. Cada vez
que el pueblo habla, la democracia nos hace más fuertes.
Esta noche he creído conveniente compartir con ustedes
algunas reflexiones y decisiones que vamos a tomar en los próximos días.
Con esta elección termina una etapa muy dura de nuestro país
que estuvo marcada por dos crisis. Una, la crisis económica, heredada del
Gobierno anterior y de la que aún quedan enormes desafíos por resolver. Otra,
la crisis sanitaria, provocada por una cruel pandemia que, poco a poco, vamos
superando.
Hoy empieza la segunda parte de nuestro gobierno y sé bien
que los argentinos y argentinas necesitamos un horizonte. Tenemos derecho a la
esperanza. Tenemos derecho a la esperanza. Hablé y escuché a centenares de
personas. Todos y todas necesitan más certidumbres. Saber que cada día, cada
mes, estaremos un poco mejor. Saber que después de tanto dolor, también en
homenaje a quienes nos han dejado, podremos ir reorganizando nuestras vidas.
Estoy seguro de que lo vamos a conseguir.
Argentina, aún en el marco de estas dificultades, viene
avanzando y lo seguirá haciendo. Nos estamos poniendo de pie. Estoy convencido
de que, desde el respeto profundo a la expresión del pueblo en las urnas, se
abre una nueva etapa para nuestro país. Un futuro cuya construcción tenga como
ejes centrales la recuperación económica, el fortalecimiento de los ingresos,
la reducción de la inflación y la creación de empleo. Todo ello, en el marco de
un diálogo constructivo que le dé potencia y mejor calidad a nuestra vida en
democracia.
La economía está creciendo alrededor del 9% este año y a
inicios del año próximo el PBI habrá recuperado lo perdido el año pasado. A
principios del año próximo, la producción industrial no solo habrá recuperado
lo perdido en 2020, sino que también se habrá repuesto de los daños causados
por las crisis económicas y financieras de 2018 y 2019. Tenemos, en la
actualidad, las exportaciones más altas en 8 años. La inversión este año
crecerá alrededor del 30%. Y la producción industrial sigue a la vanguardia de
la recuperación. En esta nueva etapa debemos priorizar los acuerdos nacionales.
Si queremos resolver estos desafíos a los que nos
enfrentamos, necesitamos que las grandes mayorías generen consensos. En ese
sentido, y a la mayor brevedad posible, voy a dirigirme a los representantes de
la voluntad popular y a las fuerzas políticas a las que representan, para
acordar una agenda tan compartida como sea posible. Una oposición responsable y
abierta al diálogo, es una oposición patriótica. Nuestro pueblo necesita ese
patriotismo.
Precisamos que la relación entre el Gobierno y el Congreso
Nacional, en la Cámara de Diputados y en el Senado, sea fructífera, por el
interés general de nuestro país. Es tiempo también de resolver el problema
derivado de la deuda contraída por el Gobierno que me precedió con el Fondo
Monetario Internacional. Ese es el escollo más grande que enfrentamos para
continuar en la senda de la recuperación económica y de la construcción de un
país con más equidad.
Debemos enfrentar este desafío para reparar, en la medida de
lo posible, el enorme daño que este endeudamiento ha provocado, y cuyas
consecuencias pesarán sobre varias generaciones. Cuando el modelo económico del
anterior gobierno reveló ser un fracaso, en lugar de cambiar el rumbo,
decidieron tomar esa deuda de 44 mil millones de dólares con un doble
propósito: pagar la deuda insostenible que habían tomado con acreedores
privados y darle salida a capitales que habían ingresado solo para especular.
Hoy queremos mirar hacia adelante. Pero mirar hacia adelante no debe
conducirnos a un olvido que pueda significar un retroceso. Lo que queremos es
avanzar y poder crecer como sociedad.
Queremos promover la inversión productiva que genera empleo
y asegurar así que la recuperación llegue a cada familia argentina. Este camino
requiere, antes que nada, seguir impulsando el crecimiento del mercado interno.
Y para ello, el Estado debe ser capaz de impulsar la demanda agregada. Eso es
lo que ocurre cuando se invierte en obras públicas, en equipar y capacitar a
nuestras fuerzas de seguridad; cuando se invierte en Ciencia y Tecnología, en
Educación; en mejorar nuestros servicios de Salud, que tan importantes han sido
para que pudiéramos sobrellevar el duro tiempo que nos tocó vivir. Y es
necesario también seguir el camino del ordenamiento de las cuentas del Estado,
pero jamás a costa de un ajuste del gasto. Eso nos impediría cumplir nuestro
sueño y nuestro compromiso de construir una sociedad inclusiva. Impediría darle
continuidad a esta recuperación económica que estamos viviendo.
El ajuste fue practicado repetidas veces en Argentina y solo
profundizó la desigualdad y la pobreza. No es verdad que pueda construirse una
Patria fuerte sobre la base del debilitamiento del Estado. Lo que nos hace
falta es un Estado con fuerza y capacidad para poder invertir en aquello que
permite un mayor desarrollo y creación de riqueza. La promoción de la ciencia,
de la salud y de la educación; la mejora del capital público, el
fortalecimiento de la moneda y la sostenibilidad de la deuda, deben ser, de una
vez y para siempre, políticas de Estado. Siempre hay quienes buscan endulzar el
oído con las supuestas bondades que ofrecen caminos de ajuste ya probados y
fallidos.
Son los mismos que alertan sobre los desastres que se
avecinan si no seguimos esas recetas ya fracasadas. A quien diga que el
problema con el Fondo Monetario Internacional puede ser resuelto en cinco
minutos le digo que negociar no es obedecer. Quiero ser muy claro. Estoy seguro
de que con ajuste no se logra ni siquiera ordenar las cuentas públicas. El
superávit fiscal virtuoso siempre es hijo del crecimiento, nunca del ajuste.
Tengo la firmeza necesaria para defender los intereses de nuestra Patria. Como
Nación que somos, propongo transitar un camino responsable y constructivo para
resolver los problemas y desafíos que enfrentamos, involucrándonos con la
comunidad internacional de la que formamos parte de una manera que la
fortalezca y que nos fortalezca.
En esta nueva etapa profundizaremos nuestros esfuerzos para
llegar a un acuerdo sustentable con el FMI. Debemos despejar las incertidumbres
que conllevan deudas insostenibles como ésta. Y debemos hacerlo preservando las
condiciones que nos permitan seguir por el sendero de la recuperación con
generación de empleo, apuntando al mismo tiempo a una reducción persistente del
mal inflacionario. Es por ello, que quiero anunciar que, en la primera semana
de diciembre de este año, enviaremos al Congreso de la Nación un proyecto de
ley que explicite el “Programa económico plurianual para el desarrollo
sustentable”.
Ese programa contemplará los mejores entendimientos que
nuestro gobierno haya alcanzado con el staff del FMI en las negociaciones que
lidera nuestro ministro de economía, Martín Guzmán, sin renunciar a los
principios de crecimiento económico e inclusión social a los que me he referido
previamente. Ésta es una decisión política que cuenta con el pleno aval del
Frente de Todos.
Ha sido el fruto del trabajo conjunto con la Vicepresidenta
de la Nación, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y mi
gabinete de ministros y ministras. Trabajaremos de forma incansable para lograr
el apoyo de la comunidad internacional en la construcción de mejores
condiciones de financiamiento para llevar a cabo el programa de políticas
públicas que como Nación soberana que somos, queremos implementar en pos de la
mejor calidad de vida de nuestro pueblo. Quiero asegurarles también que vamos a
seguir mejorando y reforzando la gestión de este Gobierno.
Necesitamos profundizar la recuperación económica de tal
modo que el desarrollo se distribuya entre todos y todas. Vamos a redoblar
nuestros esfuerzos para que la gestión gubernamental atienda las prioridades y
resuelva los problemas reales de la vida cotidiana. Porque la recuperación
tiene que llegar a cada argentino y argentina. El objetivo es que el
crecimiento se convierta en trabajo y salario digno. Que se convierta en mejor
educación y en mejor salud pública. Que desarrolle la ciencia y la tecnología.
Que garantice seguridad y justicia en nuestra sociedad. Todo nuestro empeño
como gobierno debe servir para mejorarle la vida a los argentinos y argentinas.
Tenemos que hacernos cargo de priorizar el combate contra la
pobreza y ser una tierra de oportunidades en la que podamos convertir nuestros
sueños y esperanzas, en realidades. Hemos cometido errores. He cometido errores
y mi obligación es aprender de los mismos. Reafirmo, en esta nueva etapa, y
frente a todas y todos, que honraré el compromiso electoral asumido en
diciembre de 2019. Creo en la Argentina. Creo profundamente en la Argentina.
Somos una nación joven, con un pueblo resiliente, lleno de talento y
oportunidades, con un territorio maravilloso y con una riqueza y diversidad
federal que nos enorgullece. El pesimismo es contagioso, pero, por suerte, la
esperanza también lo es. Tenemos esperanza, decisión y un futuro mejor para
construir en conjunto.
No comparto, en absoluto, la posición de quienes dicen que
“no tenemos destino”. No pueden darnos lecciones quienes no se hacen cargo de
los daños que han causado. Vamos a hacer honor a aquello que dio vida a nuestro
Frente electoral. Vamos a gobernar para Todas y Todos. Sé muy bien que es con
todos y todas. Y también sé que lo vamos a conseguir. Buenas noches y muchas
gracias.
Infobae
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