Megajuicio: Aguilera se despegó de las acusaciones en su contra y cuestionó el accionar de Fiscalía


El imputado Juan Pablo Aguilera, cuñado del ex gobernador Sergio  Urribarri, aseguró en su declaración indagatoria ante el Tribunal que existió una estructuración de la prensa y de Fiscalía para desacreditar la militancia política y el proyecto kirchnerista que tuvo un capítulo de 8 años en Entre Ríos. Aguilera está imputado por negociaciones incompatibles y peculado

“A lo largo de este juicio ha quedado claro que los hechos que se me imputan no tienen sentido. Yo, mi familia y me espacio político hemos sido manchados por un relato jurídico y mediático que nada tiene que ver con la realidad”, aseveró.

“Urribarri; (el ex ministro de Comunicación Pedro) Baez; (el ex titular de Turimos Hugo) Marsó y yo somos parte de un proyecto político que generó grandes logros y transformaciones para la provincia”, sostuvo. Por eso, sostuvo que no era “casual” que este proceso “haya comenzado por una nota periodística” ya que existen “un medio de comunicación y dos o tres seguidores que no son de alcance masivo, pero que operan en el microclima político y judicial, (que) intentan influir e intimidar con verdades a medias y mentiras impiadosas, muchas veces en connivencia con el ministerio público”, postuló casi al cierre de su indagatoria.

En cuanto a los hechos, negó haber tenido vinculación comercial con las empresas Tep y Next, que la acusación consideró partes de un esquema para cartelizar la publicidad oficial y desviarla hacia fines particulares. También descartó ser el dueño en las sombras de ambas firmas en cuya titularidad figuras Emiliano Giacopuzzi y Alejandro Almada y Maximiliando Sena y Luciana Almada, respectivamente.

Luciana Almada es pareja de Aguilera. De allí y de su historia como militante del PJ su renuencia a acercarse a los negocios de las empresas. “Yo no quería invadir el ámbito de realización de Luciana. Yo ya tenía el mío. Y no me interesaba la actividad privada”, aseveró.

También negó haber influenciado en la Administración pública para gestionar contrataciones, pagos o facilidades para esas firmas comerciales.

La Fiscalía también esgrimió como hipótesis que Aguilera ocupaba el rol de gerente general de la empresa Cinco Tipos, firma de la que surgieron TEP y Next. Aseveró que esa denominación que apareció en un documento de Word en una computadora secuestrada fue parte de una capacitación en couching ontológico a la que acompañó a su esposa.

Asimismo descartó que otra de las imputadas, Corina Cargnel, haya sido su contadora y su asistente personal. Comentó que está en el expediente el dato que su contador en un profesional de Buenos Aires. Y que a Cargnel le pidió que ayude a un tío de General Campos en su ordenamiento fiscal y que luego, a través de Giacopuzzi (al igual que Sena, amigo de la infancia en General Campos), le haga un seguimiento a las compras que hacía en Buenos Aires para el PJ y la campaña de posicionamiento de Urribarri.

Uno de los puntos más fuertes de la acusación es un documento de Excel que la Fiscalía entiende refleja el esquema de retornos de los fondos públicos supuestamente mal habidos. Aguilera aclaró su parte: había prestado dinero que el PJ le había dado para promocionar a Urribarri al empresario Gerardo Carusso  para que atienda un situación de emergencia y el hombre de negocios se demoró en devolverla. Entonces le requirió que el saldo lo cancele con pagos a las firmas que habían hecho publicidad en vía pública en provincia de Buenos Aires.

Caruso, también imputado, fue el hombre fuerte del proyecto Futbol para Todos y, además, su empresa realizó el parador de Mar del Plata también cuestionado ante la Justicia.

Asimismo, explicó su presencia en las oficinas de TEP y Next en calle Racedo, asegurando que se trató de un favor debido a las pocas comodidades que tenía en la sede del Justicialismo para atender personas y repartir elementos de campaña.

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