Si sigue la extracción de arenas en Ibicuy, el humedal puede convertirse en un infierno
El recurso que promovió el abogado Ricardo Luciano ante la Justicia, que exige que el gobierno de Entre Ríos informe sobre las empresas que extraen arena para Vaca Muerta en los departamentos Islas del Ibicuy y Gualeguaychú, volvió a poner el tema en el tapete. “Si no se para este ecocidio, se pone en riesgo el humedal y lo que hoy vemos como una pesadilla en Corrientes, puede replicarse en Entre Ríos”, afirmó a AIM el ingeniero Agrónomo Carlos Cadoppi. Según actas labradas por la secretaría de Medio Ambiente, las areneras descartan sedimentos sólidos e, inclusive, residuos peligrosos.
“No solo es el daño que provocan en el humedal, que es
prácticamente irreversible, sino que además están perjudicando con la
extracción a numerosos sectores, entre ellos, el alimenticio. Por ejemplo,
prácticamente no hay en el mercado frascos de vidrio, los proveedores dicen que
no hay, porque los frascos requieren de ese mineral. Y los que se consiguen,
están a precios increíbles, lo cual perjudica a la cadena de la alimentación”,
explicó Cadoppi.
Los humedales de Ibicuy, ecosistemas con un papel clave en
la mitigación del cambio climático, que frenan los gases de efecto invernadero
y contribuyen a prevenir inundaciones, están en serio riesgo de desaparición,
producto del accionar de las areneras. “La situación está a punto de
convertirse en irreversible”, afirmó Cadoppi a esta Agencia.
El profesional explicó que, “pese a que el gobierno, a
través de la secretaría de Medio Ambiente, expresó su preocupación por la falta
de cumplimiento de las normas de manejo del humedal, la situación en el sur de
la Provincia está a punto de ser irreversible”.
Destacó también que, “más allá de que desde hace más de 20
años se realizaron obras que generaron cambios negativos en todo el sistema,
además de movimientos hídricos en las cuencas de los arroyos Baltazar,
Carqueja, Cuartillo, así como la salida del agua hacia los grandes ríos, se
trata de situaciones que, con las incorporaciones de técnicas adecuadas,
resolverían el problema. Pero eso no sucede”.
Alerta fuego
Cadoppi recordó que los argentinos "padecemos en este
momento otra tragedia ecológica, porque el fuego en Corrientes llegó a los
Esteros del Iberá y amenaza su amplia biodiversidad”. Luego explicó que “los
especialistas consideran que aún no es posible dimensionar las pérdidas que el
fuego provocó en la fauna y la flora de uno de los ecosistemas más grandes de
la Argentina”. Y advirtió: “lo de Corrientes es una señal de alarma. Ya vimos
en esa provincia el drama que atraviesan, y si no cuidamos nuestros humedales
de la depredación, después nos lamentaremos, si nos toca vivir un escenario
parecido”.
Es el fracking, estúpido
Cadoppi advirtió que “las areneras, que extraen el mineral
para sacarlo por la ruta 45 hacia Vaca Muerta, son las grandes responsables de
la destrucción del humedal y la inundación de los campos donde descartan el
agua del lavado de la arena. Hoy hablamos de inundaciones, pero en cualquier
momento hablaremos de incendios".
En rigor, con la aparición de las areneras en la zona y el
incumplimiento de toda la normativa existente para su funcionamiento, los
cambios que provocan en el sistema se tornarán irreversibles, ya que se
perderán los beneficios ambientales, económicos, sociales y productivos que
genera el humedal con su dinámica.
Cadoppi agregó que “en seis años, han colmado varios arroyos
que eran vía de salida del agua hacia el océano. Según actas labradas por la
secretaría de Medio Ambiente, nos anoticiamos que descartan sedimentos sólidos
e inclusive residuos peligrosos”.
Alerta roja
Desde Nación y Provincia han alertado en reiteradas
oportunidades sobre el problema, y planteado el incumplimiento de las normas
vigentes para el funcionamiento de este tipo de emprendimientos, en concreto,
empresas que se dedican a extraer arena para comercializarla. Los organismos
específicos han alertado que tales procedimientos deben de ser controlados,
para minimizar los daños que nunca serán “cero”, estimulando toda actividad o
acción que permita garantizar los aportes de nuestros humedales.
Cadoppi recordó que el año pasado, “la cooperativa que
provee de agua potable a Ibicuy, hizo pública su preocupación por la
utilización de agua del subsuelo para el lavado de arena y la contaminación del
agua destinada a uso humano. Contaminación del agua, inundación de campos,
disminución de la capacidad productiva de vastas zonas de estas cuencas, caída
de la actividad económica, pérdida de los aportes ambientales del humedal,
inacción de organismos públicos… ¿Qué más debemos esperar para reaccionar?”.
Recurso de amparo
El recurso que promovió el abogado Ricardo Luciano ante la
Justicia, que exige que el gobierno de Entre Ríos informe sobre las areneras
que extraen arena para Vaca Muerta en los departamentos Islas del Ibicuy y
Gualeguaychú, volvió a poner el tema en el tapete.
En rigor, Luciano denunció que las areneras extraen arena
sílica para mandarla a los yacimientos de Vaca Muerta, en Neuquén, donde se
utiliza en la industria del fracking (que posibilita o aumenta la extracción de
gas y petróleo del subsuelo).
Antes, el abogado, como apoderado de la Cooperativa de Agua
Potable de Ibicuy, logró que el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos
(STJ) condenara al Estado provincial a brindar información pública ambiental
sobre la instalación de areneras y canteras de arena en la zona de Ibicuy.
En el amparo ambiental que presentó ahora -de Acción de
Ejecución de Incidencia Colectiva- por “una serie de irregularidades e
incumplimientos legales” de las areneras en Ibicuy y Gualeguaychú, Luciano basó
su acción en el artículo 58 de la Constitución provincial, “con el fin de que
un juez lo conmine (al gobernador, Gustavo Bordet) a cumplir con las normativas
vigentes de carácter ambiental”.
El amparo busca que el gobernador “informe a través de quien
corresponda: constancia de habilitación de las areneras instaladas en los
departamentos Islas del Ibicuy y Gualeguaychú; acredite la expedición y
vigencia de los ‘certificados de aptitud ambiental’ de esos establecimientos;
informe el cumplimiento de los requisitos procedimentales para la habilitación
(celebración de audiencias públicas, contratación de seguro ambiental, fijación
de un fondo de restauración, renovación de estudios de impacto ambiental en
tiempo y forma, de corresponder) y los procedimientos de control de adecuación
de las areneras a la normativa protectoria ambiental vigente”. Y en caso de
incumplimiento, que el juez actuante ordene su inmediato cumplimiento.
Defensa de los humedales
Luciano está molesto y no lo disimula. “El apriete cagón de
un político (cargo electivo en funciones) y del dueño de la arenera
(Cristamine), no me van a hacer aflojar. Cumplan la Ley”, escribió en su cuenta
de Facebook.
El abogado explicó a esta Agencia que “las areneras están
exentas de impuestos, mientras casi todos los ciudadanos de esta provincia y el
país, salvo bien conocidas excepciones, debemos cumplir a pie juntillas, porque
si no pagamos, nos castigan con intereses, e inclusive, embargos”, y detalló
que la Ley provincial 10557 establece que las actividades mineras, areneras y/o
canteras, durante 2020, 2021 y 2022 , están exentas de pagar tributo alguno. ¿Y
por qué este privilegio?”.
El letrado precisó que “se trata de un negocio de 600
millones de dólares al año, en el que, las canteras entrerrianas proveen el 80
por ciento, es decir, las areneras o canteras instaladas en la provincia, ganan
por año 480.000.000 millones de dólares”.
Y agregó: “En 2020, el negocio de las arenas silíceas
facturó en Argentina 220 millones de dólares. Entonces esperaban triplicar esa
cifra en 2021. Y así fue”, fustigó.
Libre depredación
Luciano no sólo se refirió a los millones de dólares que
ganan las empresas areneras, sino que fue al tema que más le preocupa: la
depredación del humedal. “Sólo tres areneras consumen 313.000.000 de litros de
agua dulce por mes, lo que equivale al consumo de una ciudad de 50.000
habitantes, obvio, sin pagarle un peso a nadie, agua dulce de un frágil sistema
llamado 'Formación Isla Talavera'. Y ni hablar de la depredación ambiental que
producen donde había un ecosistema formado en miles de años donde hoy solo
quedan fosas o cavas de entre cinco y siete metros de profundidad, tapando
arroyos con el sedimento que desechan junto al agua, como está sucediendo en el
Carqueja, Cuartillo, Baltazar”.
El abogado recordó que, además, “están los miles de camiones
al año que transportan más de 40 toneladas de 'El nuevo oro – la arena
silícea', pero que, en general, van excedidos de peso ya que las balanzas
brillan por su ausencia. A su paso, destruyen los caminos que se arreglan con el
dinero de los impuestos que pagan los ciudadanos de a pie, un círculo virtuoso
para las areneras y canteras, y vicioso para los esquilmados bolsillos de los
contribuyentes”, aseguró.
Llamado a la acción
Para dar una acabada dimensión del aporte de los humedales,
basta recordar que abastece las necesidades de más de 18 millones de personas.
No revertir esta situación, condenará a muchos argentinos a consumir agua
contaminada, mientras un selecto grupo consumirá agua mineral.
El dato
La convención internacional de Ramsar, que protege a más de
2000 humedales en todo el mundo y de la cual Argentina es parte (hasta el
momento, 23 humedales han sido declarados de relevancia internacional),
advirtió que se perdió un 87 por ciento de la superficie de estos ecosistemas
desde 1700 a la fecha. En nuestro país no contamos con datos precisos de esos
retrocesos –pero la situación de emergencia no escapa a la tendencia mundial:
desaparecen tres veces más rápido que los bosques. Protegerlos es el
equivalente a invertir en el mejor seguro para el planeta.
De la Redacción de AIM.
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