Crecen las expectativas en las ciudades fronterizas argentinas por la apertura total de los pasos con el Uruguay


El secretario del Centro de Defensa Comercial e Industrial Gualeguaychú, Federico Laderach, destacó la progresiva vuelta a la normalidad de los pasos fronterizos al Uruguay. Destacó el impacto positivo que tendrá “la moneda fuerte” del vecino país en el comercio de las ciudades fronterizas argentinas

El lunes pasado se puso en marcha un programa piloto de declaración electrónica de concesiones turísticas y tránsito fronterizo para la Administración de Aduanas de Salto, al que se podrá acceder a través de la página web de la Administración Nacional de Aduanas.

 

Desde ese día se puede ingresar al Uruguay cinco kilos de mercadería cada 15 días, lo que impactará parcialmente en el comercio de las ciudades fronterizas con paso al Uruguay, como Concordia, Colón y Gualeguaychú.

 

El secretario del Centro de Defensa Comercial e Industrial Gualeguaychú, Federico Laderach, destacó que paulatinamente se vaya volviendo a la normalidad: “El comercio de la costa de Uruguay está precisando una inyección en las ventas y esto se puede lograr de la mano de los uruguayos y su moneda fuerte”.

 

“Hace falta un poco de oxígeno porque las ventas están en medio de un parate importante debido al gran desajuste de precios, que frena el consumo y detiene la economía”, sostuvo luego.

 

Luego, Laderach dijo que más allá de la mercadería que se pueda pasar, “lo importante es que se habilite el paso sin tanto protocolos ni barreras sanitarias”.

 

“Somos vecinos y esa cercanía se da sobre todo en Concordia y en Colón, por una cuestión de distancia. Hay familiares y amigos de un lado y del otro. Incluso muchos argentinos tienen inversiones en Uruguay y viceversa”, manifestó.

Moneda fuerte

 

La nueva medida va a incrementar la presencia de uruguayos en las ciudades de Gualeguaychú, Colón y Concordia. “Con una moneda fuerte o con dólares, el uruguayo no duda en venir a comprar a la Argentina: con lo que allá se compran una remera, acá se compran cinco”.

 

En este marco, recordó a esta Agencia que hace un par de décadas “los uruguayos venían a comprar acá porque también la cuestión del cambio les convenía: se sentaban en la plaza, se cambiaban las zapatillas, dejaban las viejas y se iban con las nuevas. Las plazas de las ciudades fronterizas argentinas estaban llenas de zapatillas viejas tiradas en las plazas”.

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