Goyeneche tras la condena: “Es una enorme satisfacción del deber cumplido”
La procuradora Adjunta y titular de la Oficina Anticorrupción, Cecilia Goyeneche, quien llevó adelante la megacausa por corrupción contra Sergio Urribarri hasta que le iniciaron un jury de enjuiciamiento, habló de las sensaciones tras el fallo que condenó al ex gobernador a ocho años de prisión y a otros ex funcionarios.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda
(Radio De la Plaza), Goyeneche comentó que estuvo “todo el día escuchando la
lectura de la sentencia, y uno va olfateando lo que va a ir pasando a medida
que escucha los argumentos –sobre todo porque uno conoce la causa y porque
conocemos el sistema jurídico– y la sensación fue de alivio y de satisfacción”.
Analizó en ese sentido que “la tarea del fiscal es bastante
ingrata en el sentido de que investiga, ve la verdad, ve los hechos, ve la
prueba, tiene todo en sus manos, muchas veces por lo que aporta la prensa, pero
la verdad que uno presenta hasta que no la observa un juez y da la razón parece
que es una verdad a medias y estamos siempre en la picota y con cuestionamientos,
incluso a veces por demoras que también los fiscales padecemos. Y cuando
finalmente vemos que el trabajo de tantos años y de tantas personas que han
puesto el cuerpo y el sacrificio de pasar horas y horas en estas
investigaciones, lo que sentimos es una enorme satisfacción del deber cumplido
y de que no fueron en vano todos los esfuerzos y sacrificios que hemos hecho”.
Reveló que conocida la sentencia, abrazó a su esposo e hijas
“que estaban cerca” y admitió que se le “cayeron algunas lágrimas”. También destacó
que recibió “muchísimos mensajes, los más emocionantes fueron de los colegas,
del equipo de trabajo de la Fiscalía, que todos hemos estado sabiendo en qué
consistía eso, sabiendo cuál era nuestro rol y decididos a cumplirlo, pero
también padeciendo el contexto y todo lo que hemos pasado en estos meses”.
Definió que “es un fallo histórico, trascendente,
contundente” y consideró que “las 12 de lectura de ayer no fueron en vano
porque la contundencia que demostró el tribunal, el análisis minucioso de la
prueba que se hizo; para todos, para la comunidad entrerriana, para el país y
para la justicia entrerriana es un soplo de aire fresco, demuestra que los
jueces cuando pasan por un sistema de concurso como el del Consejo de la
Magistratura de Entre Ríos, cuando se ganan el cargo y no se lo deben a nadie y
no tienen favores que retribuir, saben cuál es su rol y lo pueden cumplir pese
a que los mensajes de todos lados sean de amedrentamiento o de que es más fácil
no hacer lo que se debe. Estos jueces demostraron que no están para eso, que la
función les exige otra cosa y que lo pueden hacer muy bien”.
Consultada por cuánto le sirve la condena a la sociedad,
Goyeneche analizó que “la corrupción es el problema de nuestro país y de los
países de Latinoamérica, esto lo vienen diciendo mucho últimamente, incluso los
tribunales internacionales, marcando
cómo la corrupción afecta a los derechos humanos, cómo genera pobreza, cómo
distorsiona la distribución del dinero, y en estos casos lo hemos visto de una
manera patente”.
En ese marco, dijo que “esto es un halo de esperanza y tiene
que animar a la gente a pensarse distintos, a animarse a denunciar, a decir las
cosas, porque en las investigaciones de corrupción una de las enormes
dificultades que tenemos es el temor, es la idea del no me meto porque nada
cambia, y a lo mejor esta sentencia contribuye a cambiar eso: a darnos cuenta
que tenemos que meternos, que tenemos que hacer nuestra parte, que tenemos que
hablar cuando somos testigos o cuando sabemos algo. Eso es un poco el rol de
cada uno y que a lo mejor esta sentencia sirve para cambiar la imagen de la justicia
en esto y para movilizar otras cosas en la ciudadanía”.
Respecto de la renuncia de Urribarri como embajador, señaló
que “pertenece a una decisión del Estado, y es bastante lógico dentro del marco
de lo que se puede presentar como gobierno; una persona condenada de una manera
tan contundente es casi lógico que pase pero no me corresponde comentarlo
demasiado”. “La inhabilitación es una de las penas que acompaña a todas las
penas de prisión que se impusieron por el delito de que se trata y una vez que
quede firme esta sentencia –que debe pasar por varias instancias judiciales,
dos en la provincia: Casación y Superior Tribunal de Justicia, y luego la
Corte- viene acompañada de la inhabilitación y en un futuro no podría ocupar
más cargos públicos”, refirió la fiscal.
Por otra parte, valoró que “en Fiscalía es muy emocionante
ver el compromiso con el que se trabaja, con la certeza del rol que tienen y
con la tranquilidad de saber que hacen lo que tienen que hacer, desde el
empleado más raso hasta los fiscales que pusieron la cara y el cuerpo en este
juicio tan desgastante. Para todos ellos no hay más que palabras de
felicitaciones y de reconocimiento para el esfuerzo”. “Algunas de estas casusas
empezaron en 2016, actuaron otros fiscales en el primer tramo, todo el equipo
de investigadores y de profesionales que ayudaron con la investigación, para
todos tiene que ser una enorme satisfacción de la labor cumplida. Muchos de
ellos fueron injustamente vapuleados, se escucharon afrentas muy duras en el
debate y los vapulearon de una manera bastante desagradable; así que lo que
pasó ayer fue un reconocimiento para ellos y al trabajo bien hecho, es lo que
tienen que hacer simplemente, pero hay que reconocerlos”, aseveró con la voz
entrecortada por la emoción.
Respecto de las penas bajas que se impusieron a algunos de
los acusados, Goyeneche consideró que “muchos de los que fueron condenados a
prisión condicional merecían una línea diferenciadora sustancial para definir
quiénes son los responsables de todas estas maniobras y a ellos les puso penas
efectivas, y con todos los demás podría decirse que fue un poco
condescendiente”.
Puntualmente sobre la situación de la contadora Corina
Cargnel, dijo que “viendo la causa de las imprentas, se veía el trabajo de
Cargnel que era una persona archi-eficiente muy conocedora de lo que debía
realizar, una persona que podría haber sido una excelente profesional
trabajando bien, pero que se prestó para realizar estas cosas en una pérdida de
la noción de lo que está bien y lo que está mal o de lo que es lícito e
ilícito. Incluso en su defensa posterior planteó que ella hacía lo que tenía
que hacer pero justamente lo que hacía era colaborar con una empresa
delictiva”.
“Esto muchas veces es explicable por estas dinámicas del
grupo, de pensar que si el cuñado del gobernador lo hace por qué no puedo
hacerlo yo, y creo que a eso atendió el tribunal y por eso aplicó penas tan
bajas para este grupo de personas, marcando claramente la diferencia entre los
que son responsables y que tenían a su cargo los dineros públicos, en quienes
la ciudadanía depositó la confianza para administrar los dineros públicos e
hicieron esto que fue sustraerlo”, explicó.
Finalmente, deseó que “ojalá que la sentencia sea un límite,
ojalá que no se olvide esto, que se tenga presente que la administración de los
dineros públicos está absolutamente reglada y que el cumplimiento adecuado de
esas reglas y si cada uno de los que tiene que ver con eso cumpliera
adecuadamente su rol, nada de esto pasaría”. “Aquí tenemos solamente la punta
de un iceberg visible, pero hay también muchas otras cuestiones atrás que
quedan por lo bajo de gente que no hace lo que tiene que hacer. Ojalá esto sea
una advertencia para que no siga pasando a este nivel”, concluyó.
Análisis
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