Mario Moine al Superior Tribunal: “El enemigo es la corrupción, no es una fiscal”
El ex gobernador Mario Moine se refirió a la tensa relación entre el Presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, a la que consideró como uno de los obstáculos para una mejor gestión de gobierno. Indicó que el Presidente debe honrar la voluntad popular ejerciendo de manera plena su investidura.
Por otro lado, ofreció en la entrevista en el programa
Cuestión de Fondo (Canal 9 Litoral) un panorama sobre la economía y la
inflación, con el peso de su experiencia como empresario y conocedor de la
realidad de los diferentes sectores productivos. Señaló que el déficit y la
inflación son un flagelo y advirtió que si no se corrigen se podría llegar a
replicar la experiencia del Plan Bonex establecido a fines de 1989.
También elogió al Tribunal que condenó al ex gobernador
Sergio Urribarri y otros funcionarios de su mayor confianza y destacó el
sentido pedagógico que tuvo el adelanto de ese veredicto que fue seguido por la
mayoría de los ciudadanos. “No me alegró porque fallaron en contra de
Urribarri, sino porque explicaron con una docencia que a muchas personas nos
gustó, porque nos desasnó”, recalcó. Criticó a los funcionarios públicos del
oficialismo y de la oposición –con muy pocas excepciones- porque en este caso
puntual la mayoría se quedó en silencio o apenas realizaron meras declaraciones
formales, pero desprovista de compromiso.
Al respecto, destacó en el programa Cuestión de Fondo (Canal
9 Litoral) que la mayoría de la dirigencia política es honesta, aunque la
corrupción ha venido creciendo en los últimos tiempos. Si bien se mostró
elogioso por los jueces independientes, lanzó un directo mensaje al Superior
Tribunal de Justicia al advertir que “el enemigo es la corrupción, no es una
fiscal”, en alusión a la Procuradora Adjunta y fiscal Anticorrupción que fue
apartado de su cargo, Cecilia Goyeneche.
-¿Cómo observa la realidad desde lo económico, social,
político?
-La macroeconomía en la Argentina tiene dificultades muy
profundas. El proceso inflacionario va a terminar este año en 60 o 70 por
ciento. Ya se está hablando para este mes de abril algo muy similar al del mes
pasado. El atraso de las tarifas en transporte, gas, combustibles, energía,
genera un déficit muy alto al Estado. A su vez el Estado viene acumulando un
déficit que se financia con emisión y eso se está pagando con intereses al 50
por ciento. Así que será muy difícil y es posible que terminemos con un Plan
Bonex (Nota de la Redacción: El Plan Bonex fue un plan económico impulsado en
diciembre de 1989, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem. En rigor fue el
canje compulsivo de los depósitos a plazo fijo por títulos públicos denominados
Bonex 89, y se dio en un contexto hiperinflacionario), porque caso contrario no
se podrá seguir. El Estado va a pagar a partir del mes que viene más o menos en
el orden de los 1.500 millones de dólares de intereses. A eso habría que
multiplíquelo por 12, estará en 18 mil millones de dólares. Qué veo de
positivo: andando por la provincia por temas políticos recorro varias ciudades
y observo que hay un buen movimiento económico. Sorprende, por ejemplo, ir a
Nogoyá, a Crespo, a Ramírez, Rosario del Tala, Gualeguaychú, Concepción del
Uruguay, el movimiento de autos es intenso. Soy un empresario activo. La
actividad hotelera por fuera de estos fines de semana y feriados es buena, se
ha normalizado en un 70-80 por ciento.
-Ayudó mucho el Plan Previaje del Ministerio de Turismo de
la Nación que reintegra en crédito el 50 por ciento de lo gastado.
-Así es. Pero, la contradicción es que eso se financia con
emisión. Y estamos solventando a la clase media y es verdad que ayuda a la
actividad hotelera y gastronómica; pero también genera déficit y así es muy
difícil terminar la historia.
Mario Moine. "Voy a ser claro y terminante: que Alberto
se saque de encima a Cristina Kirchner".
-¿Le sorprendió el proyecto sobre la renta inesperada?
-La palabra ajuste para el político es mala palabra. Si
nosotros lo dijéramos de otra manera: que el Estado gaste hasta lo que recaude,
porque si no genera el proceso inflacionario. Y le está echando la culpa
permanentemente a los empresarios, que además generan –como ellos dicen-
monopolios. Ahora me pregunto: cuando gobernó (Néstor) Kirchner a partir del
segundo año (de su mandato) no hubo inflación. O en todo caso la inflación fue
del tres o cuatro por ciento; cinco y seis por ciento a los dos años
siguientes; ¿por qué entonces no se abusaban los empresarios? Lo que pasó es
que Néstor Kirchner se ufanaba y con razón, de tener superávit paralelo. ¿Qué
significa eso? Que no tenía déficit. Además, había un nivel de exportación que
el Estado lograba dólares suficientes para poder pagar todas las importaciones
o productos que se compraban en el exterior. Hubo una etapa de (Domingo)
Cavallo –que es mala palabra- de seis años en el gobierno de Menem donde no
hubo inflación. Y, por lo tanto, el Estado gastaba lo que debía gastar en función
de sus ingresos. Pretender seguir ordeñando al campo, al empresariado y a la
industria, lo único que se logra es que no haya inversión. Así es imposible que
un empresario quiera radicar capitales a la Argentina, salvo que se hagan
convenios especiales y que además se le de seguridad jurídica -cosa que es
bastante difícil-, porque de manera permanente se están cambiando las leyes en
el Congreso Nacional.
-¿Y está mirando los número de la provincia?
-El gobierno provincial el año pasado terminó con un superávit
de 18 mil millones de pesos y fue muy bueno. Es verdad que también lo público
perdió entre el 10 y el 12 por ciento del poder adquisitivo. A su vez, eso le
ha permitido al Estado, en pequeña medida, fomentar diferentes actividades
productivas, que eso ayuda. Si la macro o la economía nacional sigue en estos
términos de alta inflación, es muy poco lo que se puede hacer.
-Qué le preocupa más en el ámbito nacional: esto que remarca
usted de la inflación que se torna imparable; la disputa cada vez más fuerte
entre Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández.
-Por un lado, la inflación se está comiendo el poder adquisitivo
de los salarios de todos los trabajadores informales y formales y de muchísimas
personas que trabajan en brindar servicios. Hoy le pregunté a una persona
cuánto cobraba para hacer la transferencia de un vehículo y me dijo que el
honorario era de 6.000 pesos, el mismo que pedía en octubre del año pasado y
hubo una inflación del 35 por ciento. Es decir, ese trabajador independiente
está perdiendo y mucho. La caída del poder adquisitivo sin duda es lo más
importante que se está viendo y que ha sumido a vastos sectores y, en
particular, a la clase media, que incluso se ha reducido. Habitualmente había
en la Argentina un 50 por ciento de la población que pertenecía a la clase
media y hoy podría quedar un 25-28 por ciento. No se olviden que la canasta
básica está en el orden de los 90 mil pesos ¿y qué salario llegan a los 90 mil
pesos? Son muy pocos.
-¿Y por el otro lado?
-Cómo me gustaría que el Presidente tome consciencia, que
más allá de la decisión oportuna de Cristina; guste o no guste la gente lo votó.
Es el Presidente, no es el vicepresidente que tiene que ir a consultar a la
presidenta. Voy a ser claro y terminante: que Alberto se saque de encima a
Cristina Kirchner.
-Que haga la gran Cristina-Julio Cobos.
-Que Cristina Kirchner se quede en el Senado y no más.
Porque así, lo que está generando es una inseguridad y en lo jurídico –ni qué
hablar- para salvarse de los juicios por corrupción. En economía, pregúntele a
cualquiera empresario medio qué es lo que opina de esta realidad, donde el
ministro de Economía (Martín Guzmán) pareciera que también se dio cuenta que no
es un secretario para solucionar el problema de la deuda externa y con el Fondo
Monetario Internacional (FMI); sino que tiene que enfrentar después de dos años
y medio y ahora dicen que le darán batalla a la inflación. Creo que si el
Presidente se asume como tal es posible que recupere 20 o 30 puntos. ¿Quién
desea que le vaya mal al Presidente? ¿Qué significa que le vaya mal al
Presidente?, que todos “caigamos en la volteada”, si se me permite el término.
-Usted siempre estuvo muy preocupado por el acuerdo con el
FMI. Y fíjese que estos temas: la disputa entre Alberto y Cristina; el Consejo
de la Magistratura; la Justicia, desplazó totalmente el debate del acuerdo por
la deuda. Pareciera que de ese tema no se habla más.
-Así es. Así es.
-¿Y cuánto hay que preocuparse en función de este acuerdo?
¿Se puede cumplir esto?
-Cristina Kirchner dijo el año pasado que esta deuda es
impagable. Y no le falta razones. Los compromisos que tenemos, a partir de
2025-2026 son aproximadamente 20 mil millones de dólares cada año, por cinco o
seis años. Hay que partir de la base que tenemos un déficit de 15 mil millones
de dólares. Primero hay que solucionar el déficit y luego generar el
crecimiento que nos permita pagar la deuda, que es impagable. ¿Qué solución
tenemos? Que Juntos por el Cambio ponga una cuota de racionalidad también como
oposición; que el Presidente asuma la presidencia de manera definitiva; que
acordemos con un plan mínimo que permita bajar el proceso inflacionario y que
volvamos a ser un país creíble. Si volvemos a ser un país creíble, ningún país
paga la deuda; paga los intereses y va refinanciando (la deuda) y se la
refinancian. Entonces el único camino serio que queda es que en estos próximos
tres años hasta el 2026 que vencen los primeros 20 mil millones de dólares,
comencemos a caminar seriamente con un proyecto y programa económico. Aquellos
que estamos hoy en la oposición, ¿qué Argentina vamos a recibir? Será muy
difícil. Por eso hay que comenzar ya. Ante tantas peleas, nos vendría tan bien
un poco de coherencia.
Mario Moine. "El problema no es Urribarri. Creo que el
problema que hay que replantearse es lo que permanece en el poder en diferentes
cargos durante 30 años".
La corrupción, la impunidad y Urribarri
-Habrá seguido el juicio contra Sergio Urribarri por hechos
de corrupción. ¿Cómo percibió la sentencia condenatoria?
-Para mí esa fue una noche muy feliz, porque el Tribunal
sorpresivamente, decidió explicar el fallo. Hablo con mucha gente, y fuimos
muchísimos los que nos pasamos horas siguiendo esas alternativas a través del
celular y la computadora y el adelanto de veredicto fue muy bueno por cómo se
lo explicó. Eso provocó que expresara que me sentía orgulloso como entrerriano
de la Justicia entrerriana. De esta parte de la Justicia entrerriana, porque
sin duda hay diferentes comportamientos en la Justicia entrerriana. No me
alegró porque fallaron en contra de Urribarri, sino porque explicaron con una
docencia que a muchas personas nos gustó, porque nos desasnó. Y como era un
tema muy hablado, muy público, nos permite entender con cierta propiedad,
porque hay negadores de todo este proceso. Desde el kirchnerismo dicen que
ahora falta la etapa de la Casación, luego la del Superior Tribunal de
Justicia, todavía no es cosa juzgada. Es verdad todo eso y debe ser respetado.
Hay un trabajo de los fiscales muy bueno, ratificado por tres jueces que
intelectualmente son muy respetados. Esto me hace decir que hay un poco de
coherencia, porque la Justicia en el último baluarte, el último estandarte, el
último mojón de seriedad, en una sociedad. Con un amigo que estuvo esa noche en
casa, al despedirnos nos abrazamos no por el fallo condenatorio, sino por la
independencia de ese Tribunal.
-¿Y qué le pareció el comunicado del Consejo Provincial del
Partido Justicialista?
-Les hago una pregunta a ustedes: en ANÁLISIS lo único que
he visto es a ex funcionarios contestando y de diferentes partidos, algunos muy
interesantes como el de (Juan Carlos) Arralde.
-También habló el ex embajador Raúl Taleb.
-Sí. Salvo el diputado (Esteban) Vitor que leí y está en
funciones. Después brillaron por su ausencia tanto del partido justicialismo
como de otros partidos.
-¿Pero sobre el comunicado del PJ, tiene opinión?
-No, no lo comparto. En noviembre de 1999, esto hace 23
años, fui tapa de los diarios.
-Se refiere a cuando fue a declarar en la causa ATN-Aciser.
-Así es. En aquel momento dije siendo parte: el Partido
Justicialista no puede seguir mirando al costado. Y era una causa en la que
estaban involucrados dos vicegobernadores, secretarios, altos funcionarios. En
ese entonces dije: llamemos a todos al partido, vamos a escucharlos y si
creemos en su inocencia, vamos a defenderlos. Pero no hagamos silencio. En el
caso Urribarri, cuál ha sido la palabra del oficialismo: nosotros somos
respetuosos de la Justicia y por lo tanto hay instancias superiores. Pero, el
hombre político tiene una doble función con la moral. Le caben las de la ley en
cuanto a todo el proceso de juzgarse como corresponde; pero nosotros estamos
doblemente obligados para demostrar que somos éticos, decentes, que estamos por
compromiso con el bien común. Por eso quiero decir algo: no todo es corrupción
en la política.
-La mayoría es sana. Una minoría es corrupta. Y lo hemos
dicho muchas veces.
-En todos los partidos, su dirigencia se ha comportado con
decencia. Pero, en los últimos tiempos, un número cada vez más creciente,
fundamentalmente en los ámbitos provinciales no ha tenido ese comportamiento y
es preocupante. Quiero agregar algo más respecto a la fiscal (por Cecilia
Goyeneche), porque pareciera que, para algunos sectores de la Justicia
entrerriana, de algún integrante del Superior Tribunal, el tema Urribarri no es
importante, sino el de la fiscal. A ellos quisiera decirles respetuosamente que
el enemigo es la corrupción. Ese es el enemigo, aun cuando dentro de ese tema
de la corrupción pudiera haber algún amigo. No es una fiscal. Soy contador y
puedo equivocarme en lo que voy a decir: es posible (la fiscal) que se haya
equivocado y en reconocerlo en algún momento antes de ser advertida, pero ¡el
trabajo que tuvieron los tres fiscales y el que tuvo ella! La trayectoria de
ella de quince años; el hecho que se la haya suspendido y que se le haya
disminuido el sueldo en 30 por ciento, para mí es cosa juzgada y está
condenada. Y esto no puede ser. Vuelvo a repetir: el enemigo es la corrupción,
no es una fiscal.
-¿Qué pasaría si se lo encuentra a Urribarri? ¿Qué le diría?
-El problema no es Urribarri. Creo que el problema que hay
que replantearse es lo que permanece en el poder en diferentes cargos durante
30 años. Yo pregunto: una persona durante 30 años cumpliendo funciones como
legislador, ministro, gobernador; estar trabajando todo ese tiempo por los
demás cómo logra su bienestar. Porque si lo logra desde el Estado, entonces no
es lógico. Si alguien logra el bienestar, entonces se cae en una falta de
ética. Y encima consigue que entren al Estado su esposa, sus hijos, sus
sobrinos, sus cuñados, sus yernos, eso es falta de ética que raya con la
indecencia.
Análisis
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