Semana Santa: cuándo no se puede comer carne y por qué
Una de las tradiciones católicas más extendidas entre los cristianos es la prohibición de comer carne vacuna durante Semana Santa como muestra de acompañamiento al sacrificio de Jesús en el día que se conmemora su crucifixión.
En Semana Santa, una de las tradiciones más arraigadas entre
los católicos es la de no comer carne, especialmente las carnes rojas como la
de vaca. Tal es así que esto va de la mano de la costumbre de comer pescado,
cuyo consumo suele aumentar en estas fechas. Una de las preguntas más
recurrentes es por qué no se puede comer carne roja en Semana Santa. La
costumbre se basa en un mandato católico, también presente en otras religiones,
que tiene su origen en la práctica del ayuno como signo de penitencia y purificación.
Este periodo sagrado del catolicismo se inicia con el
Domingo de Ramos y concluye el Domingo de Resurección. Durante este lapso de
tiempo, los fieles continúan respetando ciertas tradiciones como el no comer
carne roja durante los seis viernes de cuaresma, incluido el Viernes Santo, así
como el Miércoles de Ceniza. La Biblia, el libro sagrado para los cristianos,
da cuenta de esto tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, donde se
relata el ayuno de figuras importantes como Moisés o el propio Jesucristo, que
pasó cuarenta días en el desierto sin alimentarse según el evangelio de San
Mateo.
Históricamente, la Iglesia estableció como precepto la
abstinencia de carne para dos días específicos en el año: el Miércoles de
Ceniza, que da comienzo a la Cuaresma que anuncia la Semana Santa y el Viernes
Santo, cuando se recuerda la muerte de Jesucristo. No obstante, muchos fieles
observan este rito todos los días viernes del año.
De todos modos, se trata sólo del Viernes (Santo o cada
viernes del año según la ortodoxia) ya que el Domingo de Pascuas, siguiendo la
tradición cristiana, es un día de celebración en el que se festeja la
resurrección de Jesús y se deja de lado la penitencia para celebrar con un
festín en familia que el hijo de Dios resucitó en cuerpo y alma.
Por qué no se come carne roja en Semana Santa
La mayoría de los fieles deciden respetar estos días y se
abstienen de consumir carnes rojas, sin embargo, pocos conocen la verdadera
razón de su prohibición. El Viernes Santo es una fecha representativa para el
cristianismo ya que rememora la crucifixión y la muerte de Jesús de Nazaret por
orden del emperador romano Tiberio Julio César Augusto. Por esto, la Iglesia
Católica invita a sus fieles a no consumir carnes rojas ya que son la
representación de Cristo en la cruz, por lo que su consumo ataca al mesías del
cristianismo. Antiguamente la prohibición era más exigente, ya que se extendía
a todos los miércoles y viernes del año y a las vísperas de los demás días
festivos, sábados incluidos.
Otra de las razones de evitar comer este alimento es porque
está asociada con celebraciones y banquetes, y la fecha no es para celebrar
sino para conmemorar el sacrificio de Jesús por parte de los devotos. Además,
la carne roja era un alimento considerado un lujo en muchas culturas y se
prohíbe comerlo durante Semana Santa, ya que otra de las búsquedas de los cristianos
reside en mantener un espíritu simplista y humilde en honor a Jesús.
En Semana Santa también se invita al ayuno
Incluso tradicionalmente, y en rigor con las sagradas
escrituras, durante el Viernes Santo y el Miércoles de Ceniza debía regir el
ayuno y la abstinencia de cualquier tipo de alimento durante todo el día, un
sacrificio llegaba a los seis Viernes de Cuaresma donde la abstinencia sólo
pasaba a la de alimentos preparados con carne, pero bien sabemos que a la
Iglesia le tocó modernizarse. El ayuno se entiende como el no hacer más que una
sola comida al día.
En este sentido el papa Francisco expresó que "el ayuno
no es comer los platos de la Cuaresma. ¡Esos platos hacen un banquete! Ayunar
no es cambiar los platos o hacer el pescado más sabroso, eso sería continuar el
Carnaval. Nuestro ayuno tiene que ser verdadero. Y si no puedo hacer un ayuno
total, ese que nos hace sentir hambre hasta los huesos, al menos hay que hacer
un ayuno humilde, pero verdadero".
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