Con críticas a Macri y a la Justicia, La Cámpora y el PJ porteño clamaron por la candidatura de CFK en 2023
A diferencia del tono que se manejó en la Basílica de Luján, los dirigentes locales brindaron discursos contra Juntos por el Cambio, a quienes acusaron de sentar las bases para atacar a la Vicepresidenta
El Frente de Todos de la Ciudad, apenas terminó la misa con
todo el arco político oficialista en Luján para convocar a la “fraternidad”
después del atentado contra Cristina Kirchner, se embarcó también, como estaba
previsto, en un acto en el Parque Lezama basado en el intento de magnicidio. La
diferencia principal fue el tono y el objetivo. Mientras que en la Basílica la
mayor parte de los referentes políticos se volcó por llamar al “diálogo” y
apenas hubo alusiones puntuales contra la oposición por no asistir, en la
Ciudad se mostraron más duros, de “defensa” de la vice, a quien reivindicaron
como candidata, contra los “discursos de odio”, contra Mauricio Macri y contra
la oposición en general. De todas formas, también hubo algunos pedidos de
pacificación.
El acto, convocado por el PJ y La Cámpora porteños, en
particular por el senador nacional y titular del partido a nivel local, Mariano
Recalde, transcurrió en el formato de “plaza abierta”. Estaba previsto hace dos
semanas, pero en plena indignación K por los avances de la causa Vialidad, se
había trasladado a Recoleta, a la casa de CFK contra el “lawfare”.
Finalmente, hoy se concretó, 9 días después del ataque
físico a la vicepresidenta, en el anfiteatro del Parque Lezama.
Con la consigna “a Cristina la cuidamos entre todos”,
alrededor de 5000 militantes y vecinos y un sinfín de referentes políticos se
reunió en el punto verde de Barracas, en el bajo de la ciudad, desde las 15.
Pero el acto no empezó hasta pasadas las 16.15, con una larga lista de
oradores.
Recalde -senador nacional, hoy presidente del PJ local y
referente de La Cámpora- que estuvo a cargo del cierre del acto, lanzó fuertes
críticas apenas empezó a hablar contra el fiscal Diego Luciani, a quien
calificó, micrófono en mano, como “un misógino, amigo de Macri”, y lo recordó
“transmitiendo en cadena nacional una sarta de improperios, con frases hechas
de gorilismo”. “Antes usaban el partido militar, y ahora estamos preocupados
porque quieren proscribir a Cristina. Eso es cerrarnos el futuro a todos. Pero
nos quedamos cortos con esa preocupación. Porque ahora quieren verla muerta. Y
ese es el límite. De ahí no van a pasar”.
“Para defender a Cristina de estos grupos reaccionarios y de
estos fiscales y jueces, creían que nos desactivaban. Pero estamos más activos
que nunca”, siguió. Y terminó con un llamado contra “los cuatro años de Macri y
para que podamos sacar a Macri de la Casa Rosada” y a favor de ella,
electoralmente: “Vamos por ella, sabemos que Cristina es Patria, son los
derechos y el futuro. Con Cristina hay 2023, compañeros”.
Si bien había presencia policial de la Metropolitana, fue
escasa y no se registraron incidentes con los manifestantes, como sí había
ocurrido hace dos semanas, durante la protesta contra la actuación de la
Justicia -en la causa Vialidad- en torno al edificio donde vive Cristina
Kirchner en Recoleta.
En cambio, el encuentro militante, si bien fue nutrido, no
tuvo enfrentamientos. El FDT abrazó, después de que un hombre gatillara contra
la cara de la vicepresidenta, una actitud menos confrontativa. Y tampoco hubo
ademanes desde la Ciudad. El clima, más allá del contenido de los discursos,
era de tranquilidad.
De todas formas, entre las palabras de los dirigentes se
colaron, entre la defensa a Cristina Kirchner, varios comentarios que
evidenciaron malestar con Juntos por el Cambio, a quienes, aunque sin nombres,
acusaron de sentar las bases para atacar a Cristina. A diferencia de la postura
que adoptaron otros dirigentes nacionales, principalmente el ministro del
Interior, Wado de Pedro, que el miércoles dijo que estaba avanzando en una
convocatoria al diálogo con la oposición.
El alfil de Cristina Kirchner no estuvo en Lezama. Tampoco
el presidente Alberto Fernández. Al igual que el resto de la primera plana del
gobierno nacional y bonaerense, prefirieron estar en la ceremonia religiosa
realizada en tierras bonaerenses. Aunque en el acto porteño, además de los
legisladores locales y diputados nacionales por la Ciudad, sí dijo presente el
vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, que tiene origen y mantiene la
influencia en la esfera local, pero al mismo tiempo asesora al primer
mandatario y coordina los ministerios bajo la órbita de Juan Manzur, en la Casa
Rosada.
El contraste entre ambos actos fue marcado. En Luján, las
palabras de los líderes religiosos, así como los de los ministros que
asistieron -Santiago Cafiero, Jorge Taiana, Wado de Pedro, entre otros- y de
los dirigentes sociales afines al kirchnerismo, como Juan Grabois, estuvieron
orientados a la pacificación. En cambio, en Parque Lezama hubo palabras de
cuestionamiento fuerte, con comparaciones, por ejemplo, entre el intento de
disparo y con la Masacre de Trelew, y reiteradas reflexiones sobre los
“discursos de odio” y los dirigentes que los propician. Estuvieron Víctor Santa
María, Juan Manuel Olmos, la ministra de Género Elizabeth Gómez Alcorta, el
ministro de Ciencia Daniel Filmus, la portavoz Gabriela Cerruti, el diputado
nacional Itai Hagman, el asesor presidencial Alejandro Grimson.
En el anfiteatro de la plaza, bien organizadas con sus
banderas una junto a la otra en lo alto, dieron el presente todas las
organizaciones del Frente de Todos en sus expresiones locales: el Peronismo por
la Ciudad, La Cámpora, el Movimiento Evita, la Corriente Nacional de la
Militancia (del titular de la AFI, Agustín Rossi); Unidos y Organizados, Los
Irrompibles (del diputado nacional Leandro Santoro, otro de los presentes); el
Partido Comunista Revolucionario: Nuevo Encuentro; el Frente Social Peronista, Liberación
Popular.
“Todos con Cristina” era el eslogan principal, que estaba
plasmado en remeras banderas, e inclusive en un micro característico que el
peronismo de la Ciudad suele llevar a las marchas y que se había estacionado en
una de las calles cortadas de las inmediaciones del parque. Pero también hubo
alusiones electorales, con los cantos que rezaban: “Cristina Presidenta”.
La convocatoria no fue tan importante como en Recoleta, hace
dos semanas, y el viernes pasado, horas después del atentado. Alrededor de las
16.30, en el día soleado, los asientos del anfiteatro estaban completos, pero
en el espacio en torno al escenario montado en el centro había lugar para
transitar con facilidad. Desde las gradas se escuchaban, por momentos, algunos
cánticos defensivos que decían: “Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a
armar”.
Los discursos estuvieron, en primer lugar, en la voz de
legisladores del FDT, como Leandro Santoro, la camporista Paula Penacca, Ofelia
Fernández, que recordaron repetidamente, micrófono en mano, su “amor” por la
vicepresidenta, pero también sus críticas contra la oposición. “Nuestro amor es
lúcido, y es un momento difícil, el futuro suena abrumador. Pero el mejor
momento tiene que estar por venir. Y Cristina va a estar ahí para construirlo,
y esto es lo que les molesta, porque sigue siendo lo más amenazante contra su
lógica”, dijo la joven legisladora.
“Cristina es más que una bandera del peronismo. Cristina
dejó de ser patrimonio del peronismo para ser patrimonio de la Argentina y
expresa una idea de país y de entender la democracia”, dijo Santoro, cercano a
Alberto Fernández, con tono épico. “Es el pueblo en las calles el que va a
defender a Cristina. Esta pelea se da sensibilizando a un sector de la sociedad
que está en disputa. Tenemos que alcanzar un consenso democrático” agregó
Fernández. “Ojo por ojo, el mundo se queda ciego”, enfatizó.
La dirigencia local llamó a convocar todas las semanas a
manifestaciones similares en otras plazas de la ciudad. “Alberto y Cristina nos
hicieron reivindicar el rol de Alfonsín. El amor vence al odio, pero también
tenemos que luchar. Los invitamos a ir a hacer más plazas, semana por semana.
Que se acabe la violencia, y defendamos todos la democracia”, sostuvieron en el
escenario.
Entre los últimos oradores estuvo la portavoz, Gabriela
Cerruti, que asistió en representación del Presidente y como dirigente local.
Habló con vehemencia, y alusiones a Alberto Fernández, entre la denuncia de una
“amenaza contra el pacto democrático”.
“Que un grupo de enajenados no piense que puede atentar
contra la vida de la vicepresidenta”, sostuvo. “A veces, siento que le sacamos
la ideología, cuando hablamos de discursos del odio. Estamos hablando de los
que quieren ir contra el pacto democrático. Tenemos tres certezas. No sabemos
cuán grande fue la banda, si hubo banda, espionaje. Pero sabemos que Cristina
está viva, que la Justicia está investigando. Y sabemos que no sabemos por qué
lo hizo, pero el pibe que lo llevó adelante no es un marciano. Es un pibe metido
en un discurso del odio. Ahí es donde tenemos que mirar”, publicó InfoBae.
“Los odiantes no soportan a mujeres pensantes como Cristina.
Estamos frente a un fenómeno planetario, las derechas luchan contra las mujeres
y los derechos de las diversidades”, agregó Dora Barrancos, referente de género
del oficialismo y asesora presidencial. “Si estamos unidos, las hienas
retrocederán. Nos resta una fraterna y sorora relación, necesitamos poner la
escala empática”, finalizó.
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