Mano narco: al joven de Concordia lo habrían torturado y luego ejecutado de rodillas


El crimen de alias “El Mencho” Pérez tiene connotaciones que hacen pensar que tras el ajusticiamiento se encuentra la mano del narcotráfico que ha logrado introducirse en prácticamente todos los estamentos civiles y policiales.

Los fiscales suelen ser parcos pues el “secreto de sumario” no les permite decir lo que van descubriendo en los diferentes allanamientos, como los realizados en la mañana de ayer.

Las pocas novedades que se conocen son de fuentes que habitualmente están bien informadas y dan a conocer un tenebroso panorama respecto al hecho que se investiga, la muerte de Daniel Pérez, alias “El Moncho” de 32 años.

Pérez, quien era sobrino de Marina Pérez, quien fuera inspectora de Tránsito de la Municipalidad de Concordia hasta que se acogió a la jubilación, y sobrino además del hermano de Marina quien revistaba como agente de la Policía Federal Argentina, gente humilde, pero de buena madera.

La reconstrucción de los hechos llevó a descubrir que “Mencho” fue a una casa de la calle Crisóstomo Gómez y Cortada 59, ya que antes de alejarse de su casa, había comunicado el lugar donde iría. Por ese motivo, el primer allanamiento realizado este lunes por la Policía con los fiscales Dres. Martín Núñez y Mario Guerrero, quienes fueron directamente allí y aparentemente encontraron más de lo que no dijeron.

Como es habitual, mientras se hace el allanamiento, efectivos de Investigaciones comienzan a indagar por los alrededores sobre los movimientos que hubo en esa casa Los vecinos dijeron que había un amontonamiento de gente no habitual, se escuchaban ruidos de risas y jolgorio, hasta que todo quedó calmo, luego -dijeron- “entró un auto marcha atrás y después salió.

Para los investigadores, ese ingreso de un auto bien podría ser para cargar el ya cadáver de alias “El Moncho” y descartarlo en el basural.


Por el portón que se ve a la izquierda de la foto habría sido sacado el cadáver de Pérez a quien habrían ajusticiado dentro de esa casa.

Morir arrodillado.

Los especialistas o criminólogos, para determinar la posición del cuerpo humano al momento de recibir el disparo, siguen la trayectoria de la bala. Es una información que surge de la autopsia y establece, por ejemplo, que el orificio de entrada está en la parte superior del cráneo y el plomo siguió un recorrido de arriba hacia abajo: la víctima se encontraba arrodillada al momento de recibir la deflagración.

En la historia de los criminales locales, por ejemplo, un asesino nato como era Lago, que mataba disparando de abajo hacia arriba. Esta era la forma en que cometía sus crímenes, el último fue de un colectivero, a quien condujo hacia la parte de atrás del colectivo y lo mató porque presuntamente los había reconocido. Lago se había hecho famoso porque asaltó un boliche bailable en cercanías de la Terminal de Ómnibus, en la década del 80 e hizo desnudar a todos los clientes, hombres y mujeres, repitiendo un método utilizado en sus malandanzas en Buenos Aires, donde asolaba los boliches y restaurantes con una banda en la que se presentaba armado y exigía a todos los presentes que entreguen sus pertenencias y el dinero que tenían. El anteúltimo crimen en Concordia, fue el del dueño de “El Quijote” un negocio de la Avda. Eva Perón. Sus antecedentes penales, que la Cámara del Crimen, prestó a un periodista de EL SOL, tenía varios cuerpos.

"El sello narco"


Pérez tenía una buena contextura física y practicaba artes marciales.

Se dice que la muerte de Pérez tiene “el sello” narco. En realidad, los narcotraficantes a los delatores los matan de un tiro en la nuca, aunque sí se ha dado el caso de que la incineración de los cadáveres es una forma en que estos delincuentes suelen dejar su marca registrada como para sembrar el terror en los demás integrantes de cualquier organización de narcotraficantes, como advertencia de "esto te puede pasar si te descarrías, no pegás o te convertís en soplón".

No se ha informado aún el tipo de proyectil, ni si se ha extraído el plomo que causó la muerte de Pérez, pero se estima que para disparar a corta distancia y que el proyectil se introduzca en la masa encefálica y no rebote en los huesos que protegen la cabeza, el calibre necesariamente debería entre 9 y 45 mm. Los narcos están utilizando frecuentemente pistolas semiautomáticas calibre 9 mm. como se vio también en el tiroteo de una vivienda en Villa Jardín, donde la Policía encontró vainas servidas de calibre 9 mm.

Indicios comprometedores.

El dueño de esa casa no se encontraba allí y hasta ahora, por lo menos hasta entrada la medianoche, no había sido encontrado por la Policía que tiene órdenes de llevarlo a declarar para que explique algunas cosas que llamaron la atención de los fiscales y los sabuesos de investigaciones: había restos de manchas de sangre, aunque no se supo, en primera instancia si era sangre humana o de algún animal, pero llamó la atención una pared recién pintada y la investigación se centró en las huellas de los neumáticos de un auto, más tarde, en la casa del locutor se secuestró un Volkswagen Gol y un casco de motociclista, así como ropa que podría ser de Pérez.

En el basural se encontraron también huellas de neumático de un auto, comparando con las del secuestrado, se podría adelantar la investigación que según una fuente “va muy bien”.

Habrá que esperar si hoy se concreta alguna detención, todo parece apuntar que al menos dos personas están en camino de ser imputadas y detenidas pero todo se maneja bajo secreto.

El Volkswagen del locutor secuestrado para hacerle pericias más minuciosas. En su interior se ve un casco y ropas también secuestradas durante este lunes.

El Sol

 

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